“El mercado tiene que expulsar a los productores oportunistas de mascarillas en España”
La pandemia ha desvelado las carencias de España en producción de materiales sanitarios básicos y de primera necesidad. Además de la fatalidad que puede suponer la dependencia de países terceros para abastecerse de estos bienes en momentos críticos, como es el estallido de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. El CEO de Safe Iberia –empresa nacional de productos sanitarios–, Eduardo Alonso, arroja luz en estas líneas sobre la coyuntura del sector tras casi un año conviviendo con el virus.
¿Cómo surge el impulso para comenzar a fabricar mascarillas?
Nosotros ya hacíamos la labor de seleccionar los mejores proveedores de materia prima y la trazabilidad de la fabricación para multinacionales españolas e internacionales que hasta la pandemia solo compraban. Finalmente me lancé a impulsar una línea de producción nacional, presentamos el proyecto en junio y empezamos a vender ese mismo mes. Queríamos dominar el almacén y la distribución para no depender de terceros. Hoy es una realidad y eso nos permite como fabricante nacional ser capaz de entregar cualquier producto entre 24 y 48 horas en cualquier lugar de España.
Se dice de muchas empresas que están aprovechando la situación...
No somos unos oportunistas que vengamos de fabricar colchones y hemos puesto dos máquinas y aprovechado la pandemia durante uno o dos años para luego volvernos a nuestros orígenes. Provenimos del sector salud, ya atendíamos estas necesidades pero sin fabricar en España. En esto soy rotundo, el mercado tiene que echar a los oportunistas y ya los está echando. Estamos hablando de productos sanitarios. Nosotros hemos preparado toda la documentación para que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios nos otorgue la licencia para ser fabricante de material sanitario.
¿Les han ayudado desde las Administraciones en la producción?
En otros países, cuando ha habido empresarios que han dado el paso, los gobiernos les han dado todo el apoyo. No solo por el momento de la pandemia, porque es un producto, la mascarilla, que viene para quedarse. Tendremos que seguir con ella en espacios públicos, porque es un medio de protección individual y también para el resto de personas. Esto ya ocurre en los países de Asia como una exigencia no solo sanitaria sino social. Estamos proponiendo crear en Madrid la primera fábrica nacional de material sanitario y aquí vamos a pulmón, a nosotros, de subvención, cero. Competidores nuestros como los salmantinos de Béjar o como el Gobierno vasco en una de las filiales del Grupo Mondragón han estado apoyados con dinero público. Me sorprende que las autoridades no nos apoyen cuando también se benefician de la distribución de estos productos en esta situación. Echo en falta el apoyo que existe en otros países europeos.
¿Tiene fecha de caducidad el negocio sanitario tras la vacuna?
La vacuna no va a hacer que desaparezca la protección porque esto es una cuestión de educación. Aunque estés vacunado habrá que ir a los espacios y transportes públicos con mascarilla. En Alemania, Merkel ya dice que deberá de utilizarse hasta 2023. Es algo que va a ser de uso cotidiano, porque hay sectores de la población que lo usarán de forma recurrente. Y más en grupos de población sensibles, como son los inmunodeprimidos.
¿Qué tipos de mascarilla fabrica?
Nosotros solo fabricamos mascarillas quirúrgicas emblistadas individualmente y protegidas en todo el proceso de fabricación, y somos el único fabricante nacional que así lo ha hecho desde el principio. Son las que están probadas que sirven para la mayoría de la población. Otras soluciones, como las de tela, no son eficaces y no se han prohibido aún porque el Gobierno no ha cogido el toro por los cuernos y ha dejado la decisión a las comunidades autónomas. En País Vasco o Comunidad Valenciana ya no están permitidas.
¿Qué volumen tiene la plantilla?
Hemos creado 31 empleos directos, el 81% de ellas son mujeres. Y el 86% de ellas son personas que venían de una situación laboral precaria. Queremos incentivar en este momento que las personas con una dificultad laboral tengan una salida, y asumimos el coste de su formación para que puedan desempeñar la labor.
¿Cómo ha impactado la rebaja del IVA de las mascarillas?
Estoy a favor del precio intervenido del IVA a 0,62 céntimos de euro, al 4%. El Gobierno bajó de 0,96 céntimos a 0,72 céntimos y a 0,62 céntimos a los seis días, y este desfase provocó que tuviéramos el canal de venta y distribución prácticamente parado durante cinco días porque los clientes no sabían qué tipo de IVA tenían que soportar. Pero la bajada a quien realmente beneficia es al consumidor, porque nosotros como fabricantes somos meros recaudadores. Perjudica eso sí al Gobierno de España, porque su capacidad de recaudación disminuye considerablemente, pero hace una cosa vital: ordena el mercado. Esta intervención debe echar a aquel que no cumple con la legalidad.
¿Qué expansión comercial prevén?
Nosotros estamos centrados en el canal farmacia. Si los expertos confían en nosotros, la gente confiará. De momento nos ha ido bien con esta apuesta. Nuestra intención es estar en 3.000 farmacias en un año, ya estamos en 600, y en dos años en 8.000 de las 22.000 que tenemos por toda España. Pero hay una responsabilidad de los prescriptores de que no pueden vender cualquier producto y vender mascarillas no certificadas desde hace meses.
“Me sorprende que las autoridades no nos apoyen cuando es beneficioso para todos la distribución de estos productos sanitarios en esta situación”