Nos protegen de enfermedades crónicas que consumen recursos y alteran la salud”
“Vacunamos para erradicar las enfermedades”, indica Libia Quero, pediatra de la clínica HLA Santa Isabel de Sevilla. La pediatra resalta la necesidad de investigación, ya que “estamos demostrando que las vacunas son capaces de protegernos de otras enfermedades crónicas que consumen recursos y alteran la salud del paciente”.
La parte social debería ir pesando cada vez más en la toma de decisión de modificación del calendario vacunal o la valoración de un precio, así lo considera Castrodeza, “porque todavía no hemos llegado a esa cultura de hacer una valoración integral del beneficio que aporta un medicamento, una vacuna, la repercusión que tiene en la sociedad, qué ahorros tiene en el sector sanitario, qué mejoras aporta. Soy de los que creo que debemos ir introduciendo más elementos en ese polinomio que al final nos diga cuál podría ser el precio orientativo y qué repercusión tiene la incorporación de ese medicamento para la sociedad que lo va a consumir, no solo la parte de asistencia sanitaria y salud, que es cierto que son muy importantes, pero también debe incluirse el impacto social y la calidad de vida individual”, por lo que añade que “habrá que seguir trabajando en introducir nuevas variables en ese polinomio a la hora de determinar el precio final de una vacuna”.
En cuanto al margen de mejora en el proceso de aprobación de vacunas, el presidente de la AEV remarca que en nuestro país, “tenemos un calendario vacunal robusto y potente, con margen de mejora, como todo. Aquí tenemos una ventaja indudable y es la financiación pública de la oferta vacunal. Es uno de los motivos que nos ha permitido, junto a la responsabilidad profesional de los sanitarios, tener las coberturas que tenemos, envidiadas y envidiables, respecto a las que hay en otros países que son mucho más débiles y con menos fortaleza en vacunación”. “Hay que entender que la posibilidad de un cambio en la estructura del calendario vacunal está sujeto a las posibilidades que tiene nuestro país para ir implementando determinados cambios que tienen que estar basados, lógicamente, en un estudio exhaustivo de todo lo relacionado con la ciencia, pero también con un análisis de coste efectividad porque tenemos que hacer el sistema sostenible”, añade García.
“Para hacer un buen estudio de coste efectividad, de cambios en la sociedad y agrupar no solo los datos sanitarios, porque no solo tiene que entenderse desde el punto de vista vacuna-resultado en salud, sino que hay que integrar todo el contexto socioeconómico de la población en ese algoritmo”, señala López Hoyos, que apunta a la necesidad de “converger hacia la historia electrónica única, compartir todas las bases de datos para poder hacer estudios”. A día de hoy, “el calendario vacunal en nuestro país se ha unificado bastante”, señala el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, aunque “hay alguna divergencia por comunidades y nos podría incluso servir para determinar o hacer estudios de implantación”.
Información para la sociedad Los expertos hacen un llamamiento hacia campañas de vacunación potentes. En el caso de los pediatras, Quero resalta que “si estuviéramos respaldados con una campaña, ya sea a través de los grandes medios como televisión, periódicos o Internet creo que iríamos mucho mejor. Nosotros hacemos una campaña paciente a paciente, pero siempre te encuentras algún rechazo que podría, tal vez, aplanarse con una campaña dirigida y unificada”.
Por su parte, Castrodeza cree que “las actuaciones sobre campañas de información de las vacunaciones necesitan, probablemente, una modernización del discurso”. Por ello, el experto apunta que “habría que introducir nuevas formas, nuevos medios de transmisión de la información, aprovechar las redes sociales y lanzar mensajes de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos en pedir o en mantener un buen nivel de cobertura vacunal, en todos los rangos de edad”.
La población debe saber que “las vacunas son ese pilar que nos va a permitir ser una sociedad saludable, porque una sociedad enferma se detiene. La pandemia debe hacer reflexionar a la población de que se ha hecho un esfuerzo sostenido en el tiempo desde el punto de vista científico para alcanzar un control de enfermedades infecciosas y que eso debe ser empleado de forma inteligente en vacunarnos a todos los niveles”, señala Quero.
