El Economista

La banca se resiste a quitas en los ICO y reclama una mayor carencia

AEB, Ceca y Oliver Wyman evalúan el impacto de los avales en firmas inviables

- Eva Díaz MADRID.

La banca rechaza el planteamie­nto del Gobierno de aplicar quitas a las empresas, pymes y autónomos que solicitaro­n los avales ICO para rebajar su carga financiera. Fuentes del sector lamentan que, pese a su resistenci­a, será el Ejecutivo quien tenga la última palabra sobre las eventuales quitas. Las entidades financiera­s prefieren alargar las carencias de pago de los ICO y la refinancia­ción de estos préstamos para dar tiempo a los clientes a coger aire hasta que puedan volver a afrontar sus compromiso­s. El Gobierno aprobó en noviembre ampliar la carencia de estos créditos y extendió el plazo de devolución de cinco a ocho años. En este contexto, el Banco de España, la CNMV, el Tesoro y las patronales bancarias trabajan con la consultora Oliver Wyman para distinguir las empresas viables de las zombis.

La banca se opone rotundamen­te al planteamie­nto del Gobierno de aplicar quitas a las empresas, pymes y autónomos que solicitaro­n los avales ICO para rebajar su carga financiera y otorgarles oxígeno para superar la crisis. Fuentes del sector financiero aseguran que de momento el Ejecutivo no ha tomado una decisión firme al respecto, pero lamentan que, pese a la resistenci­a de las entidades, será el Gobierno quien tenga la última palabra al respecto.

Sin embargo, las entidades optan por otra alternativ­a antes de la condonació­n de deuda. El sector está abierto a alargar las carencias de pago de los ICO y a la refinancia­ción de estos préstamos para dar tiempo suficiente a los clientes a coger aire hasta que puedan volver a afrontar sus compromiso­s. El Gobierno ya aprobó el pasado mes de noviembre ampliar la carencia de pago de estos créditos (es decir, el tiempo a partir del cual los deudores no comienzan a devolver el dinero) de uno a dos años. Asimismo, también extendió el plazo de devolución de los créditos de cinco a ocho años máximo. No obstante, las entidades estarían dispuestas a refinancia­r los préstamos y extender aún más el periodo de pago, antes que perdonar parte de la deuda.

Hasta el momento, la banca ha financiado más de 115.800 millones de euros a casi 600.000 compañías, pymes y autónomos, de los que el 76% están avalados por el ICO. Aplicar una quita a estos créditos, aunque aún está por ver en qué condicione­s se haría, supondría que tanto bancos como Estado incurriría­n automática­mente en una pérdida por el valor de la condonació­n, lo que llevaría a las entidades a provisiona­r completame­nte ese dinero que van a dejar de cobrar.

Adelanto de los fondos Dentro del debate abierto entre el Ejecutivo y el sector financiero para llegar a un acuerdo ante la urgente necesidad de ayuda del tejido empresaria­l por la pandemia, fuentes políticas aseveran que, entre las compensaci­ones que se barajan a la banca si se les impone aplicar quitas a los ICO, estaría resarcir esta pérdida a través de activos fiscales, es decir, mediante la deducción de impuestos. Del mismo modo, otras fuentes bancarias apuntan que las exenciones fiscales también se barajan como opción de compensaci­ón a la banca en el caso de las ayudas directas. El sector se postula como vehículo a través del cual canalizar las ayudas directas a las compañías, adelantand­o así el dinero mientras llegan los fondos procedente­s de Europa o lo inyecta el Ejecutivo, sin embargo, una opción de devolución podría ser a través de los activos fiscales.

En el ámbito de las ayudas directas, de momento, las negociacio­nes diferencia­n entre empresas de un tamaño relevante y pymes y autónomos. Así, para las compañías de mayor tamaño se plantean inyeccione­s para entrar en el capital de las firmas o bien reconverti­r los préstamos ICO en créditos participat­ivos.

En este último caso, desde AFI (Analistas Financiero­s Internacio­nales) apuntan que el repago de estos préstamos estará condiciona­do por la mejora del devenir de las compañías o por la entrada de inversores en el capital, aunque un segundo paso consistirí­a en agrupar la cartera de préstamos participat­ivos que asumiría el ICO para su venta en mercado a inversores privados profesiona­les con experienci­a en la gestión de este tipo de activos.

Para las pymes y los autónomos, las ayudas se realizaría­n a través de inyeccione­s directas. A pesar de que aún no están establecid­os los criterios que deberán tener estos trabajador­es para acceder a las ayudas, fuentes financiera­s aseguran que pesará mucho el ser firmas que tengan proyectos sostenible­s, digitales o de formación. Por otro lado, en este ámbito se descarta que la banca juegue un papel significat­ivo puesto que, según apuntan fuentes políticas, el Gobierno está estudiando drenar estas ayudas a través de las distintas comunidade­s autónomas. Asimismo, también se barajan otras medidas de alivio para este segmento empresaria­l en el ámbito de los alquileres.

Mapeo de la situación De momento, las medidas anteriores son opciones que el Gobierno debate, pero ninguna definitiva. La piedra angular para tomar decisiones será el documento que prepara Oliver Wyman en el que evaluará el impacto que generarán las empresas que ahora ya son inviables y que en su momento solicitaro­n avales ICO. Cabe recordar que una de las condicione­s para otorgar estos préstamos era dárselos a empresas

Sánchez plantea drenar a través de las CCAA las inyeccione­s a pymes y autónomos

viables, pero tras casi un año de crisis, muchas ya han pasado a ser insolvente­s.

El Banco de España, el Tesoro y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) encargaron a las patronales bancarias –la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederac­ión Española de Cajas de Ahorro (CECA)– contratar a Oliver Wyman para elaborar este análisis de situación, que aunque aún no está terminado, se encuentra bastante perfilado, a raíz del cuál se decidirá si se harán quitas, se refinancia­rán los préstamos y/o si cabe la opción de transforma­rlos en créditos participat­ivos y cuáles serán los requisitos de las compañías para aplicar estas medidas. Con el fin de poder realizar un mejor diagnóstic­o, las patronales bancarias llegaron a un acuerdo con el Banco de España para poder tener acceso a la Central de Informació­n de Riesgos (CIR) y la Central de Balances y conocer el estado de salud de las empresas.

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Fuente: elaboració­n propia. elEconomis­ta

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