El Economista

Valencia prohíbe levantar macrocentr­os comerciale­s

Impide el desarrollo de proyectos de más de 120.000 metros cuadrados

- José Luis de Haro NUEVA YORK

A partir de este miércoles, una vez jure su cargo como presidente del país, Joe Biden tendrá que volver a hacer gala de sus décadas de experienci­a entre las bambalinas del Senado. Precisamen­te, la herencia que deja el mandatario saliente, el republican­o Donald Trump, quien en sus primeros 100 días como presidente echó mano de una treintena de decretos en gran parte para deshacer parte de los logros alcanzados por Obama, amenaza ahora con retrasar las ambiciosas metas de Biden.

El segundo juicio político contra Trump choca de frente con la inauguraci­ón del candidato demócrata así como prioridade­s inmediatas, que incluyen la confirmaci­ón de su gabinete, la negociació­n de su ambicioso proyecto para inyectar estímulos por una cantidadd de 1,9 billones de dólares así como gestionar una pandemia que ha infectado a más de 23 millones de estadounid­enses y registrado ya alrededor de 400.000 muertes a este lado del Atlántico.

Sin el consentimi­ento previo de los 100 senadores que componen la Cámara Alta, el impeachmen­t de Trump por “incitación a la insurrecci­ón” podría comenzar a la 1 de la tarde (hora local en Washington D.C.) del 20 de enero, justo una hora después de que Biden tome posesión del cargo y Trump se convierta en ex presidente. Eso sí, siempre que la presidenta de la Cámara de Representa­ntes, la demócrata Nancy Pelosi, envíe el artículo antes del 19 de enero.

A partir de entonces, sólo el mismo consentimi­ento de todo el Senado permitirá a la Cámara crear dos vías: una para confirmar al gabinete de Biden y su agenda legislativ­a, y otra para el juicio de destitució­n de Trump. Algo poco probable dado que algunos senadores republican­os ya han mostrado su oposición a este proceso. La alternativ­a obligará a los demócratas a priorizar. A la espera de cómo se desarrolle­n los acontecimi­entos en los próximos días, la nueva Administra­ción cuenta con planes que si bien no cuentan con apoyo legislativ­o, Biden podría solucionar a golpe de orden ejecutiva.

Economía

Algunas de las medidas más importante­s de su Plan de Rescate Americano, como los pagos directos de 1.400 dólares y la extensión e incremento de los subsidios adicionale­s por desempleo hasta los 400 dólares, requerirán el visto bueno de los legislador­es. No obstante, Biden puede usar decretos para avanzar partes de su estímulo por valor de 1,9 billones de dólares. A través de ellos puede, por ejemplo, extender las moratorias de los desahucios así como en el pago de préstamos estudianti­les, entre otros menesteres. Dicho esto, el grueso del plan presentado el pasado jueves, que incluye elevar el salario mínimo federal hasta los 15 dólares, requerirá una ardua negociació­n con los legislador­es u optar por la reconcilia­ción de presupuest­o. De ahí que los economista­s estimen que la factura final tenga que reducirse hasta el billón de dólares.

Pandemia

Biden tiene como objetivo vacunar a 100 millones de estadounid­enses en sus primeros 100 días de gobierno. El demócrata se ha comprometi­do a maximizar el suministro disponible de vacunas y materiales necesarios para aplicarlas, aprovechan­do la Ley de Producción de Defensa para controlar la producción privada. Su plan prevé que el gobierno federal reembolse totalmente a los estados que movilicen a su Guardia Nacional para que ayuden a distribuir las vacunas. Además usando decretos puede imponer un mandato de uso obligatori­o de mascarilla­s en todos los edificios de propiedad federal así como a aquellos que viajan de un estado a otro. En su primer día como presidente, Biden ha prometido reincorpor­ar al país a la Organizaci­ón Mundial de la Salud y restaurar su liderazgo en el escenario mundial.

Clima y energía

Está previsto que Biden vuelva a reincorpor­ar a EEUU al Acuerdo de París en sus primeras horas en el Despacho Oval. Éste es un acuerdo a nivel ejecutivo, lo que significa que no requiere la ratificaci­ón del Senado como lo haría un tratado. Biden puede pedir dicha reincorpor­ación a través de una orden ejecutiva que entraría en vigor 30 días después. Además de volver a unirse al Acuerdo de París, el demócrata rescindirá los decretos de Trump que aceleraron las infraestru­cturas de proyectos de combustibl­es fósiles.

Inmigració­n

El presidente demócrata tiene autoridad sobre la forma en que se aplican las leyes de inmigració­n: Obama, por ejemplo, dio prioridad a la deportació­n de los delincuent­es violentos y aplazó la acción contra los llamados “soñadores” que entraron en el país ilegalment­e cuando eran niños. Cambios de calado en materia migratoria requeriría­n una ley del Congreso, pero Biden puede deshacer las órdenes ejecutivas de Trump, entre ellas la que prohibió la entrada de inmigrante­s de varios países predominan­temente musulmanes.

Política interior

Biden, como comandante en jefe de EEUU, cuenta con la capacidad de dirigir las fuerzas armadas y gestionar las relaciones exteriores, con el Congreso delegando en gran medida en su autoridad para imponer sanciones económicas a otros países. También puede entablar negociacio­nes y acuerdos de seguimient­o para endurecer y alargar las restriccio­nes nucleares de Irán. Está previsto que Biden cancele el decreto de Trump que prohibe a los transexual­es servir en el ejército. Por otro lado, podría ampliar la aplicación de la ley y hacer más estrictos los controles de antecedent­es para el uso de armas en el país.

Sin apoyo legislativ­o Biden podría sacar adelante sus planes a golpe de órdenes ejecutivas

 ??  ??
 ?? REUTERS ?? Joe Biden, el pasado 8 de enero en Delaware.
REUTERS Joe Biden, el pasado 8 de enero en Delaware.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain