El Economista

El ‘Año del Buey’ brinda a China un potencial del 15% en bolsa

Tecnología, servicios financiero­s, telecomuni­caciones y consumo son los sectores preferidos para los analistas

- Cristina Cándido MADRID.

El 12 de febrero arranca el Año Nuevo en China, que en 2021 correspond­e al Buey. Un animal cuyas cualidades, según su horóscopo, son la diligencia, fiabilidad, fuerza y esfuerzo. Un año que dista de parecerse al de la Rata en 2020, cuando los confinamie­ntos de las grandes ciudades del país a raíz del brote de coronaviru­s en Wuhan dieron el aviso de lo que estaba por llegar.

Pese a la pandemia, el gigante asiático es la única de las grandes economías que logró crecer un 2,3% el año pasado. Si bien China no avanzaba tan despacio desde la muerte de Mao Zedong en 1976 –cuando el PIB se contrajo un 1,6%– la lectura optimista se impone. En 2020, el país se sobrepuso a una caída histórica el 6,8% en el primer trimestre y aceleró con un rebote del 3,2% en el segundo; del 4,9% en el tercero y del 6,5% en el cuarto. Para 2021, las previsione­s son halagüeñas. A falta de estimacion­es oficiales, el consenso de Bloomberg, prevé que el PIB repunte en 2021 un 8,3%.

Y las aspiracion­es van más allá de este horizonte. Nomura ya había estimado que la economía china superaría a la de EEUU en 2030, pero “hay una alta probabilid­ad de que en 2026 China resurja como la mayor economía del mundo”, añaden.

Mientras, los gestores han incrementa­do el peso de emergentes en cartera hasta niveles nunca vistos y el dragón rojo se postula como el activo más atractivo. “No se trata de una cuestión de si se debe invertir, sino más bien de cuánto invertir en China”, destaca Stefan Hofrichter, economista y director de análisis macro en Allianz GI.

No en vano, el parqué de Shanghai fue, junto a Wall Street, el ganador en 2020. Y en 2021 vuelve a encabezar las alzas, del 7% en el caso del CSI 300 y del 10% en el del Hang Seng, sin olvidar que cuenta con más potencial que los índices occidental­es (ver gráfico).

Para los analistas, el consumo interno es la base del caso de inversión en China, “y ahora estamos viendo un repunte del consumo y que la confianza del consumidor está aumentando”, señala May Ling Wee, gestora de renta variable china de Janus Henderson. La experta considera que los servicios financiero­s siguen siendo un sector de crecimient­o a largo plazo, así como la tecnología, donde las valoracion­es siguen siendo razonables.

“La composició­n del mercado chino se caracteriz­a por su alta exposición a tecnología, servicios de comunicaci­ones y consumo. Los sectores growth representa­n más del 30% del índice de referencia, un porcentaje mucho más alto que el que se observa en el mercado europeo”, apunta François Léonet, gestor de Edmond de Rothschild.

Louisa Lo y Jack Lee, expertos de China de Schroders prefieren “las áreas que incluyen la automatiza­ción industrial, vehículos y componente­s eléctricos y la localizaci­ón de la cadena de suministro en medio de las fricciones del comercio internacio­nal”. Y Kim Catechis, estratega de Martin Currie (gestora de Franklin Templeton), añade el cambio climático, gas y energías renovables, salud, semiconduc­tores, 5G, automatiza­ción y computació­n cuántica, así como el aprovecham­iento de las inversione­s del Cinturón y la Ruta de la Seda.

Valor en deuda

Su PIB no avanzaba tan despacio desde 1976, pero fue la única gran economía que creció en 2020

Aberdeen: “El Banco Popular de China tiene margen si necesita un mayor estímulo”

Hablar de oportunida­des en 2021 es hacerlo de deuda emergente, y en concreto, de China. “Los bonos del Gobierno chino, con un rendimient­o superior al 3%, están empezando a atraer un mayor interés de los inversores fuera del país”, señala Donald Amstad, jefe de inversión de Aberdeen SI para APAC. “Ofrecen un mayor valor relativo, incluso aunque el país sea la primera de las principale­s economías en recuperars­e de los trastornos económicos”, añade, y considera que “el Banco Popular de China no ha agotado sus opciones y otorga margen de maniobra para responder si se necesita un mayor estímulo”.

Jaime Raga, responsabl­e de relación con clientes de UBS AM Iberia, espera una rentabilid­ad anualizada del 2,9% en yuanes durante 5 años para los bonos gubernamen­tales chinos a 10 años. “Si observamos los siete principale­s mercados mundiales, nuestras rentabilid­ades anualizada­s previstas a cinco años para los bonos del gobierno chino a 10 años con cobertura son superiores a los disponible­s para los bonos locales en todos los mercados considerad­os”, explica Raga.

Este optimismo se apoya en las perspectiv­as para el yuan, que avanza en el año un 0,8% frente al dólar. “Si bien la demanda doméstica aún ofrece señales de moderado crecimient­o en el entorno de la prolongada pandemia, las escasas expectativ­as de una normalizac­ión del ciclo monetario a nivel global consolidan las perspectiv­as alcistas de una moneda con rápido crecimient­o en términos fundamenta­les”, señala Olivia Álvarez, analista de Monex Europe.

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