CONGRESOS Y FERIAS: COMENZAMOS A RESPIRAR
Recuperamos los grandes acontecimientos de manera presencial y, desde el sector que represento, el optimismo. Sin duda, la mejor noticia que podríamos recibir. La industria de los eventos ha sido una de las grandes afectadas durante el último año y, por eso, debemos poner en valor nuestra aportación a la economía española. Según un informe elaborado por EY, en el último año hemos tenido unas pérdidas que llegan a alcanzar el 85%.
Es para nosotros crucial esta vuelta al calendario de grandes congresos y ferias (HIPHospitality Innovation Planet 2021, Fitur-Feria Internacional de Turismo, Madrid Fusion, Mobile World Congress…) que, con la adopción de las medidas sanitarias correspondientes, nos ayuden a ponernos en marcha del todo. No sé si es un indicador de recuperar la normalidad, pero sí de tener alguna certeza sobre nuestro futuro.
Antes de que el Covid19 incidiera en nuestras vidas, en España se podían llegar a celebrar más de 400 ferias. En este sentido, pensemos en todos los eventos y reuniones de carácter corporativo con el objetivo de generar engagement que se organizaban en ellas y alrededor. Porque no son solo el turismo o la hostelería los sectores que se beneficiaban de estos acontecimientos, las empresas dedicadas a la creación de experiencias tienen mucho que ver en la asesoría a las marcas asistentes para que la inversión que realizan en sus acciones de comunicación en vivo sea tan eficiente, que se convierta en negocio. Nuestro sector, en total, genera un impacto en el PIB de cerca de 11.000 millones de euros al año, lo que nos sitúa entre los 15 primeros en este aspecto en el mundo. Pienso que este dato es el que más nos ayuda a dimensionar la importancia que tenemos para la generación de valor para las marcas y para la estabilidad económica de España.
Somos un sector que, a pesar de las circunstancias que hemos vivido, hemos demostrado una gran capacidad de adaptación y transformación. Hemos sabido ver las oportunidades que nos ofrecen las herramientas digitales y las hemos convertido en grandes compañeras de trabajo. Gracias a ellas, hemos sabido crear conexiones en directo entre personas sin compartir espacio, lo que llamamos liveness, y ha venido para quedarse.
Sin embargo, no debemos olvidar la fuerza de lo presencial, el cara a cara, la vivencia en persona.
Los más de 80.000 empleos directos e indirectos que es capaz de generar la actividad de eventos pueden verse muy comprometidos si seguimos paralizados. Entre ellos, están las agencias de eventos asociadas a Aevea, que han visto en el último año cómo muchas de sus inversiones en horas, talento y adelanto de costes en producción se esfumaban de la noche a la mañana.
Esta reactivación es buena para todos. Será un motor para la realización de eventos corporativos de todo tipo; las ciudades que acogerán estos acontecimientos recuperarán parte de la visibilidad que les proporcionan estas citas, atrayendo turismo MICE -con un gasto medio diario por persona mayor que el de turismo de ocio-; y, además, seguiremos impulsando nuestra imagen como un país que es una potencia mundial dentro de la industria de eventos.
A pesar de nuestra digitalización, no se debe olvidar la fuerza que tiene el cara a cara