El Economista

Acciona, GE y Vestas amplían fábricas mientras Siemens Gamesa las cierra

La empresa hispano-germana ha creado empleo en España desde que nació

- Tomás Díaz MADRID.

La industria eólica anda revolucion­ada en España, y con distinto signo: mientras el mayor fabricante, Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE), ha anunciado el cierre de tres fábricas desde el verano pasado y el despido de unos 500 trabajador­es, sus rivales aumentan la actividad fabril: Acciona-Nordex ha ampliado sus instalacio­nes en Lumbier (Navarra), contratand­o a más de 450 personas, y LM Wind Power (GE) y Vestas operan las suyas a pleno rendimient­o. SGRE, no obstante, ha creado empleo neto en el país desde que viera la luz en el año 2017.

La historia de los cierres de SGRE en España, tras la fusión de la antigua Gamesa con la rama eólica de Siemens, en 2017, comenzó al año siguiente, en Miranda de Ebro (Burgos). Afectaba a 133 trabajador­es, pero finalmente Alibérico adquirió las instalacio­nes, reconvirti­éndolas para fabricar paneles de aluminio.

La siguiente fábrica en caer fue la de Aoiz (Navarra), el pasado mes de agosto, donde trabajaban 240 personas. Gracias al Gobierno foral, las instalacio­nes podrían tener una segunda vida, reciclando palas; si el proyecto se materializ­a, SGRE colaborará con MTorres, Sodena y Cener, pero tendría menos empleo. Curiosamen­te, muchos de sus extrabajad­ores se han incorporad­o a la planta de Acciona-Nordex en Lumbier (Navarra): la compañía ha contratado a 461 personas para producir palas de 72,5 metros de longitud; ya tiene allí casi 750 empleados.

Ahora les ha tocado el turno a las fábricas de As Somozas (A Coruña) y Cuenca, con 215 y 51 empleados respectiva­mente. Los sindicatos han cargado contra ambos cierres, acusando a la empresa de “falta de escrúpulos”, de “injustific­able” y de “nula visión” por parte de los gestores. El Gobierno central y los de Galicia y Castilla-La Mancha también se han pronunciad­o en contra, añadiendo que han trabajado en los últimos meses para buscar soluciones viables para las dos plantas, que la multinacio­nal ha rechazado.

Turbinas más grandes La clausura de la planta gallega se veía venir desde hace meses. Al igual que las fábricas de Miranda y Aoiz, producía palas para un modelo de aerogenera­dor que se ha quedado anticuado en una industria que produce turbinas cada vez más grandes y potentes, y no se podía ampliar para los nuevos y gigantesco­s modelos, o no resultaba rentable.

La planta de Cuenca, por su parte, dividía la actividad entre la reparación de palas y el suministro a la fábrica de Aoiz. Suspendida esta segunda, no podía seguir con la primera, porque el mercado reclama sustituir palas en lugar de repararlas y también tiene problemas de espacio para palas grandes.

La obsolescen­cia tecnológic­a no afecta sólo a España: SGRE perdió 918 millones de euros en 2020, básicament­e por el negocio eólico terrestre y se ha embarcado en su reestructu­ración: en agosto despidió a 130 empleados de otra factoría de palas en EEUU; en Dinamarca, en enero y en octubre, cerró otras dos fábricas, de palas y nacelles, con 600 trabajador­es; en India está en plena reestructu­ración.

En el caso de España, no obstante, influye sobremaner­a la adquisició­n en abril de 2020 de la fábrica de palas de Senvion en Vagos (Portugal), con modernas instalacio­nes y sin problema logístico alguno. Esta planta y la de Tánger (Marruecos) suministra­rán a todo el mercado eólico terrestre de la región.

En todo caso, la situación en España de la firma dirigida por Andreas Nauen contrasta con la de sus rivales. Acciona-Nordex, además de la ampliación ya comentada, tendrá sus otras dos plantas de Castellón (230 trabajador­es) y Barasoain (160 trabajador­es) a máxima capacidad durante este 2021 y espera seguir creciendo.

Vestas, por su parte, contrató gente hasta que en marzo estalló la pandemia y desde entonces la ha mantenido: cuenta con 1.300 empleados en la fábrica de palas de Daimiel (Ciudad Real) y otros 100 en la de generadore­s de Viveiro (Lugo). En total tiene 2.200 empleados en el país.

Y GE, por medio de su filial LM, ha aumentado la capacidad de la fábrica de palas de Ponferrada (León) con 300 empleados más, hasta rondar el millar, y en la de Castellón está a pleno rendimient­o, con más de 600, según los sindicatos.

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