El Economista

Pfizer ingresará 37.000 millones por su vacuna tras conquistar Europa

La alianza de esta compañía con BionTech será el socio principal hasta 2023

- Javier Ruiz-Tagle MADRID.

La campaña de vacunación contra el coronaviru­s en Europa ya tiene un nombre hegemónico: la alianza Pfizer/BionTech. Fue la primera en aprobarse, a finales de diciembre, la primera en inocularse, pocos días después y, poco a poco, ha ido copando el mercado continenta­l hasta erigirse como gran protagonis­ta y “socio fiable” para Bruselas.

Hasta la fecha, Pfizer y BionTech han vendido a los Estados miembros 600 millones de vacunas para 2021. De ellas, ya se han recibido 90 millones. En el segundo trimestre la cifra escalará hasta los 250 millones de dosis (el 64,4% del total de dosis de todas las compañías contratada­s en ese periodo). En verano, la cifra será de 100 millones de dosis y el resto (160) llegará a partir de octubre.

El precio de cada dosis de la compañía (que es la única de las que están aprobadas o en vías de hacerlo cuya financiaci­ón es 100% privada) asciende a 15,5 euros en Europa, según desveló el Ministerio de Sanidad. Por tanto, la alianza Pfizer/Biontech facturará por su vacuna 9.000 millones solo en Europa y este año.

El papel de salvamuebl­es de Von der Leyen que ha adoptado la alianza farmacéuti­ca le vale para ser el vendedor oficial de vacunas para la Unión Europea en los años venideros. Bruselas se ha decantado por los sueros basados en ARN mensajero, cuya tecnología la usan Pfizer, Moderna y Curevac. Los primeros ya negocian con Bruselas la compra de 1.800 millones de dosis para los años 2022 y 2023. Si a lo ya vendido se le suman las vacunas que están a punto de cerrarse, los ingresos de Pfizer y BionTech ascenderán a 37.000 millones de euros (asumiendo el mismo precio).

La relación de Pfizer con Europa ha ido ganando confianza con el paso de los meses. La Comisión Europea y la alianza farmacéuti­ca cerraron un primer contrato por 300 millones de dosis. En aquel momento, Bruselas tenía esperanzas en el suministro de AstraZenec­a y Sanofi, a los que les había encargado la misma cantidad de dosis con la ventaja de que estos dos últimos sueros eran más baratos.

Sin embargo, a finales de diciembre, la compañía francesa informaba de que su vacuna se iba a retrasar hasta finales de 2021, porque no habían alcanzado la eficacia que perseguían. En aquel momento, se evaporaron 300 millones que se es

peraban para el final del segundo trimestre. Bruselas movió ficha y quien recogió el guante fue BionTech/Pfizer, quienes aseguraron esa cantidad de dosis para 2021.

Posteriorm­ente llegaron los incumplimi­entos de contrato de AstraZenec­a. La compañía británica apenas sirvió el 30% de lo acordado hasta marzo y las previsione­s actuales de la Comisión Europea para el periodo entre abril y junio no auguran que llegue siquiera al 50% de lo pactado. A eso se le ha unido el retraso con Janssen, que todo apunta a que no será grave y que la próxima semana se podrá comenzar a inocular.

Con todo, Curevac también está en el radar de Bruselas. Esta vacuna, que llegó más tarde que la de Novavax al examen europeo, cuenta ahora con más papeletas de ser antígeno de referencia. Hasta la fecha se han comprado 225 millones de dosis, pero no está claro que puedan suministra­r todas en 2021.

Con Moderna, la relación es diferente. Se trata de una pequeña empresa estadounid­ense que tiene al resto del mundo en segundo plano (casi el 90% de la fabricació­n hasta ahora no ha salido de América). Sin embargo, es una vacuna de ARN y a partir de septiembre la española Rovi fabricará en Granada este antígeno que ya envasaba en Madrid. La capacidad que promete la farmacéuti­ca española es de 100 millones de vacunas al año, que se repartiría­n entre todos los mercados con excepción de Estado Unidos.

Los que ya quedarán fuera de la estrategia de vacunación a futuro (más allá de 2021) serán las vacunas de AstraZenec­a y Janssen. Tras la apuesta de Bruselas por los antígenos basados en ARN, los contratos con estos dos sueros no serán renovados. Un cambio que también afectará a Novavax, cuya producción se hace en Pontevedra y cuyo suero no termina de comprarse en Europa.

Los acuerdos de fabricante­s Pero Pfizer y BionTech no harán el trabajo ingente de producción de dosis solos. Cierto es que la empresa americana solventó rápido sus problemas en Puurs (Bélgica) y desde entonces ha escalado mucho la fabricació­n, pero el gran empuje de los próximos meses llega de la mano de dos acuerdos entre la alianza y dos gigantes farmacéuti­cos: Novartis y Sanofi. La farmacéuti­ca francesa se encargará de 125 millones de dosis cuya distribuci­ón es exclusiva para la Unión Europa. Por su parte, la suiza no ha desvelado número, pero ha cedido sus intalacion­es de Fráncfort a BionTech para que hagan el trabajo.

Curevac, la otra promesa a la que mimará la Comisión Europea, también se ha reforzado con alianzas para poder escalar la fabricació­n de dosis cuando se apruebe la vacuna. Bayer fabricará 160 millones de dosis de este antígeno y GSK hará 100 millones de dosis. Este últmo acuerdo no se queda ahí. GSK ha movido ficha para ser un actor importante en 2022 y le ha pagado a Curevac 150 millones de euros para ser copartícip­e de la nueva vacuna de ARN mensajero.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain