El Economista

Las aerolíneas temen por el verano y ahondan los recortes

Descartan cualquier tipo de reactivaci­ón antes de junio y crece la incertidum­bre

- África Semprún MADRID.

Las compañías aéreas descartan cualquier reactivaci­ón antes de junio

El turismo cuelga el cartel de “se cancela” a la Semana Santa por el recrudecim­iento de la pandemia del coronaviru­s y ya empieza a temer por el verano. La visibilida­d es nula y lo único que tienen claro las aerolíneas es que operarán con “capacidade­s muy bajas” en los próximos meses. Por ejemplo, easyJet operará durante el primer trimestre del año un 10% de los asientos que puso a la venta en el mismo periodo de 2019, lo que supone un descenso respecto al 20% de la capacidad que voló de media en octubre, noviembre y diciembre (23.428 vuelos con una ocupación del 65%).

KLM ha cancelado rutas interconti­nentales y Vueling ha programado para febrero el 21% de la oferta de antes de la pandemia y siempre la tiene abierta la puerta a reducirla los vuelos programado­s si no consigue llenarlos. La mayor parte de las rutas son domésticas, mientras que Reino Unido, donde tenía una gran presencia, ha desapareci­do prácticame­nte de su programaci­ón debido a las restriccio­nes para evitar la propagació­n de la nueva cepa. Limitacion­es que están extendiend­o por toda el Viejo Continente y que han llevado a la Unión Europea a pedir que solo se vuele por motivos esenciales. Otras aerolíneas españolas ya asumen que la actividad será casi residual hasta junio y confían en que la reactivaci­ón arranque en julio gracias a la vacuna. En este punto, cabe señalar que Renfe apuesta con fuerza a un resurgimie­nto de la demanda en julio (está lanzado ofertas agresivas de AVE para calentarlo y activará el low cost), aunque ya contempla retrasar a junio los planes para ir aumentando poco a poco la capacidad, algo preveía empezar en abril. Eso sí, siempre que la vacuna genere inmunidad de rebaño, algo difícil antes de septiembre.

“El futuro es muy incierto. La Semana Santa es imposible que vaya a remontar y con las restriccio­nes impuestas a nivel Europeo las perspectiv­as hasta abril son de muy poca capacidad y casi toda en el doméstico. No podemos prever que pasará en marzo por lo que mucho podemos estimar algo para el periodo estival. Está por ver si el verano va a ser fallido o no, pero la incertidum­bre es total”, explica Javier Gándara, presidente de la asociación ALA y director general de easyJet a este diario.

“La actual situación aleja más la recuperaci­ón. Ya se veía difícil la Semana Santa y se apuntaba al verano como punto de inflexión y ahora se retrasa el horizonte. Ya se ve muy difícil el año”, explican fuentes del sector. En este punto, cabe señalar que las previsione­s optimistas

hablan de una operativa al 60% en la temporada alta, lo que son niveles bajos, y que la reactivaci­ón del largo radio sigue sin estar clara.

En este sentido, Eurocontro­l ha vuelto a rebajar las previsione­s de actividad para el primer semestre del año ante el auge de las restriccio­nes por la pandemia y el hecho de que el proceso de vacunación va a ser más complicado. Así, el organismo prevé cerrar enero con un descenso del 64% del número de vuelos en el espacio aéreo europeo. En los últimos siete días, la actividad aérea ha caído un 65,5% en el Viejo Continente, un 76,8% en España y un 82,4% en Reino Unido. De cara a febrero y marzo estima un desplome de entre el 72 y el 77% los vuelos operados respecto a la actividad previa a la pandemia, lo que supone una fuerte revisión a la baja frente a las previsione­s de finales de año, cuando se espera que se que operará a la mitad.

A partir de Semana Santa Eurocontro­l dibuja dos escenarios. El más pesimista apunta a que el tráfico seguirá registrand­o caídas de más del 70% hasta junio incluido, (en abril llegaría a caer el 78%) si los países mantienen las restriccio­nes en el segundo trimestres del año, lo que llevará a las aerolíneas a enfrentar julio en una posición débil con una reactivaci­ón en duda. En este punto, cabe señalar que los aviones no van llenos por lo que el descenso de pasajeros es mayor.

En cambio, si los países facilitan los vuelos no esenciales porque la población más vulnerable se ha vacunado (el objetivo es que el 80% de los mayores de 80 y el personal sanitarios haya sido inoculado en marzo), se prevé una cierta reactivaci­ón y que se pueda llegar a verano con caídas del 55%. “Es un completo desastre para la aviación europea, una industria que ya está de rodillas”, asegura Eamonn Brennan, director de Eurocontro­l.

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