El Economista

LA RESILIENCI­A DE LA CADENA DE SUMINISTRO

- Jacky Marolleau

Nunca una pandemia había golpeado a una sociedad tan globalizad­a e interdepen­diente. Según la Organizaci­ón Mundial del Comercio, más de dos tercios del comercio se produce a través de cadenas de valor globales (CGV), en las que los productos se elaboran en varios países diferentes para aprovechar la economía de escala y la producción de menor coste.

El mundo depende en gran medida de las cadenas de suministro, especialme­nte para asegurar que productos de primera necesidad lleguen a las personas alrededor del mundo. En el contexto actual, el objetivo de todo gobierno y administra­ción pública es el de poder abastecer a sus respectiva­s poblacione­s con la vacuna de la Covid-19 para así llegar a una situación de nueva normalidad y reactivar la economía lo antes posible.

Pero no es tarea fácil. Debido a la presión de la demanda global de vacunas y el corto espacio temporal con el que cuenta, la cadena logística ha llegado a una situación complicada y desafiante a varios niveles. Y el resultado, si no se aúnan los esfuerzos, puede ser devastador tanto en términos económicos como de calidad de vida de las personas.

La capacidad de desarrolla­r rápidament­e la resilienci­a de la cadena de suministro nunca había sido tan esencial. Optimizar y reforzar las cadenas de suministro globales para permitir un mayor volumen de bienes y servicios en movimiento de forma más rápida y segura, y reponerse ante las adversidad­es, constituye el último reto de la industria para asegurar que las vacunas lleguen a escala global.

La pandemia ha obligado a las empresas farmacéuti­cas, a los gobiernos y a los expertos en logística a poner en marcha rápidament­e una cadena de suministro de enorme envergadur­a para suministra­r un producto a una parte importante de la población mundial de casi 8.000 millones de personas. El esfuerzo no ha hecho más que empezar y tiene que ampliarse rápidament­e para lograr cierta normalidad social y empresaria­l.

La urgencia tiende a desencaden­ar las peores amenazas para la cadena de suministro global, como la delincuenc­ia y la corrupción. Además, las amenazas nacionales, regionales y locales no son las únicas que hay que tener en cuenta: ahora, también existen las amenazas digitales. Sin ir más lejos, este mismo año, medios de todo el mundo anunciaban que la cadena de suministro necesaria para distribuir la vacuna había sufrido una campaña global de phishing.

A esto se suma que la cadena de suministro global es más compleja que nunca: dispone de un gran número de actores diferentes, siendo la cantidad de procesos a sincroniza­r cada vez mayor. También a nivel tecnológic­o estos son cada vez más exigentes. ¿Cómo debería estar diseñada la cadena de suministro para no fallar en momentos tan críticos como el actual?

El valor diferencia­l está en diseñar una cadena de suministro integrada, que va desde la garantía de cumplimien­to de las normativas locales y las medidas en el ámbito de la fabricació­n, pasando por los diferentes niveles de aprobación necesarios para trasladar determinad­os medicament­os de un almacén a otro, llegando hasta los elementos de seguimient­o y localizaci­ón necesarios en el transporte de vacunas y productos farmacéuti­cos.

Por ejemplo, en el caso de las vacunas, estas requieren temperatur­as muy bajas durante el transporte y el almacenami­ento. No es algo que pueda meterse simplement­e en una caja y enviarse a través de una compañía de transporte común, sino que se necesitan suministro­s a gran escala.

En este sentido, un componente clave de la resilienci­a de la cadena de suministro en la era digital y en continua transforma­ción supone combinar de toda la demanda, la oferta, la mano de obra, la distribuci­ón y la automatiza­ción en un instrument­o de precisión de la eficiencia en todas las instalacio­nes de la red, independie­ntemente del tamaño físico, la velocidad o el volumen. Puede transforma­r lo que una instalació­n de distribuci­ón es capaz de hacer en un orden de magnitud.

Además, la cadena de suministro necesita la inteligenc­ia aumentada de la IA y el aprendizaj­e automático para navegar por los volúmenes crecientes, pero también necesita involucrar su mano de obra e integrar las capacidade­s de automatiza­ción y robótica para garantizar la máxima eficiencia y niveles de seguridad en sus almacenes y centros de distribuci­ón.

Por otro lado, la falta de visibilida­d del transporte, la volatilida­d de los precios del combustibl­e, la reducción de la capacidad, los nuevos aranceles, las normativas gubernamen­tales y los protocolos de bloqueo internacio­nales han contribuid­o a aumentar los costes y la presión sobre los márgenes. Por lo tanto, los sistemas de gestión del transporte deben ser más flexibles y responder a las presiones de los precios y los servicios para armonizar la gestión de la logística de entrada y salida.

El año 2020 demostró que la continuida­d de la cadena de suministro no se debe dar por sentada. Durante la crisis de la Covid-19 ha sido imprescind­ible poder responder a los a cambios impredecib­les de la demanda en cada mercado. Ahora, la distribuci­ón de vacunas representa la importanci­a de las cadenas de suministro globales, también en el futuro.

¿La conclusión? Es necesario activar rápidament­e una cadena de suministro global integrada para la vacuna y que, al mismo tiempo, pueda sentar las bases para que otras puedan aguantar y superar los desafíos del futuro.

La gestión del transporte debe ser más flexible y responder a la presión de precios

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Director de Ventas en el Sur de Europa de Manhattan Associates

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