Política económica: más impuestos
Moncloa recibe el castigo de los ciudadanos cuando hace suyas las propuestas de partidos como Podemos
El Gobierno convocó ayer a los medios para hacer una exposición pormenorizada del Plan de Recuperación remitido a Bruselas. La comparecencia apenas aportó datos nuevos; de hecho, su único objetivo pareció ser la matización de los planes de subidas fiscales del Ejecutivo. Así, la vicepresidenta Calviño no solo tildó de mera “errata” la presencia en el documento de la eliminación de las deducciones para las declaraciones compartidas de la Renta. Además, aseguró que las subidas de Patrimonio, Sucesiones, Sociedades y de la fiscalidad del diésel no se aprobarán hasta conocer el informe de los sabios que asesoran a Hacienda. Moncloa demora la presentación de ese documento a febrero de 2022, lo que impide que la reforma fiscal se apruebe antes de 2023, un año más tarde de lo hasta ahora previsto. Ahora bien, el cambio de calendario no significa que el Gobierno renuncie a estas alzas. Además, el Plan de Recuperación mantiene expresamente el compromiso de tomar medidas para elevar la recaudación por IRPF y revisar todo el repertorio actual de incentivos tributarios. La política fiscal del Gobierno mantiene así su marcado sesgo izquierdista pese al rechazo manifestado en el castigo electoral que el PSOE sufre. El 4-M lo dejó claro: cuando los socialistas abrazan los postulados de partidos como Podemos o Más Madrid, en pro de paralizar la actividad y subir impuestos, pierde votos en favor de ese tipo de formaciones. Por el contrario, los buenos resultados del PSC en los comicios catalanes de febrero se debieron a la adopción de una posición mucho más moderada. Moncloa debe sacar conclusiones de esta realidad, alejarse de los extremos y adoptar una política económica centrista.