López recuerda que “estamos sometidos a un ataque constante y las vacunas nos permiten entrenarnos. Igual que vamos al gimnasio para entrenar nuestro cuerpo y estar en forma, las vacunas van a permitir entrenar nuestro sistema inmunitario para defendernos frente a las
Libia Quero Pediatra de la clínica HLA Santa Isabel de Sevilla
infecciones. Las vacunas son seguras, son eficaces y están vigiladas en todo momento, que nadie tenga dudas al respecto”. “Frente a las enfermedades transmisibles nunca podemos bajar la guardia y la mejor manera es mediante la vacuna, que es el arma más poderosa en estos momentos para garantizar éxito en la lucha contra los procesos transmisibles”, expone García.
Retrasos en la vacunación La importancia de la vacunación se ha acrecentado con el Covid-19, sin embargo, la propia pandemia ha provocado un retraso paulatino de las coberturas vacunales normales que, según algunos expertos, se ha retrasado hasta 12 meses en el caso de la primera vacunación. “Es evidente que lo urgente, la pandemia, ha marcado la actividad de toda la estructura sanitaria”, señala el presidente de la AEV, quien añade que “eso, desgraciadamente, ha hecho que nos olvidemos de lo importante que significaba seguir con el ritmo normalizado de las estrategias que desde el marco sanitario se deberían seguir desarrollando en relación a los programas de salud establecidos, uno de ellos, de los fundamentales, es el programa de vacunas”. Esto supone un problema “severo que tenemos que trabajar para ir recuperando la confianza en la estructura sanitaria, la credibilidad en todo lo que significan las vacunas y conseguir que las coberturas sigan siendo tan potentes y brillantes como las que hemos tenido siempre”, concluye García.
En nuestro país, las tasas de vacunación infantiles rozaban el 100%. A este respecto, Castrodeza se muestra optimista y piensa que “vamos a recuperar en poco tiempo las tasas de cobertura porque en España existe una cultura sanitaria muy arraigada donde el calendario vacunal, de siempre, ha alcanzado cotas de coberturas muy importantes. Estoy confiado y me consta que todos los profesionales, las instituciones y las sociedades científicas, han considerado el 2021 como un año donde tenemos que recuperar las tasas que teníamos antes”.
La consecuencia de estos retrasos puede provocar la vuelta de enfermedades eliminadas. Los pediatras, con coberturas vacunales cercanas al 100% “podíamos controlar a los no vacunados por otras razones, cuando baja la cobertura de la población en general ese efecto rebaño se pierde”, expone Quero. Sin embargo, la pediatra indica que “ha sido un bajón puntual debido al miedo y a la distracción de recursos en la pandemia, pero vamos a ir recuperando esas tasas. Soy optimista porque las vacunas que aplicamos son seguras y eficaces”.
Los expertos no solo se refieren a la edad infantil, ya que también es necesario el aumento de la vacunación en adultos. “El proceso de inmunosenescencia induce a una reducción en la respuesta inmunitaria. Ese es el motivo de que la población más mayor que tiene el problema de infecciones por gripe hasta ahora se vacune todos los años, además de por las mutaciones”, explica López. “Los adultos cada día reciben más vacunas porque hay mucha población que tiene tratamientos inmunosupresores para esas enfermedades crónicas inmunomediadas y esto obliga a vacunar. El problema que hemos tenido es que la instauración de tratamientos inmunosupresores con biológicos etc., también ha sufrido un retraso. Estamos en fase de recuperarlo todo y esperamos que vaya adelante en las próximas fechas”, expone el presidente de la SEI.
Cuando vacunamos invertimos en hacer más sostenible la estructura del sistema sanitario”
Hay que lanzar mensajes de la responsabilidad de mantener una buena cobertura vacunal”