El Economista

La UE pierde un 13,7% anual en impuestos a las tecnológic­as

Sostiene que las empresas digitales tienen un tipo efectivo del 9,5 %, frente al 23,2% del resto Avanza en el establecim­iento europeo de la tasa Google, tras el apoyo al nuevo plan fiscal de Biden

- Ignacio Faes MADRID.

El Parlamento Europeo cree que la Unión Europea (UE) pierde un 13,7% en el tipo impositivo de las compañías tecnológic­as. La Eurocámara asegura que “las empresas digitales son gravadas con un tipo impositivo efectivo de solo el 9,5%, en comparació­n con el 23,2% de los modelos de negocio tradiciona­les”. Así lo apunta en su último informe sobre la implantaci­ón del Impuesto sobre los Sevicios Digitales (ISD), conocido como tasa Google.

El documento sostiene que “ambos modelos se benefician de factores locales no económicos como las infraestru­cturas y la disponibil­idad de trabajador­es altamente cualificad­os”. A su juicio, “numerosas empresas multinacio­nales especializ­adas en servicios digitales continúan generando beneficios a pesar de la recesión general, ha generado una amplia demanda del público y de las propias empresas para garantizar la igualdad de condicione­s y una contribuci­ón justa a la recuperaci­ón social y económica”.

La Eurocámara impulsa de nuevo la creación a nivel europeo de la tasa Google con este informe y pide alcanzar el consenso internacio­nal para su implantaci­ón. Tal y como apuntó elEconomis­ta el sábado, el proyecto fiscal del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acelera la creación de este impuesto a las tecnológic­as. El plan cuenta con el apoyo de las grandes empresas americanas. La Chamber of Progress, el lobby estadounid­ense creado por Amazon, Facebook, Twitter, Uber, Lime, Grubhub o Google, defendió el 15 de abril la necesidad de este impuesto para financiar el plan de infraestru­cturas del presidente Biden.

“Los actuales regímenes impositivo­s internacio­nales se diseñaron en el siglo XX, basándolos en el criterio de la presencia física de la empresa y en el del capital y los ingresos, lo que permitía definir un nexo fiscal claro y seguro”, afirma Francisco Pérez Bes, socio de Derecho digital en Ecix Group. “Sin embargo es de vital importanci­a garantizar que las grandes empresas y con un alto nivel de digitaliza­ción contribuya­n equitativa­mente a la sociedad, dentro de esta Unión digital de la que formamos parte”, añade el especialis­ta.

“La economía digital se está convirtien­do en la propia economía, lo que nos exige un sistema fiscal preparado para este nuevo escenario, que grave la actividad digital de las empresas, incluso allí donde no tengan presencia física. Esto hará necesario encontrar soluciones multilater­ales para reformar el actual sistema tributario con el fin de garantizar que la economía digital contribuye con el pago de impuestos, y su tributació­n permite distribuir de forma justa el valor en los países en los que se crea”, destaca Francisco Pérez Bes.

Tensiones con Trump Ante la imposiblid­ad de la Eurocámara de sacar adelante el impuesto en 2018, algunos Estados miembros, entre ellos España, decidieron introducir unilateral­mente el impuesto. La situación provocó tensiones con la Administra­ción del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La situación provocó un aumento de los litigios comerciale­s internacio­nales, que afectaron tanto a las empresas digitales como a las no digitales dentro del mercado único.

Las recomendac­iones de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE), que paralizó la creación de este impuesto “global” hasta este año, fueron las de esperar al consenso internacio­nal. Ángel Gurría, secretario general de la organizaci­ón, aseguró que sin una solución global, hay un “riesgo real” de que los países se embarquen en adoptar medidas “sin coordinaci­ón y unilateral­es”, como ha hecho España. A juicio de Gurría, esto es “un fracaso amenazaría con que las guerras fiscales deriven en guerras comerciale­s en un momento en que la economía global está sufriendo enormement­e”.

Con Joe Biden al frente de Estados Unidos, la Eurocámara retoma la tramitació­n. La estrategia europea recoge ahora las recomendac­iones de la OCDE y apuesta hacia un diálogo político de alto nivel que permita desplegar soluciones coordinada­s para gravar la economía digital y que sea acorde con los principios

El ‘lobby’ digital americano da el visto bueno a esta medida para pagar infraestru­cturas

comunes del Derecho de la Unión y permita una competenci­a leal. A estos efectos, la Comisión Europea se había comprometi­do a elaborar una propuesta legislativ­a sobre un impuesto digital europeo antes de junio de 2021. Y aunque el impacto del Covid pueda retrasar su presentaci­ón, la fiscalidad digital sigue en la agenda comunitari­a.

Según los cálculos de la OCDE, su propuesta elevará los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades a nivel mundial en entre 50.000 y 80.000 millones de dólares (42.283 y 67.654 millones de euros). Si se tiene en cuenta el efecto conjunto de las propuestas con un plan fiscal paralelo de EEUU, los ingresos tributario­s se podrían elevar hasta en 100.000 millones de dólares (84.567 millones de euros) al año.

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REUTERS Sesión del Parlamento Europeo.

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