El Economista

Cuatro veces más contagios que el peor día de marzo

- Javier Ruiz-Tagle MADRID.

La pandemia sumó ayer uno de los días más aciagos. El número de nuevos contagios superó las 40.000 personas y la incidencia acumulada a 14 días creció en 50 puntos. Hoy, la tasa es de 575,1 personas por cada 100.000 habitantes y la curva que se prevé aún seguirá creciendo. En una comparació­n con el mes de marzo, las cifras de ayer muestran una situación muy similar. El número de contagios de ayer es cuatro veces peor al comunicado en el peor día de la primera ola de primavera. Es cierto que ahora se detecta más que entonces, pero también es cierto que al sistema de vigilancia de salud pública aún se le escapan alrededor del 20% de contagios.

Por otro lado, los hospitales están sumando muchos más ingresos que altas hospitalar­ias. Ayer si registraro­n 2.816 hospitaliz­aciones frente a las 1.997 altas, lo que lleva al porcentaje de camas ocupadas al límite. Ayer, el 15,69% de todas las camas existentes en el sistema púbico de salud estaban ocupadas por enfermos de Covid, porcentaje que crece hasta el 29,56% si solo se cuentan las camas UCI.

Pero estos son medias. Cuatro comunidade­s autónomas (Cataluña, La Rioja, Baleares y Comunidad Valenciana) superan el 40% de ocupación de camas críticas y en todas ellas hubo ayer más ingresos que altas, por lo que la situación a lo largo del fin de semana va a ser de mayor tensión.

Otro de los indicadore­s que explica que la curva está lejos de estabiliza­rse es la positivida­d de los test realizados. Los datos de ayer muestran que el 17,81% de las pruebas realizadas dio positivo, pero esto, una vez más, es solo una media. En Castilla-La Mancha, un tercio de las pruebas es un contagio, porcentaje que se repite en la Comunidad Valenciana.

Por último, la sangría de contagios continúa en los hospitales. Durante las dos últimas semanas, el sistema ha perdido a 6.021 profesiona­les, que han contraído la enfermedad, de los cuales casi el 60% ha desarrolla­do síntomas. Las comunidade­s donde más sufren son las de mayor presión hospitalar­ia, por lo que la situación se agrava aun más.

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