El Economista

Las petroleras normalizar­án su beneficio después de que el barril no valiese nada

Las ganancias previstas para el sector en 2021 se acercarán ya a la media del trienio previo al Covid El 20 de abril es el aniversari­o del día en el que el mercado llegó a pagar por almacenar crudo

- Víctor Blanco Moro MADRID.

A punto de cumplirse el primer aniversari­o del día en el que el barril de petróleo llegó a no valer nada en el mercado, la situación de las empresas del sector del oro negro no es tan negativa como podía pensarse en aquel momento. El precio del barril se ha recuperado con fuerza desde abril de 2020 y el beneficio esperado por parte de los analistas para las grandes petroleras del planeta durante este año prácticame­nte es el mismo que mantenían antes de la llegada de la pandemia de Covid-19.

Las 50 petroleras integradas (aquellas que se dedican a varios procesos diferentes dentro del negocio del crudo, como la exploració­n y producción, el refino o el transporte de crudo) más grandes por capitaliza­ción bursátil tuvieron un beneficio neto de 247.681 millones de dólares entre todas, de media, en los tres años previos a la crisis de 2020. En 2017 el beneficio conjunto fue de más de 201.000 millones, en 2018 de 289.000 millones y en 2019 de 252.000 millones, unas ganancias que se evaporaron el año pasado, en un ejercicio en el que las pérdidas acumuladas de todas estas firmas fueron del entorno de los 35.000 millones de euros. Sin embargo, la recuperaci­ón ha sido muy rápida, y para 2021 el consenso de analistas que recoge FactSet espera que entre todas sumen unas ganancias de más de 240.000 millones, apenas un 3% por debajo del beneficio que conseguier­on en los tres años previos a la pandemia.

Miedo, pánico y optimismo La historia del petróleo en los últimos meses ha sido cardíaca. El barril Brent, de referencia en Europa, arrancaba el año 2020 en el entorno de los 70 dólares, mientras que el West Texas estadounid­ense lo hacía cerca de los 60 dólares. Cuatro meses después, en abril, el Brent se movía en precios por debajo de los 20 dólares, mientras que el estadounid­ense no valía nada. Es más, los inversores que el 20 de abril de 2020, el día de los vencimient­os, tenían en propiedad contratos de futuro sobre el barril americano tuvieron que llegar a pagar casi 40 dólares por cada barril que estuviese representa­do en esos futuros.

Fue algo histórico. Pilló por sorpresa a inversores que no eran siquiera consciente­s de que, por algunas particular­idades técnicas en la forma de operar en el mercado de futuros estadounid­ense, esta situación podía llegar a producirse. Fue, probableme­nte, el día de mayor pánico que se ha vivido en la historia de los mercados del petróleo americano, pero desde aquel momento la situación ha mejorado ostensible­mente, y se ha producido una recuperaci­ón de los precios que ha llevado, tanto al West Texas como al Brent, a cotizar de nuevo en la cota de 60 dólares por barril.

La llegada de las vacunas y las evidencias de que estas están siendo eficaces ha hecho pensar a los mercados que el fin de los confinamie­ntos está cerca, lo que sin duda traerá asociado un incremento importante de la demanda de petróleo desde los niveles que se tocaron en 2020. Además, por la parte de la oferta, la Organizaci­ón de Países Exportador­es de Petróleo (OPEP) y sus socios externos han contribuid­o a las subidas de los precios con un recorte de producción que se ha alargado durante varios meses y se mantiene vigente todavía hoy (en mayo empezarán ya a abrir los grifos, una tendencia que continuará durante los siguientes meses, según el último acuerdo que ha cerrado el cártel en abril).

Parece que el futuro del petróleo va a estar en los próximos meses determinad­o, por un lado, por el ritmo de expansión del virus, con la esperanza de que sea más lento gracias a las vacunas, y por otro, por las decisiones que pueda tomar la OPEP en torno a la producción del recurso energético. En este frente, las últimas noticias, del pasado viernes, reflejaban una mayor disposició­n de Arabia Saudí a permitir subidas de oferta, algo que podría ser un freno a las subidas del barril.

Repsol recuperará en 2022 La petrolera española cerró 2020 con pérdidas de 3.289 millones de euros, después de verse obligada a revisar a la baja el valor de sus activos y de sus reservas. Aunque, sin

La OPEP ha acordado empezar a abrir los grifos de la oferta a partir del mes de mayo

incluir elementos extraordin­arios, al firma consiguió doblar las expectativ­as de los analistas con ganancias de 600 millones de euros.

Previament­e, Repsol ganó 1.900 millones de euros en 2019, una cantidad que no conseguirá alcanzar este año, según la opinión de los analistas que recoge FactSet, ya que creen que se embolsará un beneficio neto de 1.466 millones de euros. Sin embargo, ya en 2022 el beneficio de la petrolera española volverá a estar normalizad­o con las cifras que consiguió durante el año anterior al Covid: los expertos creen que ganará casi 1.910 millones de euros ese año, una cantidad que continuará incrementá­ndose en 2023, si se cumplen las previsione­s, que apuntan a ganancias de casi 2.080 millones de euros.

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