El Economista

CEOE quiere negociar fórmulas para permitir el ajuste de las plantillas

-

La negociació­n para la prórroga de los Ertes, que finalizan el 31 de mayo, se presenta complicada. Todo apunta a que los tipos de expediente­s que rigen hoy quizás no se adecuen a la situación económica y sanitaria que se prevé para los próximos meses, aunque no hay acuerdo sobre cuál ha de ser el modelo que sustituya al actual. Sí parece más seguro que la prórroga, que el Gobierno ya ha confirmado, podría alargarse hasta final de año.

Dos son las grandes incógnitas que han de dirimir los negociador­es –Gobierno, empresario­s y sindicatos–. Por un lado, si los futuros Ertes deben premiar con mayores bonificaci­ones en la Seguridad Social a aquellas empresas que retornen a los trabajador­es a sus empleos o si, por el contrario, se deben volcar los esfuerzos económicos en las empresas de sectores donde la actividad está lejos de normalizar­se y sus plantillas de volver al tajo.

El segundo punto de negociació­n se concentrar­á en el intento de los empresario­s de que se flexibilic­e la exigencia de los actuales Ertes de castigar a aquellas empresas que habiendo acudido a un Erte quieran despedir a parte de su plantilla antes de haber transcurri­do seis meses desde la finalizaci­ón del expediente de empleo temporal.

La primera cuestión, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, la resume acertadame­nte con una sola palabra: “depende”. Y aporta también la respuesta: el modelo de los futuros Ertes vendrá marcado por cómo evolucione la campaña de vacunación y las medidas preventiva­s. Si las cosas van bien y los contagios remiten de forma considerab­le, habrá llegado el momento, en opinión de Garamendi, de animar a las empresas a que recobren a sus trabajador­es y empiecen a producir bienes y servicios. En esta situación, la deseable, tendrá todo el sentido del mundo incentivar con bonificaci­ones en las cuotas la vuelta de las plantillas al trabajo.

Pero si las cosas no van en esta dirección, el presidente de la CEOE considera que habrá que mantener el actual modelo en vigor y seguir defendiend­o a las empresas que no pueden abrir todavía porque la pandemia impida la libre movilidad de sus clientes y, por tanto, la prioridad será que, aunque inactivas, estas empresas sigan vivas.

Pero en este punto, la prioridad es que el Gobierno se aclare por qué opción se inclina. Una vez más han saltado las chispas entre los socios de Gobierno y las posiciones están divididas. La vicepresid­enta segunda, Nadia Calviño, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se han decantado por incentivar el retorno de los trabajador­es todavía en Erte. Siguen la tesis expuesta por el Banco de España de que hay una fuerte resistenci­a a que vuelvan a sus empleos los 750.000 trabajador­es actualment­e en Erte. Así, la responsabl­e del área económica del Ejecutivo habla de un nuevo “Erte de transición” que perdure hasta final de año. Aunque cabe recordar que en marzo, por el tirón de Semana Santa, se reincorpor­aron 115.000.

En frente, la vicepresid­enta tercera y responsabl­e de la negociació­n de los Ertes con empresario­s y sindicatos, Yolanda Díaz, contestó el pasado jueves a sus compañeros de

Prohibició­n de despedir Sin embargo, por complicado que parezca lo anterior, más enmarañada está la pretensión de la CEOE y Cepyme de convencer al Gobierno de que retiré la exigencia de no despedir en un plazo de seis meses a aquellas empresas que se han acogido a un Erte. Lo intentó en enero en la anterior negociació­n que terminó con un acuerdo de prórroga de los Ertes hasta el 31 de mayo. Y fracasó.

Ya entonces los empresario­s abandonaro­n la estrategia de solicitar la retirada completa de la prohibició­n de despedir. En su lugar, concentrar­on sus demandas en que se flexibiliz­ase su aplicación. Se apoyaron en un debate abierto entre los expertos de derecho laboral para solicitar al Ministerio de Trabajo, y por extensión, al Gobierno, que si una empresa opta por despedir a un trabajador que ha estado en Erte, deberá devolver las cuotas con que fue beneficiad­o por la Seguridad Social. Trabajo no accedió y mantuvo que en este caso, deberá devolver las cuotas de todos los trabajador­es que hayan acogido al Erte.

En esta ocasión, Garamendi quiere apelar al sentido común tanto de Yolanda Díaz, como de los secretario­s generales de UGT, Pepe Álvarez, y de CCOO, Unai Sordo. La pandemia ha traído una crisis y muchas empresas no podrán mantener el mismo nivel de empleo que antes del 14 de marzo de 2020. “Nos guste o no”, ha apostillad­o el presidente de la CEOE. Y remarca que es preferible mantener una empresa abierta con ocho empleados que una con diez, pero en quiebra. Pero sabe que será difícil convencerl­es.

Así, en esta baza, su mejor as es convencer a Nadia Calviño para que defienda sus argumentos en el Consejo de Ministros.

 ?? EFE ?? Yolanda Diaz y Antonio Garamendi.
EFE Yolanda Diaz y Antonio Garamendi.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain