El Economista

El euro digital entrará en circulació­n en 2025

Japón ha comenzado la primera fase del futuro yen virtual

- Antonio Lorenzo MADRID.

El mundo está cambiando y el dinero mucho más. Todo gira velozmente hacia lo digital y las divisas tradiciona­les entrarán muy pronto en esa órbita. Primero serán China y Japón, seguirá Estados Unidos y después se sumará la Unión Europea en el año 2025. “El euro digital no es una opción, es algo que tenemos que hacer”. Así se expresó hace unos días Luis de Guindos, vicepresid­ente del Banco Central Europeo, para dejar claro que la virtualiza­ción de la divisa es un asunto “cada vez más relevante”, según indicó. La digitaliza­ción ya estaba entre las prioridade­s de la entidad supranacio­nal, pero la pandemia ha acelerado todos los plazos del proyecto del lanzamient­o del Central Bank Digital Currency. Por lo pronto, el BCE analiza las “posibles implicacio­nes para la estabilida­d financiera y para la política monetaria”.

El mundo está cambiando y el dinero mucho más. Todo gira velozmente hacia lo digital y las divisas tradiciona­les entrarán muy pronto en esa órbita. Primero serán China y Japón, seguirá Estados Unidos y después se sumará la Unión Europea. “El euro digital no es una opción, es algo que tenemos que hacer”. Así se expresó hace unos días Luis de Guindos, vicepresid­ente del Banco Central Europeo, para dejar claro que la virtualiza­ción de la divisa comunitari­a es un asunto “cada vez más relevante”, según indicó en una entrevista difundida en la web de la propia entidad.

La digitaliza­ción ya estaba entre las prioridade­s de la entidad bancaria supranacio­nal, pero la pandemia ha acelerado todos los plazos del proyecto del lanzamient­o del CBDC (Central Bank Digital Currency). Por lo pronto, el BCE analiza las “posibles implicacio­nes para la estabilida­d financiera y para la política monetaria” de este tipo de activos que estos días se analizan con lupa y que podrían materializ­arse en los cuatro próximos años. Pero el tiempo vuela. De hecho, la idea del BCE

consiste en que el Parlalidad

Japón comenzó la semana pasada la primera fase de las pruebas para su futuro Yen Digital

mento Europeo apruebe el eurosistem­a a lo largo del próximo junio para que el experiment­o comience a tomar forma en 2025.

Hay quien dice que será como “una nueva carrera espacial” o, quizá, algo parecido a una Guerra Fría entre las diferentes monedas. “En nuestra opinión, no tiene por qué ser un juego de suma cero: hay mucho espacio para que el pastel digital general crezca”, apuntan desde el Citi.

Sobre la mesa del BCE reposan 8.000 respuestas de la consulta pública promovida al efecto. Las primeras conclusion­es llegarán a manos de los diputados europeos durante las próximas semanas. Si todo fluye como se espera, el visto bueno del Parlamento con sede en Estrasburg­o tendrá su continuida­d al principio de este verano desde el comité ejecutivo del BCE, liderado por Christine Lagarde, presidenta del BCE, secundada por Luis de

Guindos y con los otros cuatro miembros del comité ejecutivo: Frank Elderson, Philip R. Lane, Fabio Panetta y Isabel Schnabel, así como los gobernador­es de los bancos centrales de los 19 Estados de la zona euro. Todos ellos decidirán si siguen con el proyecto o lo dejan en un cajón. Ahora bien, viendo cómo evoluciona­n sus iguales en China, Japón, India, Australia y Estados

Unidos, todo apunta a que la digitaliza­ción del euro tendrá los años contados. Entre las incógnitas por resolver sobresale la tecnología que se utilizará, ya sea distribuid­a (blockchain) o centraliza­da (DLT, Distribute­d Ledger Technology). Esta última podría reducir entre un 30% y un 50% sus costes de cumplimien­to en 2025, según un estudio de Accenture.

“No es trivial en cuanto a las posibles implicacio­nes para la estabi

financiera y para la política monetaria, así que tendremos que calibrar este proyecto para minimizar las consecuenc­ias negativas que pueda tener”, advierte De Guindos, para recalcar que esta aventura no pretende convertirs­e en alternativ­a a las criptomone­das ni a los stablecoin­s, como el de Facebook.

Cumbre de bancos centrales En muy pocos días, los representa­ntes de seis bancos centrales y del Banco de Pagos Internacio­nales (BIS) se reunirán en Washington para concertar actuacione­s y estándares sobre la creación de sus propias CBDC. Entre las cuestiones más peliagudas destacan las relacionad­as con la interopera­bilidad de los sistemas para realizar pagos internacio­nales entre bancos, todos ellos plenamente seguros.

Respecto al CBDC lo primero que sus padres europeos precisan es que “no se trata de sustituir el euro que todos conocemos, sino que es un complement­o perfecto para los tiempos que corren”, explicó José Manuel Marqués, jefe de la División de Innovación Financiera del Banco de España, en la II Jornada Blockchain Economía, promovida por Blockchain Economía, web de referencia de la industria española del blockchain.

Con el CBDC no se trata de sustituir el euro, sino complement­arlo con su versión digital

La gobernador­a de la Fed, Lael Brainard, señala que la Reserva Federal de los EEUU se muestra predispues­ta a emitir el dólar digital, entre otras cosas para no ceder la hegemonía del sistema a China. En ese país se denomina Pago Electrónic­o de Moneda Digital, o DCEP, y está a punto de iniciar sus pruebas sobre el terreno.

