UN COLADERO DE 3.600 CASOS COVID DESDE MAYO DE 2020
Díaz Ayuso propone una comisión que investigue los controles del quinto aeropuerto internacional
Los controles del aeropuerto de Madrid-Barajas han sido desde el minuto uno de la pandemia un arma arrojadiza entre las fuerzas políticas, y más concretamente entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Pedro Sánchez. Desde la Puerta del Sol siempre se ha mantenido que el Covid-19 entró en España por las fronteras y los aeropuertos, y la última prueba -mantienen- es la cepa británica, mayoritaria hoy por hoy en este país y de demostrada capacidad de transmisibilidad.
Por su parte, el Ejecutivo -quien todavía no ha presentado ni un solo acta de las Consejos Interritorialesdefiende que los controles que se ejercen son los correctos, los que prescribe la UE, y en todo caso, dijo esta semana la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, los contagios que hayan podido entrar por Barajas apenas significan “un 1%”, por lo que la comisión es “una cortina de humo”.
Pero Madrid no lo ve así. Y en ese afán por demostrar que el número no es lo importante, si no las cepas que se cuelan al país, ha tomado la decisión de llevar a la Asamblea una comisión que aclare la efectividad de los controles, el impacto del Covid a su paso por el aeropuerto Madrid-Barajas; la transparencia en las pruebas, la gestión de los formularios, los acuerdos con las compañías aéreas, los protocolos de las embajadas o, los seguimientos hasta el final de los casos detectados y que deben mantener, ya en suelo español, cuarentena.
Con los datos actualizados por la Comunidad de Madrid, a 9 de mayo, se contabilizan, de un año a esta parte 731 casos sintomáticos de viajeros que entraron a España por la puerta de Barajas. Son notables los 60 de Colombia, los 48 de República Dominicana, los 39 de México y los 25 de Estados Unidos, además de los 26 de Brasil. De Europa, el mayor foco más fuerte viene de Reino Unido, con 52 casos, seguido de Francia, con 39 y, Portugal con 38.
Los datos de la Comunidad de Madrid también recogen el cálculo de asintomáticos que han podido pasar por el aeropuerto internacional, y que alcanza los 2.900 casos, de manera que, entre sintomáticos y asintomáticos, estos alcanzan la cifra de 3.631. A estos números habría que añadir los contagios que a su vez estas personas han podido provocar en la población que vive en España.
En la actualidad, la R (ritmo de multiplicación del virus) es del 0,85 según el Instituto de Salud Carlos III (el centro público de investigación). Eso quiere decir que ahora mismo por cada contagiado hay 0,85; es decir, que cada 100 contagiados, hay 85 más.
Pero hay que hacer un salto en el tiempo y situarse en el 2 marzo de 2020 -cuando no se había decretado el primer estado de alarma, y todo estaba abierto-, momento en el que en Madrid el nivel de contagio ya era del 3,59.
Primeras PCR el 23-N
En junio de 2020, Isabel Díaz Ayuso dirige una carta al presidente del Gobierno, documento en el que le solicitaba mayores controles en los aeropuertos, y por tanto en Barajas. Días más tarde, Pedro Sánchez contestaba remarcando que en Barajas se aplica el criterio y las exigencias que nos marca Europa. En aquella circunstancia, el jefe del Ejecutivo instó a la población a “disfrutar de la normalidad y salir a la calle... sin bajar la guardia”.
En octubre, la presidenta del Gobierno sigue insistiendo con el control de Barajas, y lo hace incluso ante las instituciones europeas con una carta que envía a Ursula von der Leyen.
Antes, el presidente Sánchez, como en una suerte de misión diplomática, visitó la Puerta del Sol, sede la Comunidad de Madrid, aunque días más tarde declaró el estado de alarma para la ciudad de Madrid y algunas otras poblaciones de la región madrileña.
Y fue en noviembre de 2020, después de varias misivas a Moncloa y a Bruselas, cuando el Ministerio de Sanidad anuncia en el Consejo Interterritorial la decisión de exigir PCR, con un tope de 72 horas, a los viajeros que lleguen a España, procedentes de zona de riesgo. La medida entró en vigor el 23-N. En todo ese tiempo transcurrido, durante siete meses atrás, los controles se limitaban a medición de temperatura, formularios de salud pública y controles documentales. Las PCR, como ya imploraba el turismo para reanimar el sector, no eran hasta entonces obligatorias. Asimismo, los test de antígenos, demandados también por el turismo y al tiempo por la Comunidad de Madrid, no fueron validados por el Ministerio de Sanidad.
“Impacto marginal”
La CAM subraya que la importancia no está en el número, sino en las cepas que entran
El Gobierno dice que la incidencia del aeródromo madrileño apenas es del 1%
A finales de diciembre de 2020, y con los criterios de Bruselas sobre los aeropuertos, la presidenta de Madrid vuelve a señalar estas instalaciones y a decir que el Gobierno no ha hecho nada para que sea un lugar seguro. Por eso lo califican de coladero. En esa intervención advierte de que a España ya ha llegado la cepa británica del Covid-19. El primer caso se registra el 14 de diciembre.
Poco menos de un más tarde, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), se refiere a esta cepa, y de ella afirma que el impacto de la variante, en caso de tener algún impacto, “será marginal en nuestro país”.
Claro que, el 21 de abril, antes del 4M, Simón avaló los datos dados por la Comunidad de Madrid, pese a que Sánchez, en un off the record en su viaje a Angola y Senegal, cuestionó esos mismos datos.