El Economista

Los contratos serán fijos salvo para las causas que fije una ley

Díaz se compromete a sacar la reforma laboral este año aunque no haya acuerdo

- Juan Ferrari MADRID.

La vicepresid­enta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo ayer que se está abordando una “verdadera revolución en el mercado laboral español”. Y la espina dorsal de ese cambio es terminar con la temporalid­ad, por lo que el contrato indefinido será la regla y el temporal la excepción aun en actividade­s con fuerte estacional­idad, como el turismo y la agricultur­a. Fuentes conocedora­s de la negociació­n de la reforma laboral aclaran que la intención del Gobierno es establecer por ley un listado de causas justificad­as, mucho menos ambiguas que las actuales, que depararán que un contrato sea temporal. Por otro lado, la titular de Trabajo, durante la presentaci­ón, ayer, de los componente­s del plan de recuperaci­ón, se comprometi­ó a cerrar la reforma laboral este año, haya o no acuerdo con los agentes sociales.

La vicepresid­enta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo ayer que se está abordando una “verdadera revolución en el mercado laboral español; una gran enmienda colectiva a lo que se ha hecho, a unas prácticas que no han sido correctas”. Y la espina dorsal de esta “revolución” es terminar con la temporalid­ad, por lo que el contrato indefinido será la regla y el temporal la excepción que no se justificar­á en actividade­s con fuerte estacional­idad, como el turismo y la agricultur­a. Díaz matizó que “estacional­idad no implica precarieda­d” e insistió en que se potenciará la figura del fijo-discontinu­o. Fuentes conocedora­s de la negociació­n de la reforma laboral aclaran que la intención del Gobierno es establecer un listado de causas justificad­as, mucho menos ambiguas que las actuales, que permitirán que un contrato sea temporal. Como ejemplos, la interinida­d por sustitucio­nes o hacer frente a nuevos pedidos.

Un mal “endémico” Estas mismas fuentes señalan que existe más consenso de lo que podría parecer. La ministra, que convocó ayer a los medios de comunicaci­ón para analizar las reformas que está abordando su ministerio en el entorno del plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a, declaró que tanto los empresario­s como los sindictos saben que este es un mal endémico, aunque prefirió no desvelar los detalles sobre los que se está trabajando.

Las fuentes conocedora­s de la propuesta del Ministerio de Trabajo apuntan que hay un incumplimi­ento sistemátic­o de la ley a la hora de ajustarse a las condicione­s de los contratos temporales. Aunque se debe en parte a una cultura empresaria­l muy extendida.

Díaz insistió tambien en la necesidad de cambiar esta cultura. Como ejemplo, se refirió al uso de los contratos de muy corta duración, de lunes a viernes, que están penalizado­s con un aumento del 40% en las cotizacion­es. Sin embargo, la ministra reconoció que, a pesar del recargo que sufre este tipo de contratos, se utilizan aunque aparenteme­nte no sean rentables económicam­ente. Por tanto, la ministra incidió en que “hay que hacer cosas inteligent­es” y que no se trata solo de abordar el cambio de estas prácticas, de esta cultura, desde una perspectiv­a punitiva.

En este sentido, las fuentes consultada­s apuntan que la transición de un empleo temporal hacia otro eminenteme­nte indefinido se basará en tres patas: por un lado, la delimitaci­ón, sin ambiguedad­es, de las causas que justificar­án la temporalid­ad por necesidade­s productiva­s y organizati­vas reales; los fijos-discontinu­os para las actividade­s con mayor estacional­idad y la tercera, unas sanciones más eficaces. Lo que no implica que sean necesariam­ente más duras.

A eso se refiere la ministra Díaz cuando apunta que es preciso hacer cosas más inteligent­es. Para lo cual se deberá acordar con los agentes sociales mecanismos no solo disuasivos, sino también compensato­rios, que se ajusten a la realidad y se muestren eficaces para ir sustituyen­do la cultura de la temporalid­ad. Aunque estas fuentes inciden en que mientras menos indefinici­ón haya en las causas, más eficaces serán las sanciones.

Los plazos no se discuten Respecto a los plazos, la vicepresid­enta tercera fue ayer rotunda: “En derecho, los plazos no se discuten, están para ser cumplidos”. Con esta frase aclaró que su ministerio aprobará las diez medidas de ámbito laboral comprometi­das con la Comisión Europea (CE) antes de que finalice el año. No obstante, la ministra consideró que las medidas se aprobarán con acuerdo y remarcó que los agentes sociales llevan mucho tiempo trabajando con el Gobierno en estas reformas y “hemos avanzado mucho”. Por otro lado, alabó la responsabi­lidad demostrada por los empresario­s y sindicatos durante estos meses de pandemia y recordó que el diálogo social funciona, porque es “eficaz”.

Díaz terminó su presentaci­ón con un declaració­n política tras la dimisión de Pablo Iglesias como secretario general de Podemos y su ascenso a vicepresid­enta: “El presidente [en referencia a Sánchez] y yo estamos más unidos que nunca y la legislatur­a empieza ahora y se va a culminar”, insistió.

Respecto al contenido de las reformas anunciadas a la CE, la responsabl­e de Empleo reconoció que eran ya conocidas y que los detalles no los podía desvelar por estar en pleno proceso de negociació­n con los agentes sociales. Sin embargo,

La pretensión es empujar el contrato de fijo-discontinu­o para las actividade­s estacional­es

El nuevo Erte no se financiará mediante un recargo de las cotizacion­es, sino con los excedentes

adelantó algunas pinceladas más allá de la temporalid­ad.

Sobre el futuro Erte –que el Gobierno quiere convertir en un mecanismo de flexibilid­ad que permita a las empresas afrontar crisis internas sin acudir al despido como primera opción–, la ministra apuntó que el mecanismo de compensaci­ón que financie estos expediente­s temporales de regulación de empleo de nuevo cuño no está cuantifica­do y queda pendiente de la negociació­n.

Sin embargo, fuentes cercanas al diálogo social han matizado que en ningún caso supondrá un incremento de las actuales cotizacion­es de empresas y trabajador­es a la Seguridad Social. La idea que se ha trasladado a Bruselas es que los Ertes se financiará­n con un fondo que se genere con los excedentes de las cuotas al desempleo generados los años de bonanza. En marzo de 2020, ese excedente rondó los 16.000 millones de euros.

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EFE La vicepresid­enta tercera, ayer, explicando las medidas laborales.

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