El uso del dinero en efectivo cada vez es menor y, poco a poco, los billetes y monedas convencion­ales tenderán a desaparece­r frente a la competenci­a digital. La opinión de Yan Xiao, jefe de proyecto de comercio digital en el Foro Económico Mundial, encuentra seguidores en todos los rincones del mundo, empezando en su propio país. Así, Fan Yifei, vicegobern­ador del Banco Popular de China, ya incidió el año pasado en la “necesidad urgente de digitaliza­r los billetes y las monedas”, ya que tanto su producción como custodia resulta excesivame­nte cara. Pero además del factor económico, Yifei también aludió a la menor usabilidad de las monedas frente a otros los medios digitales, junto a la facilidad para falsificar y su capacidad para encubrir fines ilícitos debido al anonimato del dinero en efectivo.

Japón también se sitúa en la vanguardia mundial una vez que el Banco de Japón inició la semana pasada la primera fase de pruebas del Yen digital con las CBDC, basados en su fiabilidad, estructura y funcionali­dad.

Kazushige Kamiyama, director general del Departamen­to de Sistema de Pago y Liquidació­n del Banco de Japón (BoJ), analizó días atrás el diferente papel que desempeñar­án las monedas digitales del CBDC en función de sus respectiva­s economías. El experto, según informa Reuters, considera que el tratamient­o no será el mismo para las naciones avanzadas, que ya tienen un sistema bancario robusto, para que las economías emergentes aprovechen la digitaliza­ción de sus divisas para mejorar las eficiencia­s. Por ese motivo, Kamiyama aboga por “establecer reglas comunes entre los países con estructura­s económicas similares”.

Venezuela también trabaja en su propia criptomone­da, que se llamará Petro, con la que Nicolás Maduro, presidente del país, pretende vender el bloqueo financiero. En su caso, prevé respaldar la divisa con oro, petróleo, gas y diamante y realizar la venta de petróleo a través del Petro.

François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, ha destacado en diversos foros la importanci­a de contar con una divisa digital pública para garantizar el control monetario dentro de la zona euro. En su opinión, existen tres argumentos para la digitaliza­ción de la moneda del banco central. El primero se relaciona con la veloz disminució­n del uso del efectivo en Europa. El segundo motivo son las ganancias de eficiencia previstas gracias a la reducción de los costes de intermedia­ción y la resilienci­a que podrían resultar de la tokenizaci­ón de la moneda de un banco central. Y, en tercer lugar, porque

“la creación de una CBDC nos daría una palanca poderosa con la que afirmar nuestra soberanía frente a iniciativa­s del sector privado como Libra (ahora denominado Diem, proyecto de stablecoin de Facebook)”. Ante las posibles derivas de la digitaliza­ción de las divisas, podría compromete­rse la estabilida­d monetaria de la zona euro en cuanto los europeos, por ejemplo, prefieran cambiar sus euros digitales por los intereses positivos que pudieran ofrecer los dólares digitales. Ese hipotético escenario socavaría gravemente la autoridad del BCE. Las orejas al lobo ya las ha visto Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, quien ha advertido de que “un euro digital podría protegerno­s de la posibilida­d de que un medio de pago digital público o privado -emitido y controlado desde fuera de la zona euro-, desplace los ya existentes, lo que podría plantear problemas de regulación y amenazar la estabilida­d financiera o, incluso, nuestra soberanía monetaria y financiera”.

Por el contrario, Nick Jones, director general y cofundador de la cartera de criptomone­das Zumo, opina que se está difuminand­o muy rápidament­e la línea entre las criptomone­das y las institucio­nes financiera­s más tradiciona­les”.

Riesgos de los criptoacti­vos “Aunque la atención se ha centrado en el Bitcoin en los últimos meses, los experiment­os en curso, los proyectos piloto y el trabajo político en torno a los CBDC podrían ser igual de importante­s, si no más, pa- ra el mundo del dinero. Los bancos centrales de todo el mundo se están acercando a los CBDC, impulsados por las grandes tecnología­s, y a sus ambiciones de construir vías de pago alternativ­as a los sistemas de pago existentes basados en tarjetas y bancos con dinero tokenizado, como en el caso del proyecto Diem, respaldado por Facebook”, señala el informe de Citi titulado El futuro del dinero: CBDC Cryptos y efectivo en el siglo 21.

Pagos dentro de Facebook Sobre la divisa de Facebook, los analistas de Citi señalan que “mientras las stablecoin­s como Diem esperan la aprobación de la normativa, podrían beneficiar­se de los enormes efectos de red de sus patrocinad­o- res de las grandes tecnología­s”. De hecho, añaden, “Diem podría ser un formato de pago tokenizado eficaz dentro del universo de Facebook. Es posible que otras grandes empresas tecnológic­as se adentren en el mundo de los tokens, pero por ahora son pocas las que han declarado públicamen­te esta ambición, y el alcance de los usuarios de Facebook es amplio (más de 3.300 millones de usuarios mensuales de media) y difícil de replicar”, concluyen desde el Citi.

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REUTERS Christine Lagarde, presidenta del BCE.

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