La interconexión encalla en el Golfo de Vizcaya
El proyecto, valorado en 1.750 millones de euros, se retrasa dos años.
La restauración se ha convertido en uno de los sectores más perjudicados por la pandemia del coronavirus en todo el mundo. Los cierres de la hostelería en diferentes ciudades y el límite horario de la actividad en otras tantas, no augura un buen arranque del año para el sector en España, que sigue haciendo cuentas para ser capaces de sortear la complicada situación a la que se enfrentan. En este contexto, los expertos consultados por elEconomista señalan que, en los próximos meses, se va a producir un baile de operaciones corporativas como estrategia defensiva.
Para Borja Oria, socio director de Banca de Inversión de Arcano Partners, “este año va a haber varias operaciones de fusiones en el sector de restauración, hay muchas cadenas con un tamaño medio que pueden aprovechar sinergias claras en compras, poner en marcha economías de escala o de reducción de gastos mediante este tipo detransacciones, que pueden generar mucho valor”. “Es verdad que la situación es dramática, pero a los que más ha afectado ha sido a los independientes (pequeños restaurantes, bares...). Las cadenas medianas-grandes han encontrado mucha liquidez y un balón de oxígeno relevante con los préstamos avalados por el ICO y los Erte, que les han dado un respiro”, añade Oria.
El experto de Arcano adelanta también que el gran dinamizador de este tipo de operaciones va a ser el capital privado, que desde hace años ha apostado muy fuerte por el sector de la restauración. “Siempre es más fácil que se produzcan este tipo de operaciones cuando hay un private equity en una de las dos compañías porque suelen entender mejor las dinámicas financieras. Creo que se van a producir más fusiones que ventas porque ahora mismo es muy difícil llegar a un acuerdo en las valoraciones”.
Apetito por el sector Por el momento, en las últimas semanas, dos fondos se han aventurado a realizar sonadas operaciones en el sector: GED Capital tomando el control de Comess Group (dueño de Lizarran, Cantina Mariachi, entre otras) financiando la integración de la cadena de restaurantes italianos Pomodor; y la de Axon Partners, que ha comprado a Zena-Alsea la enseña Cañas y Tapas tras su primera incursión en 2019 con la adquisición de las cafeterías de Le Pain Quotidien.
“La tesis de inversión en el sector es que se va a ver beneficiado cuado el coronavirus se haya quedado atrás por tres razones. En primer lugar, va a haber un boom del ocio y la restauración porque tenemos muchas ganas de salir a celebrar, como lo que ocurrió
en los Felices años 20.
En segundo lugar, el delivery ha explosionado y va a ser un recurso que no sólo va a quedar para el fast food... y esto va a ir en aumento. En tercer lugar, y en menor medida, va a comenzar a incrementarse el uso de las terrazas y se usarán durante los 12 meses del año. A esto hay que añadir todos los motivos que hacían al sector atractivo para el private equity antes de la pandemia: posibilidades de consolidar un sector muy fragmentado, marcas exportables, posibilidad de mejora con la introducción de tecnologías, etc”, añade Oria.
Esto se tradujo en una oleada de operaciones años atrás, cuando los fondos nacionales e internacionales llegaron a desembolsar grandes cantidades de dinero para hacerse con conocidas cadenas como el Grupo Ten con Ten, Vips, Larrumba o Goiko.
Ante unos meses complicados Todos los expertos coinciden en que es complicado ver en qué momento la restauración volverá a brillar en España como hace tan sólo unos meses. Por ello, es clave la recapitalización de las compañías. Según Manuel Roca de Togores, director general y socio fundador de NK5, “hay que tener un pulmón financiero muy grande, una estructura de costes muy flexible para aguantar este impacto, lo que está abocando a mucho pequeño, mediano y algún gran restaurador, al cierre. Vamos a ver operaciones de reestructuración de negocios rentables pero notablemente endeudados que serán también generadores
Los inversores confían en la recuperación futura del sector y el ‘boom’ del ‘delivery’
de oportunidades de inversiónal combinar una aportación de dinero nuevo junto con una nueva estructura de capital”.
Un ejemplo es el de Kartesia, que participó en la anterior refinanciación de Café y Té (en manos de HIG) y ejecutó este verano la deuda que tenía en la cadena entrando en el capital como accionista junto con HIG para darle solvencia. Capza, por su parte, que financió a L Catterton en la compra de Goiko ha aceptado los waivers requeridos por el Covid para mantener la compañía en una holgada posición , que a su vez consiguió dinero ICO.
Para Iván Plaza, principal de Aurica Capital –accionista del Grupo Larrumba–, “es innegable que el Covid ha supuesto una revolución a todos los niveles. No obstante, no cabe duda de que está produciéndose un ajuste considerable de la oferta hostelera que está demostrando que no todo vale en este sector, y que montar un restaurante es una inversión que requiere de una gran planificación. Desde Aurica creemos que quienes resistan a este cribado saldrán reforzados. En el caso de Larrumba, sus tres aperturas desde el inicio de la pandemia acreditan que puede seguir creciéndose con arreglo a un plan de negocio sólido”.