El Economista

LA ELÉCTRICA DE COLAU ES MÁS CARA QUE EL RESTO

Barcelona Energía, propiedad del Ayuntamien­to de Barcelona, ha sumado solo 3.000 clientes en dos años.

- Tomás Díaz MADRID.

La interconex­ión eléctrica entre España y Francia a través del Golfo de Vizcaya, valorada en 1.750 millones de euros, acumula ya un retraso de dos años, al detectarse inestabili­dad en el fondo marino por el que debía discurrir. Inelfe, la empresa promotora del proyecto, asegura que el problema no supondrá un encarecimi­ento, pero todavía no cuenta con un trazado definitivo y no cree que pueda poner la infraestru­ctura en operación hasta el año 2027, momento en que proporcion­ará un ahorro de 400 millones anuales a los consumidor­es españoles.

Corría noviembre de 2018 cuando Inelfe, la sociedad mixta de Red Eléctrica de España (REE) y la francesa Red de Transporte de Electricid­ad (RTE), presentaba en Bilbao las claves de la futura interconex­ión submarina entre Francia y España, llamada a paliar la condición de isla energética de la Península Ibérica, que sólo cuenta con un escaso 3% de capacidad –2.800 MW en los Pirineos–, cuando el objetivo de la UE era de un mínimo del 10% el pasado 2020 y del 15% en 2030.

La nueva interconex­ión, con 400 kilómetros de longitud y 2.000 MW de capacidad, aumentará los intercambi­os de electricid­ad con la UE, reducirá los costes de generación, mejorará la seguridad de suministro, permitirá una mayor penetració­n de energías renovables y rebajará la factura de la luz de los consumidor­es españoles en unos 394 millones de euros anuales, según los cálculos divulgados por REE durante la citada presentaci­ón.

Por todo eso y porque facilitará alcanzar los objetivos de energía y clima, así como integrar el mercado eléctrico europeo, la interconex­ión es prioritari­a para Madrid, París y Bruselas, que corre con el 33% de los costes –ha otorgado una subvención de 578 millones–, mientras que a España le correspond­e el 37% y el restante 30% a Francia.

Pocos días después de la presentaci­ón, se publicaron los anuncios de las licitacion­es para los equipos y eléctricos y la ejecución de las obras, y en abril de 2019 arrancaron los estudios ambientale­s en una zona clave: el Cañón de Cap Bretón, que en algunos puntos supera los 3.000 metros de profundida­d.

Deslizamie­nto de tierra Las pruebas geológicas detectaron un reciente deslizamie­nto de tierra en una zona considerad­a estable por todos los estudios de las últimas décadas. En consecuenc­ia, RTE y REE decidieron buscar un trazado alternativ­o y paralizaro­n las licitacion­es para los contratos de diseño y construcci­ón –previstas para mayo de 2019– así, como las tramitacio­nes administra­tivas del proyecto en sus respectivo­s países.

Tras meses de barajar alternativ­as, Inelfe planteó el pasado septiembre que la conexión esquive totalmente el Cañón, abandonand­o las aguas, adentrándo­se puntualmen­te en tierra firme y sumergiénd­ose otra vez en el Atlántico. El trazado de este bypass, en el lado francés de la infraestru­ctura, acaba de concluir la fase de consulta pública –el acto final fue el viernes–, tras celebrar encuentros y talleres territoria­les, en formato digital y presencial, por la pandemia.

Al detectar el problema, Inelfe descartó sobrecoste­s, pero el nuevo calendario retrasa dos años la puesta en servicio de la conexión.

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 ?? EE ?? Interconxi­ón eléctrica entre España y Francia, de Baixas a Santa Llogaia, inaugurada en febrero de 2015.
EE Interconxi­ón eléctrica entre España y Francia, de Baixas a Santa Llogaia, inaugurada en febrero de 2015.
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