Además de la económica y sanitaria, tenemos una galopante crisis de credibilidad
nimo Profesional. ¿Acaso no es suficiente con el hecho de que casi el 85% de los autónomos haya visto sus ingresos caer?, lo que equivale a 60.000 millones de euros de pérdidas en 2020 (según el VIII Barómetro de ATA).
Es cierto que tenemos en la mesa un Plan de Rescate a la hostelería y el turismo por valor de 4.220 millones, pero también es cierto que solo con tímidas rebajas fiscales, moratorias de pagos y a la Seguridad Social, o con avales ICO… no es suficiente.
La pyme y los autónomos españoles (por extensión todo el colectivo empresarial) necesitan previsibilidad en las medidas, en los planes y en las acciones, adoptadas por una u otra administración. Esto es lo que les ayuda a tomar decisiones acertadas para sus empresas, por ende, buenas para la economía y el empleo en nuestro país. Por ello, no solo rapidez y concreción son necesarias en este tipo de situaciones, sino además, apoyo decidido y sostenido en el tiempo y medidas contundentes que prevean males mayores. ¿Será por ello que países como Alemania mantiene determinadas medidas hasta diciembre de 2021? ¿Será por ello que gran parte los países europeos han desarrollado planes específicos de contingencia, incluyendo ayudas directas y contundentes para determinados sectores y colectivos?
Medidas como la reducción de trabas administrativas, o la bajada de la cotización a la Seguridad Social en función de la caída de la actividad, entre otras muchas, harían más “fácil” la supervivencia de un tejido empresarial que no deja de recurrir a la financiación para solo sobrevivir (en torno a un 43% de los autónomos ha solicitado algún tipo de financiación y reconocen hasta en un 67% de los caos que no podrían soportar un segundo confinamiento total).
Es decir, necesitamos un plan integral, completo y decidido.
En el resto del vecindario, en Europa, las cosas son bastante diferentes. De hecho, según un informe de la Comisión Europea, España