Facebook desafía a la prensa global al negarse a pagar a los editores
La red social debería aprender de Google, que ya pasa por caja y promueve acuerdos editoriales
El leve aleteo de un lepidóptero puede sentirse al otro lado del mundo. El proverbio chino se conoce como ‘efecto mariposa’ y estos días se reproduce en el ámbito editorial en todo el mundo, empezando por Europa. Hay que desplazarse hasta Australia, donde Facebook ha borrado de su red todas las informaciones de las cabeceras periodísticas que considera rebeldes en aquel país. La red social juzga que los grupos editoriales ya ganan suficiente dinero con el simple hecho de aparecer en un sitio de audiencias tan multimillonarias como el suyo. Es decir, la compañía de Mark Zuckerberg no retribuye a sus proveedores de contenidos periodísticos porque ya lo hace -indirectamente- a través de la difusión que proporciona. Por lo tanto, cada periódico, revista, radio o televisión es libre para comercializar ese incremento de audiencia generado por la red través de acuerdos publicitarios con terceros, sin que Facebook tenga que pagar un céntimo por ello. Y ante esta situación, los medios australianos han reaccionado con contundencia y sin fisuras, con una decisión que promete replicarse en el resto del Primer Mundo: “Si quieres informaciones, paga por ellas”. Lo han proclamado en las antípodas, y como el referido efecto mariposa, el eco se reproduce en cada grupo editorial del mundo.
A grandes rasgos, los editores vienen a defender lo que ya han conseguido otras industrias de contenidos digitales, como la música, el vídeo o los juegos. Spotify, por ejemplo, paga religiosamente a las discográficas que ofrecen las creaciones de sus músicos en la red y no hay debate posible. Sin embargo, cuando se trata de noticias, parece que los textos surgen del aire, que se alimentan de golpecitos en el ratón o del suave deslizar del dedo sobre la pantalla del móvil. Salvando las distancias, el asunto de Facebook recuerda a ciertas empresas informativas que históricamente se ufanaban al pagar a sus jóvenes promesas en “prestigio” por el simple hecho de brindarles un escaparate profesional de alta repercusión. Y es conocido que la adquisición de cierto renombre no es moneda de cambio cuando se trata de pagar la compra en el supermercado, llenar el depósito de gasolina o cumplir cada mes con el pago mensual de la hipoteca. El resultado final del órdago de los editores australiano al titán de Internet se ha traducido en la eliminación de las noticias para los usuarios de Facebook en aquel país. Ahora bien, lo que la red social quizá no ha medido es que el pulso que mantiene en Australia con los dueños de los derechos editoriales está expuesto al mundo, de forma que lo que suceda en ese lejano país podría replicarse de inmediato en el resto del planeta. El problema es global y, por tanto, la solución debería ser universal.
Desde la empresa estadounidense mantienen que Facebook ayuda de forma extraordinaria a incrementar la difusión de las noticias, lo que se traduce a mayores visitas a las páginas de los medios y mayores ingresos por audiencia. Donde no reparan es que, cada vez que Facebook sufre una caída, el tráfico directo de los periódicos aumenta entre un 20 y un 40%. Es decir, Facebook está muy bien como aliado, pero ni mucho menos es imprescindible.
En España ocurrió algo parecido en 2014, cuando Google News expulsó a los medios de comunicación que exigían el pago por ofrecer informaciones indexadas en sus servicios. Inicialmente, el tráfico descendió en los principales medios (todos ellos hicieron piña en defensa de sus derechos), pero sin que la audiencia de los medios implicados se viera afectada en el medio plazo.
Google ha tardado en aprender la lección pero finalmente se ha avenido a considerar el pago a los editores. De hecho, ha puesto en marcha el proyecto ‘News Showcase’ donde prevé inyectar inversiones superiores a los mil millones de euros en los tres próximos años. También pasa por caja en Francia, donde 121 editores de prensa gala se han repartido más de 63 millones procedentes de Mountain View. Google también está alcanzado acuerdos con gigantes editoriales de la talla de News Corp, que exigen la remuneración por compartir las informaciones de ‘The Wall Street Journal’ o ‘The New York Post’, en EEUU, así como ‘The Times’ o ‘The Sun’, entre otros, en el Reino Unido.