Cuatro de cada diez contratos indefinidos eran antes temporales
Son conversiones de contratos eventuales bonificados
Cuatro de cada diez contratos indefinidos en realidad no son nuevos puestos de trabajo, sino una mera transformación de un empleo temporal en indefinido. Muchos porque se termina el plazo para seguir como temporales o la Inspección de Trabajo ha forzado la conversión, pero muchos porque las empresas los reconvierten para lograr bonificaciones de cotizaciones a la Seguridad Social.
Cuatro de cada diez contratos indefinidos en realidad no son nuevos puestos de trabajo, sino una mera transformación de un empleo temporal en indefinido. Muchos porque se termina el plazo para seguir como temporales o la Inspección de Trabajo ha forzado la conversión, pero otros muchos porque las empresas los reconvierten para obtener bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.
El peso de las “conversiones” sobre el total de contratos indefinidos que se registran en el Sepe va en aumento. En enero de 2021 alcanzaron el 41,4% del total de los indefinidos, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo. En el conjunto del pasado año, atípico por el efecto de la pandemia, el 39,36% de los contratos registrados como indefinidos fueron meras conversiones de otros temporales. Pero durane 2020 hubo una gran fluctuación según meses, desde un máximo del 44,8% registrado en diciembre al 32,9% de junio.
En una retrospectiva a más largo plazo, comparando el mes de enero del último decenio se confirma una clara evolución al alza. El 41,4% este año contrasta con el 18% registrado en 2011, antes de la última gran reforma laboral. En 2012, año en que entraron en vigor los cambios normativos del PP, se produjo una reducción tanto en el número de contratos temporales registrados como, sobre todo, en el de conversiones, que se limitaron al 5,1%. Pero a partir de 2013, cuando la transformación de contratos temporales en fijos supuso el 35,5% del total de los indefinidos, se ha ido incrementado el peso de las conversiones de forma continuada.
Las estadísticas publicadas no permiten conocer al detalle los motivos de la conversión, que el año pasado alcanzó a 608.333 contratos de los 1,54 millones de indefinidos que se registraron en el Sepe. Según datos del Ministerio de Trabajo, la Inspección detectó el año pasado 97.420 contratos temporales con alguna irregularidad y forzó su transformación en fijos, casi uno de cada seis conversiones. Pero el año anterior, que no estuvo condicionado por las limitaciones del confinamiento, la Inspección se apuntó 169.257 contratos modificados. Pare este año, la previsión de la previsión del Ministerio de Trabajo es hacer fijos a 80.000 temporales.
El año pasado la Inspección de Trabajo convirtió 97.420 temporales en contratos fijos
Las bonificaciones a la Seguridad Social que conlleva la conversión de contratos temporales de ciertos colectivos es otra de las causas que explican estas cifras. Las subvenciones provienen del Ministerio de Trabajo, pero también de las comunidades autónomas. El primero se centra en las conversión de contrade tos de formación y aprendizaje y prácticas, temporales agrarios, trabajadores con discapacidad o de exclusión social y van de 500 euros a 6.300 euros al año. Pero, por ejemplo, la Comunidad de Madrid bonifica la conversión de empleos temporales y de obra y servicio.
En línea con la temporalidad Este fenómeno se enmarca dentro de una de las peculiaridades del mercado laboral español, la alta tasa de temporalidad que en el cuarto trimestre del pasado año se sitúo en el 24,6% del total de los asalariados, según datos de UGT. Y eso teniendo en cuenta que la fuerte destrucción de contratos eventuales con el Covid ha rebajado la tasa desde el 26,9% del mismo trimestre de 2018. Pero esta peculiaridad se convierte en rareza por la abundancia de contratos registrados, algunos de semanas e incluso días.
El pasado año se firmaron 15,9 millones de contratos (22,5 millones en 2019 y algo más de 22 millones en 2018) de los que solo 1,5 millones, el 9,56% fueron indefinidos. El resto, todos temporales.
Un porcentaje que se mantiene por debajo del 10% salvo dos años en la última década: en 2018, que llegó al 10,25% del total de los contratos, y en 2012, con un 10,06%, según los datos estadísticos del Ministerio de Trabajo.