El Gobierno vasco se desvincula de la compra de ITP Aero
Niega que impulse junto a Aernnova una operación para adquirir el fabricante vizcaíno
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, negó ayer que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu esté valorando apoyar a Aernnova en la compra de ITP Aero, tal y como se está especulando. Tapia afirmó que no se está impulsando una operación conjunta con el fabricante alavés de aeroestructuras, para hacerse con la firma vizcaína que su propietario Rolls-Royce ha puesto a la venta.
Tanto desde el Gobierno vasco como desde el central han reconocido que vigilarán el devenir del proceso, porque ITP Aero es una compañía tractora de la economía vasca y, además, forma parte de un sector estratégico de seguridad nacional. Cabe recordar que la participada de la multinacional británica realiza el mantenimiento de los motores de los aviones y helicópteros del Ministerio de Defensa, un contrato con vigencia para el periodo 2020-2021 y con opción a una prórroga de dos años más.
Asimismo, Tapia se refirió al posible desarraigo de ITP Aero en Euskadi tras su venta. Comentó la consejera que lo principal ahora es “asegurar el proyecto y no la nacionalidad del futuro comprador”. La consejera no descartó, una vez completado el proceso de venta, la posible entrada del Ejecutivo vasco en el capital de la compañía para, precisamente, ligar su actividad económica en País Vasco.
Por el momento, Rolls-Royce negocia con diversos inversores, entre los que se encuentran Carlyle, CVC, KKR, Towerbrook, en consorcio con Onex, Platinum y el fabricante alemán MTU. No obstante, debido a la crisis económica actual la resolución final puede dilatarse en el tiempo.
Mientras, la multinacional británica ha traspasado al grupo vasco la propiedad de una fábrica en Hucknall (Reino Unido), que tiene más de 600 trabajadores, lo que aumenta su capacidad y la gama de productos.
ITP Aero cerró en 2020 el peor ejercicio de su historia con pérdidas de 13 millones de euros frente a los 95 millones de beneficio que obtuvo en el año anterior, un descenso superior al 110%. Las ventas, por su parte, cayeron un 25%, hasta los 735 millones. Además, afrontó una reestructuración productiva para ajustarse a la demanda actual y futura.