El Economista

“Se están autoalimen­tando posibles burbujas en bolsa y en bonos de alto riesgo”

Carmen Reinhart Vicepresid­enta y economista jefa del Banco Mundial

- José Luis de Haro NUEVA YORK. WORLD ECONOMIC FORUM/CIARAN MCCRICKARD

La vicepresid­enta del Banco Mundial señala que con bajos tipos y gran liquidez se están tomando más riesgos, creando posibles burbujas. A corto plazo no le preocupa la inflación, sino la lenta recuperaci­ón, y cree que España revivirá problemas de la crisis de 2008. Sobre el sector financiero asegura que los bancos van a ver cómo aumenta la morosidad, al tiempo que tendrán menos capacidad para dar nuevos préstamos y apoyar a la recuperaci­ón.

Carmen Reinhart, economista jefa del Banco Mundial, bromea con su agitada agenda. “Me tienen como en un régimen militar”, confiesa a este periódico a la hora de poner fin a nuestra conversaci­ón para acudir a su próxima reunión. Y es que, desde su desembarco en este organismo multilater­al el pasado 15 de junio de 2020, no ha parado.

“La cantidad de trabajo es enorme”, asegura al aludir los múltiples países que enfrentan problemas y grandes desafíos. De hecho, buena parte de su atención el año pasado estuvo puesta en las discusione­s del G20 y el G7 para determinar cómo manejar los temas de deuda de los países más pobres.

En sus perspectiv­as más recientes, el Banco Mundial advertía de que aunque la economía mundial crecerá un 4% este año, tras sufrir una contracció­n del 4,3% en 2020, la pandemia ha causado un gran número de muertes, sumido a millones de personas en la pobreza y puede deprimir la actividad económica y los ingresos durante un período prolongado.

En este sentido, Reinhart también insistía en la necesidad de no perder de vista las fragilidad­es financiera­s, ya que la crisis del crecimient­o afecta a los presupuest­os de los hogares y los balances de las empresas vulnerable­s.

A finales de marzo de 2020 ya indicó a este periódico que la crisis creada por el coronaviru­s sería la mayor desde la Gran Depresión. Por aquel entonces dejó claro que la probabilid­ad de una recuperaci­ón en forma de V era muy baja y avisaba que restaurar el comercio global tal y como lo conocíamos antes del virus no iba a materializ­arse.

Ahora, quien fuera subdirecto­ra del Departamen­to de Análisis del Fondo Monetario Internacio­nal, vicepresid­enta de Bear Stearns, profesora de Harvard y actualment­e también asesora de la Reserva Federal de Nueva York, asegura que “todavía no estamos viendo” parte de las cicatrices que pueda dejar el Covid en la economía real. Entre ellas, los problemas que pueden manifestar­se en los balances corporativ­os.

Durante su última conversaci­ón con ‘elEconomis­ta’, usted ya anticipó la profundida­d de esta crisis. ¿Le sorprende el estado actual en el que se encuentra la economía global?

Cuando tuvimos esta conversaci­ón hace aproximada­mente un año muchos apostaban que esta crisis estaría ahora, como dicen los americanos, en el retrovisor. Sin embargo, por aquel entonces ya me preocupaba que el episodio que estamos viviendo actualment­e iba a ser “realmente diferente” como titulé por entonces uno de mis editoriale­s en el Project Syndicate. Es cierto que la tecnología ha cambiado, el mundo es distinto, pero la pandemia de 1918 comenzó aproximada­mente en febrero o marzo de ese año y duró hasta 1920, dando la vuelta al mundo y generando mucha incertidum­bre sobre una segunda y tercera olas.

¿Qué particular­idades distingue usted de la crisis generada por el Covid?

Esto no comenzó por un exceso financiero o por el ciclo que uno asocia típicament­e con la crisis financiera. Pero todo el desajuste económico que ha habido, el aumento del desempleo, la pérdida de negocios y los confinamie­ntos tienen un efecto acumulado tanto en los balances de los hogares como en los corporativ­os y los soberanos. Obviamente

la expansión de la política fiscal ha tratado de tapar el hueco de la parálisis económica. En los países avanzados, los gobiernos han tenido más espacio para poder compensar. En muchos países en desarrollo, no estoy hablando solamente de los más pobres, sino los de ingresos medios, esta capacidad ha sido muy limitada. A medida que va pasando el tiempo, esto va transformá­ndose de una crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid, que no tenía nada que ver con lo financiero, a un problema financiero.

Entonces, ¿observa usted vulnerabil­idades en este sentido?

La vulnerabil­idad financiera en Europa, en Estados Unidos, en Australia, en los países avanzados, en los de ingresos medios y en los de bajos ingresos es un problema. Estamos en un estado de suspensión en el que todavía no hemos llegado al momento de la verdad, dónde tocará poner fin a las moratorias y repagar deudas. Esto es preocupant­e. La economía funciona bien cuando el mecanismo de crédito también lo hace, pero si este se semiparali­za o se reduce hará que la recuperaci­ón sea difícil y lenta.

¿Qué consecuenc­ias genera ese estado de suspensión al que usted alude?

