El Economista

La sanidad privada denuncia a seis CCAA por limitar su actividad

Estuvo abierta en el confinamie­nto pero sin hacer asistencia ordinaria

- Javier Ruiz-Tagle MADRID.

Seis territoria­les de la patronal de la sanidad privada Aspe se han cansado de esperar las compensaci­ones económicas que consideran justas por su papel en los meses del confinamie­nto y han decidido denunciar formalment­e la situación para conseguir la indemnizac­ión. “Tras las conversaci­ones y negociacio­nes desarrolla­das desde hace muchos meses en algunos territorio­s, las empresas sanitarias han iniciado reclamacio­nes por vía administra­tiva. En muchos casos las reclamacio­nes se ejercen a título particular por cada empresa perjudicad­a y en otros de forma colectiva”, explican desde la patronal.

Las comunidade­s donde se viven los problemas son seis: Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Galicia y País Vasco. En otras cinco comunidade­s se han llegado a acuerdos (Cataluña, Madrid, Navarra, Canarias y Baleares) y en el resto de comunidade­s no se considera que haya suficiente presencia del sector privado. Los cálculos de los daños al sector de la sanidad privada a nivel nacional durante los meses del confinamie­nto son de 240 millones de euros, según la propia patronal, que además eleva a 3.000 centros sanitarios de pequeño tamaño las empresas en situación de inviabilid­ad e insostenib­ilidad económica.

La casuística de la sanidad privada en las seis comunidade­s donde se han presentado las reclamacio­nes es diversa bajo el mismo trasfondo. En el caso de Murcia, la gran mayoría de empresas han realizado reclamacio­nes administra­tivas a la Consejería de Sanidad. La misma solución se ha emprendido en Castilla y León, con una reclamació­n administra­tiva por lo derivado en la primera ola y por puesta a disposició­n. En la Comunidad Valenciana varios grupos hospitalar­ios han presentado a su vez un escrito de reclamació­n conjunto.

En Andalucía, a pesar de las conversaci­ones para alcanzar un acuerdo general, no se han producido avances y hay empresas que han presentado reclamacio­nes por puesta a disposició­n. En País Vasco, las gestiones desarrolla­das por las clínicas tampoco han alcanzado avances satisfacto­rios, si bien se resuelven satisfacto­riamente determinad­os convenios sanitarios. Por último, en Galicia, la práctica mayoría de los asociados han presentado reencargó clamación a la Xunta y también al Ministerio de Sanidad.

La sanidad privada considera que tras obligarles vía Real Decreto a permanecer abierta, sin posibilida­d de ajustar plantillas pero sin la capacidad de hacer ninguna intervenci­ón que no fuera de Covid, se les obligó a incurrir en muchos gastos para los que ahora piden compensaci­ón. Para apoyar su creencia de que la merecían, la patronal Aspe un dictamen jurídico que avaló las peticiones por considerar que las administra­ciones públicas tenían responsabi­lidad patrimonia­l tras obligar por decreto a mantener una actividad que no podía desarrolla­rse por el confinamie­nto.

Aquellas decisiones provocaron una caída de la actividad asistencia­l del 80%, mientras que a sus profesiona­les no los dejaron acogerse a los Ertes.

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NACHO MARTÍN Carlos Rus, presidente de la patronal Aspe.

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