AWS es el líder actual de las nubes públicas con una cuota global del 32%
Un reciente estudio de la consultora McKinsey, firmado por Will Forrest y otros profesionales de diversas oficinas de la firma, titulado, en traducción libre, “La disputa por el premio de un trillón de dólares de las nubes de Internet”, pone de manifiesto que el crecimiento imparable de la red global está en continua evolución, ofreciendo un potencial enorme de creación de riqueza para las economías de todo el mundo y de beneficios para las empresas que sepan aprovecharlo. Las nubes de Internet son más que un desplazamiento de recursos de computación, almacenamiento y cada vez más inteligencia artificial a un entorno compartido, flexible y siempre disponible, hecho posible y a la vez derivado del uso del protocolo IP (Internet) para la interconexión de ordenadores (entre los cuales los más numerosos son los cerca de 3.800 millones de “smartphones” que según Statista accederán a recursos informáticos en las nubes públicas y con toda probabilidad ya más de la mitad de la población de la Tierra utiliza de diversas maneras y de forma continuada tales recursos, pues en realidad Internet y la computación en las nubes son prácticamente inseparables.
Una trayectoria sin parangón desde su puesta de largo en 2006 por Amazon con el concepto de “computación elástica”, aprovechando la capacidad propia de procesamiento de datos excedentaria y que dio lugar al nacimiento de AWS, el líder actual de las nubes públicas, con una cuota del 32 por ciento del mercado, en un negocio para el que la consultora Gartner espera unas ventas en 2021 próximas a 254.000 millones de euros. Las nubes representan una forma novedosa y extremadamente eficiente de operar y gestionar las aplicaciones que requiere cualquier negocio, sea en lo que representa su oferta comercial y su interacción con el mercado y sus clientes, en su gestión interna de recursos humanos y materiales o en los protocolos de relación con sus proveedores, con las autoridades y con el público en general. El estudio de referencia ve las nubes como la expresión del procesamiento de datos en la era de Internet, en la que la inversión en capacidades de cálculo o de almacenamiento de datos no tiene sentido, convirtiéndose en un gasto variable normalmente creciente- en función del volumen de transacciones o del número de registros asociados a una actividad concreta, con o sin ánimo de lucro.
La inversión la hacen por cuenta de todos los demás fundamentalmente los titanes de Internet (Amazon/AWS; Microsoft; Google; Oracle e IBM en Occidente y Alibaba y Tencent en China), que por si mismos tienen la escala para reducir de manera prodigiosa los costes unitarios de este modelo operativo de sistemas de información y pueden además impulsar de manera estructurada (es decir, desarrollando un catálogo de productos y servicios) los procesos de renovación e innovación en tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) al que McKinsey asocia el inmenso premio mencionado al inicio y que según el mismo informe en ciertos sectores económicos pueden arrojar mejoras potenciales de los márgenes operativos superiores a 20 puntos en lo que resta de década, abriendo la posibilidad de que los entornos competitivos se dinamicen gracias al acceso indiscriminado de las empresas líderes y seguidoras a similares capacidades tecnológicas, redundando presumiblemente en una mejora notable de la productividad general y, qui