Acerinox ve 2021 como el año de la recuperación tras cuatro años de hibernación
La acerera cuenta con una cartera de pedidos un 80% superior a marzo de 2020
“Vemos la luz al final del túnel”, asegura Rafael Miranda, presidente de Acerinox, que cree que será 2021 el año de la “recuperación” para la compañía. Hay que tener en cuenta que el sector acerero, antes del estallido del Covid en 2020, venía de sufrir dos años seguidos –desde 2018– una caída de la demanda de sus productos, vinculada en parte al parón propio que también atravesaba el sector automovilístico. “Ahora podemos decir que tenemos una visibilidad de tres meses en las carteras de pedidos; llevábamos casi cuatro años en los que no teníamos esta visibilidad. Nuestra cartera de pedidos es un 80% superior a los que teníamos a 31 de marzo del año pasado. Las perspectivas son mejores”, reconoció Bernardo Velázquez, consejero delegado de la firma en un desayuno previo con periodistas en Madrid antes de que este jueves celebren la Junta General de Accionistas.
“Los mercados están esperando la apertura de países y que todo se vaya normalizando, lo que dependerá, en gran parte, de la demanda embalsada. Es verdad que hay una recuperación potente que será diferencial, aunque están preocupados por una inflación a futuro. Esto es una magnífica oportunidad para Acerinox por nuestra presencia global [EEUU supone un 45% de las ventas]. Además, los mercados están muy positivos con todo lo que tiene que ver con commodities y nosotros en una gran parte de nuestro negocio lo somos. Con el añadido de VDM Metals, por primera vez este año, vamos a jugar un papel relevante en la recuperación”, sentenció Miranda.
Acerinox, que adquirió la alemana VDM a finales de 2019, espera que la filial de aleaciones especiales les reporte un 20% del ebitda del grupo los próximos años.
El grupo acerero logró sortear la crisis de 2020 con una caída de la facturación del 2%, hasta los 4.668 millones de euros; un ebitda de 384 millones, un 5% inferior a 2019; y líneas de liquidez por valor de 1.772 millones de euros, casi tres veces superior a su deuda, en 398 millones de euros.
Además, Acerinox aspira también a formar parte de las líneas de financiación europeas y americanas aprobadas por sendas administraciones, aunque no han cifrado el importe de los fondos que podrían recibir dentro de los proyectos comunes en su industria a los que se sumarán.
Respecto a la venta de Bahru, su filial en Malasia, afirman estar abiertos a la venta, “todo depende del precio”, dicen, aunque insisten en que en 2020 ya generó ebitda positivo y caja.