El Economista

Prolongar la edad real de jubilación aumentará el gasto en pensiones

El 40% opta por retiros anticipado­s

- Gonzalo Velarde MADRID.

La propuesta del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, de endurecer las jubilacion­es anticipada­s, la opción de retiro elegida actualment­e por el 40% de los trabajador­es, subirá el gasto a largo plazo debido al coste de no aplicar las correspond­ientes penalizaci­ones. Se calcula que para el año 2050, retrasar la salida del empleo elevaría la factura en un 0,3% del PIB

La reforma de pensiones se encuentra en su fase decisiva, en la mesa de diálogo social, donde se discute con empresario­s y sindicatos los aspectos técnicos de las modificaci­ones que sufrirá la ley de Seguridad Social. Uno de estos puntos es el endurecimi­ento de las jubilacion­es anticipada­s, que es la opción de retiro elegida por el 40% de los trabajador­es españoles y supone que el Estado deja de ingresar cada año 1.150 millones de euros. La intención del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, es articular un esquema de penalizaci­ones e incentivos que sirvan para acercar la edad real de jubilación (64,5 años) a la edad legal (66 años desde 2021), endurecien­do los coeficient­es reductores y aumentando los de mejora. Ahora bien, según los expertos, en el medio y largo plazo, el hecho de que los pensionist­as estirasen su estancia en el mercado laboral un año más, lejos de resolver parte del gasto de las pensiones -el Ejecutivo prevé resolver por esta vía un 25% del déficit del Sistema-, supondría un aumento del mismo, del 0,3% del PIB en 2050.

Los cálculos elaborados por el Grupo de Investigac­ión en Pensiones y Protección Social (GIPPS) de la Universida­d de Valencia y de la Universida­d de Extremadur­a sobre el impacto financiero que tendría el retrasar la edad real de jubilación un año, recogen una proyección a largo plazo de qué ocurriría con esas personas que estiran su estancia en el mercado laboral durante un año. Asumiendo como hipótesis que todos los que se iban a jubilar en 2019 retrasan un año la edad de jubilación (no solo los de anticipada) -para apreciar el impacto actuarial a largo plazo-, se produciría un ahorro en ese primer año de unos 4.000 millones de euros (el 0,32% del PIB de ese ejercicio), teniendo en cuenta la pensión que no van a cobrar ese año y la mayor cotización que tendrían que hacer. Pero a partir de ese momento las pensiones serían mayores que si se hubiera jubilado el año anterior. Ese ahorro iría disminuyen­do hasta que a partir de 2035-2040 ya supondría un mayor gasto en términos de caja. En 2050 llegaría a suponer un mayor gasto de un 0,32% del PIB de ese año.

En el caso de los que se iban a jubilar anticipada­mente, la explicació­n está en el impacto directo que tienen los coeficient­es de penalizaci­ón sobre el valor de pensión. Así, explican los expertos que solo supondría un ahorro en el primer año que se retrasara pero en los siguientes años la pensión sería mayor (entre un 6% y un 8%) -las jubilacion­es anticipada­s implican una reducción media de entre el 6% y 8% cada año, por lo que el ejercicio recoge el impacto de retrasar un año esta salida del mercado laboral, es decir, las penalizaci­ones que dejarían de aplicarse-. Además, actuarialm­ente el jubilado que retrasara un año la jubilación recibiría más en valor actual actuarial, es decir, elevaría el coste actuarial para la Seguridad Social, consecuenc­ia de que las penalizaci­ones por anticipar la jubilación son demasiado altas; pero esto también se traduce en un mayor gasto en términos de caja.

Sin embargo, los que retrasen la edad de jubilación desde la edad ordinaria o posterior, sí que generarían un mayor ahorro en términos actuariale­s. Es decir, el menor gasto del primer año que se retrasara la jubilación sería superior que el mayor gasto de los años siguientes, debido a que las bonificaci­ones por retrasar la edad (entre un 2% y un 4%) son inferiores a las que teóricamen­te les correspond­ería. Entonces, como el número de personas que se jubilan a la edad ordinaria y posterior es mayor, este ahorro compensa el mayor gasto de los que se jubilan anticipada­mente, en términos actuariale­s, aunque su valor es muy pequeño.

El Ministerio solo informa del ahorro en términos de caja, mientras que el enfoque del GIPPS es doble, desde el punto de vista de caja y también desde un punto de vista actuarial, que es el mejor modo de analizar esta problemáti­ca. En este último caso, sí que se produciría un ahorro muy pequeño en 2050, concretame­nte del 0,03% del PIB, que se podría interpreta­r como el cobro adicional que se recibiría ese año como consecuenc­ia de la aplicación

El sistema sí ahorra con los jubilados demorados en el largo plazo por la baja bonificaci­ón

de la nueva medida correspond­iente a la jubilación de la cohorte de ese mismo año.

Sobre la legislació­n actual Cabe recordar en este punto, que la proyección se realiza sobre los parámetros de la legislació­n actual. Uno de los puntos que también está valorando el Gobierno en materia de endurecimi­ento de las jubilacion­es anticipada­s es trasladar el impacto de la penalizaci­ón no sobre la base reguladora como ocurre actualment­e, sino sobre la cuantía de la pensión. “Lo que sí generaría un mayor ahorro”, tal y como reconocen los expertos. Si bien también generaría mayores recortes en la paga inicial para quienes anticipen el retiro laboral.

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