Abengoa, una mala noticia para la industria española
El grupo Abengoa, constituido en 1941 y con sede en Sevilla, está integrado por 325 sociedades, parte de las cuales ya están en concurso de acreedores o liquidación. Especializado en los sectores de infraestructuras, energía y agua es Abengoa S.A., matriz de la multinacional, la que ha solicitado el concurso de acreedores al tener un déficit patrimonial de 388 millones de euros y no haber logrado un acuerdo para convertir parte los 153 millones de esa deuda vencida en créditos participativos. Desde el pasado 18 de agosto, Abengoa S. A. estaba en preconcurso de acreedores y el 18 de febrero venció su protección preconcursal. El tercer plan de rescate negociado por Gonzalo Urquijo preveía condonaciones y la conversión de deuda en acciones de la filial Abenewco1 (que concentra el negocio), hasta dejar el pasivo financiero de la compañía en 528 millones. Sin embargo, ese plan dejaba diluidos a los accionistas de Abengoa S.A. en un 2,7% de la filial Abenewco1, la nueva Abengoa que concentra el activo y los negocios de la multinacional.
Estamos ante el segundo mayor concurso de España, con una deuda cercana a los 6.000 millones de euros (al cierre de 2019 se situaba en 5.989,7 millones), solo por detrás del de Martinsa Fadesa, que sumó más de 7.100 millones de euros. Abengoa pasará a la historia por protagonizar la mayor quiebra desde la Gran Recesión.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, dijo la semana pasada que el Gobierno central está dispuesto a seguir ayudando a Abengoa y pidió tanto a la Junta de Andalucía como a los accionistas minoritarios que desbloquearan la compleja situación que vive la multinacional andaluza. No obstante, la inclusión de la aportación de la Junta en el contrato de reestructuración se hizo sin que en ningún momento hubiera un compromiso formal del Gobierno andaluz y sin aportar ninguna garantía de que la empresa devolvería el dinero público, según defiende el Ejecutivo regional. El ICO y la banca acreedora se agarraron a esa negativa para no movilizar los recursos a los que se habían comprometido. Es una muy mala noticia para el sector y sin duda para la industria española ahora que se espera el final de la pandemia y una recuperación del PIB nacional, donde sin duda Abengoa juega un papel importante. La compañía emplea a 14.000 trabajadoras y trabajadores, 2.500 en España; miles de empleos que se quedan en el aire a la espera de posibles reestructuraciones o recolocaciones en el propio sector. El problema de fondo de la viabilidad no se ha conseguido resolver, y eso sin duda ha pesado como una losa. Las desavenencias internas y la falta de los 20 millones que eran necesarios para el rescate han llevado al grupo al abismo financiero. Ahora toca a las administraciones buscar buenas soluciones para poder redirigir la situación en un momento y un sector también perjudicado por la situación de la pandemia.
España es un país puntero en desarrollo de instalación de energías, en el que Abengoa tiene gran conocimiento, y somos uno de los países con más futuro en la energía solar. Se deben aprovechar estos factores para recuperar el talento y redirigir tanto a empresas como investigación en este sentido, para conseguir absorber en el mercado laboral a todas las personas que pueden perder su empleo. Nos quedan para la sociedad las lecciones aprendidas de una gestión mejorable tanto en el aspecto técnico como en el financiero, y un aviso a navegantes para la optimización de los recursos, la mejora de la investigación y el desarrollo e innovación de las empresas que se presume va a ser capital en los próximos años.
Una gestión que hubiera optimizado los recursos de la empresa hubiera evitado el desenlace
El problema de fondo, la viabilidad, no se ha resuelto y eso ha pesado como una losa