Hoy por hoy, aparte del estímulo fiscal y la gran respuesta de los bancos centrales, hay muchos programas a nivel bancario que han ofrecido suspension­es temporales, dando así espacio a los hogares y las pequeñas empresas. Hay una moratoria que es transitori­a, pero uno se tiene que hacer la pregunta de qué va a ocurrir con esa deuda. ¿Qué proporción se va a pagar? Por el lado corporativ­o, ¿qué empresas son líquidas y cuáles son insolvente­s? En este momento, esa es una pregunta que es muy difícil de contestar porque todo está en un estado de suspensión. Creo que va a haber importante­s aumentos en la morosidad de préstamos bancarios, tanto por el lado de los hogares como por el lado de las empresas.

¿Está el sector bancario preparado para enfrentar todo este escenario?

Por un lado, los bancos han servido de vehículo para absorber la gran emisión de deuda de los gobiernos, comprando bonos soberanos. Eso de por sí limita la capacidad de dar crédito nuevo para el sector privado. Por otro, tienes el problema potencial, que creo que es grande, de préstamos y compañías zombis. Tienes ese préstamo que se hizo antes del Covid que no se sabe todavía si es insolvente. Eso también limita la capacidad de dar préstamos nuevos. Al mismo tiempo, los bancos también están preocupado­s por el nivel de incertidum­bre de cómo se presentará el resto de este año. Eso les lleva a reducir riesgos, a tomar una mayor cautela en la emisión de nuevos préstamos. De esta forma, endurecen sus estándares para asegurarse de que su cartera no se deteriore. A mí me preocupa que to

do esto lleve a contar con una menor capacidad de emitir nuevos préstamos así como de estimular la recuperaci­ón. No estoy preocupada por repetir un momento Lehman y el drama vivido en 2008, pero sí me preocupa el deterioro en los balances tanto corporativ­os como de los hogares, así como de muchos gobiernos.

¿Le preocupa entonces que los niveles de deuda pública en algunos países se hayan disparado al hilo de los estímulos fiscales?

Soy una persona cautelosa en temas de deuda, pero considero que esto ha sido una guerra. No es un ciclo normal, no es una crisis financiera, esto ha sido una guerra. Primero hay que preocupase por ganarla y luego por cómo pagarla. El tratar de hacer lo posible por el lado fiscal para tratar de responder a un shock de esta magnitud ha sido muy necesario. Honestamen­te, por un tiempo todavía va a seguir siendo necesario. No quiero sonar demasiado negativa, pero no veo que con las vacunas el perfil de la recuperaci­ón vaya a cambiar de la noche a la mañana. No debemos confundir rebote con recuperaci­ón porque el rebote lo estamos teniendo dadas las caídas ya experiment­adas.

Sin embargo, es cierto que parece que los estímulos fiscales y monetarios han aumentado la liquidez y la toma de riesgos en los mercados, ¿no es así?

Hoy en día Egipto, Costa de Marfil y otros países tienen acceso a los mercados de capitales, están emitiendo bonos. Lo mismo ocurre con muchas de las compañías con bajas calificaci­ones o con un rating considerad­o especulati­vo. Es decir, que las bajas tasas de interés y la cantidad de liquidez llevan también a tomar más riesgos y a buscar retornos. Con esa búsqueda se están autoalimen­tando posibles burbujas en renta variable y bonos especulati­vos, bien sean soberanos o corporativ­os. Crear o alimentar nuevas burbujas es algo que también toca el tema de la fragilidad financiera que mencionaba anteriorme­nte. La salud financiera estará impactada por el arrastre de los préstamos en mora y por esta toma de nuevos riesgos.

Hablaba también de posibles dificultad­es en la deuda soberana…

En la parte soberana, lo empezamos a ver por los puntos más débiles. Sobre todo, los países más pobres, que ya entraron en esta crisis con problemas de deuda, de bajo crecimient­o y caídas en las exportacio­nes por el desplome en los precios en las materias primas. En estos momentos, la lista de países con problemas de deuda cada vez se hace más larga.

¿Y qué me dice del papel que puedan jugar los países emergentes en la recuperaci­ón? Al fin y al cabo su papel tras la crisis financiera de 2008 fue muy importante.

Un motor que hubo después de la crisis de 2008-2009 fue China creciendo a un 10% y otros países emergentes avanzando también rápidament­e. Eso es un estímulo a la economía global, al comercio, a las exportacio­nes. Los países emergentes, en distintos grados, porque decir países emergentes y países en desarrollo tiene una variación enorme, pero, en su conjunto, están en una posición mucho más débil de lo que estaban después del episodio de 2008. Por aquel entonces, la crisis estuvo impulsada por los países avanzados. Esta es una crisis global. Ese impulso que por aquel entonces llegó del exterior, ahora no lo veo.

La crisis del Covid: “A medida que el tiempo pasa, la crisis sanitaria va siendo un problema financiero” Sector financiero: “Habrá importante­s alzas de morosidad en préstamos bancarios de hogares y empresas” Le preocupa:

“Los bancos tendrán menor capacidad de dar nuevos préstamos y apoyar la recuperaci­ón” Su balance:

“Esto ha sido una guerra. Primero hay que preocupars­e por ganarla y luego por cómo pagarla” La salida:

“No veo que con las vacunas el perfil de la recuperaci­ón cambie de la noche a la mañana” Bonos soberanos: “La lista de países con problemas de deuda cada vez es más larga en estos momentos”

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