La auditoría pone en duda la viabilidad de ‘La Tagliatella’
La compañía asegura que tiene garantizada la continuidad hasta fin de año
El auditor pone en duda el plan de viabilidad de Amrest, la empresa propietaria de La Tagliatella y uno de los mayores franquiciados en Europa de marcas como Burger King, KFC,o Starbucks, entre otras. Aunque la empresa asegura en su último informe anual de cuentas que, “dado el análisis de la información disponible, las circunstancias actuales y las incertidumbres sobre el futuro”, el consejo de administración garantiza la viabilidad de la compañía “durante un periodo de al menos un año”, hasta el próximo 31 de diciembre, KPMG, sin embargo, no lo tiene tan claro. Según dice, “dada la impredecibilidad del posible impacto de la pandemia, existen incertidumbres que ponen en entredicho la capacidad del grupo para seguir como empresa en funcionamiento”. El año pasado perdió 183,7 millones.
El auditor pone en duda la viabilidad a corto plazo de Amrest, la empresa propietaria de La Tagliatella y uno de los mayores franquiciados en Europa de marcas como Burger King, KFC, o Starbucks, entre otras. Aunque la empresa asegura en su último informe anual de cuentas, que “dado el análisis de la información disponible, las circunstancias actuales y las incerdidumbres sobre el futuro”, el consejo de administración garantiza la viabilidad de la compañía “durante un periodo de al menos un año”, hasta el próximo 31 de diciembre, KPMG, sin embargo, no lo tiene tan claro. Según dice, “dada la impredecibilidad del posible impacto de la pandemia, existen incertidumbres que ponen en entredicho la capacidad del grupo para seguir como empresa en funcionamiento”.
En este sentido, además de alertar de la imposibilidad de calcular los gastos futuros de explotación, la firma encargada de supervisar las cuentas resalta que es posible que algunos establecimientos “tengan que cerrarse debido al empeoramiento de la economía” y la falta de acuerdo con los propietarios de los locales para bajar la renta de los mismos. Según dice, “esta situación también puede perjudicar las actividades empresariales y los resultados de explotación”. Pero no solo eso. “Terminar el contrato de alquiler pertinente en condiciones rentables puede resultar imposible” y, además, “el cierre de los restaurantes franquiciados está sujeto a la aprobación del franquiciador y no es seguro que pueda obtenerse”.
Como consecuencia de la crisis sanitaria y el cierre temporal y la reducción significativa de espacios y horarios de actividad, la empresa cerró el último ejercicio con una caída de la facturación del 22%, hasta 1.522 millones de euros, sumando unas pérdidas de 183,7 millones de euros, frente a un beneficio neto el año anterior de 66,9 millones.
Ante todo ello, los auditores resaltan que “consideramos el riesgo asociado a la evaluación por parte de los administradores de la aplicación del principio de empresa en funcionaminto una cuestión clave de nuestra auditoría por los juicios significativos que requiere dicha evaluación, así como la incertidumbre en la realización de proyecciones de tesorería en las circunstancias actuales”.
Amrest admite en sus cuentas que está expuesta al riesgo de liquidez debido al posible incumplimento de sus compromisos financieros y a la hipotética reclasificación de la deuda a corto plazo, por lo que los vencimientos podrían limitarse a solo doce meses. No obstante, el grupo recuerda también que al final del año pasado obtuvo de sus bancos financiadores y los bonistas una dispensa para poder incumplir determinados compromisos (covenant) relacionados con el apalancamiento y los ratios de cobertura para el cuarto trimestre de 2020 y los tres primeros trimestres de este año. Durante dichos periodos, esos compromisos se sustituyeron por la obligación de mantener un nivel de liquidez mínimo de 80 millones de euros, que se reducirá a 50 millones durante el tercer y el cuarto trimestre de este año.
Amortización
En este mismo sentido, el pasado mes de octubre la compañía anunció que había amortizado parcialmente el préstamo sindicado que mantiene con distintas entidades, mediante el abono de 56,8 millones, lo que le permitía afrontar futuros vencimientos. A 31 de diciembre del último año, la deuda financiera de la compañía se elevaba en total a 770,8 millones de euros, de los que 676 millones eran a largo plazo y el resto a corto.
La cifra supone un incremento de 50 millones respecto al año anterior, pero es que además hay que tener en cuenta que el grupo ha recibido avales estatales tanto en España como en otros países por un importe de casi 80 millones.
La previsión de los analistas, según el consenso de mercado que recoge FactSet, es que las ventas de la compañía experimenten este año una significativa recuperación, elevándose hasta 1.861 millones, ligeramente por encima incluso del nivel de 2019. Sin embargo, la empresa seguiría en números rojos, con unas pérdidas estimadas en 19,2 millones de euros. La deuda neta se elevará, sin embargo, hasta 1.125 millones, de acuerdo con estas mismas previsiones.
Amrest ha creado un grupo de trabajo de efectivo “para controlar de manera estricta y diligente los pagos y las relacciones con los proveedores, además de gestionar la liquidez del grupo y sus entidades”. Así, la dirección de la compañía asegura que “se están tomando medidas en varias áreas para reforzar la posición en términos de liquidez y reducción de los efectos adversos del Covid-19”. En todos los países donde opera la empresa se han establecido equipos de crisis para coordinar, en la misma línea, todas las acciones.
La deuda neta se elevará hasta 1.125 millones de euros al cierre de este ejercicio