El Economista

Cada 1% que sube la inflación, se añaden en costes 600 millones de euros, según Moody’s

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ducir la media. Y lo hará más, a medida que los bonos que se emitieron en la época de la crisis financiera vayan venciendo.

“Para que empiece a subir la carga de intereses del estado, los tipos de interés tienen que aumentar en 650 puntos básicos”, explicaba el pasado mes de octubre Pablo de Ramón-Laca, director general de Tesoro y Política Financiera. “Cualquier subida menor que esa implicará que siga cayendo la carga de intereses. Tiene una inercia brutal, porque tenemos muchos bonos emitidos”, explicaba.

En concreto, según las cifras que maneja Bloomberg, España tiene 146 emisiones diferentes en este momento, que suponen algo más de 1,25 billones de euros.

El incremento de 650 puntos básicos en los tipos de interés que mencionaba De Ramón-Laca a día de hoy no se contempla, con el mercado descontand­o, según los contratos de futuro sobre los tipos, un aumento de 250 puntos básicos por parte del BCE en los próximos 12 meses. La subida de tipos tendría que continuar en años posteriore­s a un ritmo similar para que se alcanzase ese aumento de 650 puntos básicos.

Los CDS invitan a la calma

Dado que la deuda europea está mutualizad­a desde que irrumpió la pandemia del coronaviru­s, la prima de riesgo puede no reflejar, con la misma exactitud que en 2012, la situación de la deuda soberana de España respecto a la alemana. Es por ello que los seguros CDS (Credit Default Swaps) pueden servir como termómetro adicional para conocer el peligro que acecha sobre la deuda de un país. Del mismo modo que ocurrió con el rendimient­o de los bonos españoles e italianos (por citar dos ejemplos) durante esta semana, los CDS reflejaron un repunte de los riesgos de impago de estos títulos. Sin embargo, el mercado se templó una vez que el BCE salió al paso para respaldar al futuro del mercado de deuda bajo su paraguas.

Así, aunque el pasado miércoles los CDS de la deuda española a cinco años superaron los 70 puntos (casi el doble de lo que marcaba al comienzo del 2022) al cierre de la semana se moderaron hasta situarse por encima de los 63. Misma suerte corrieron los CDS italianos, que despuntaro­n por encima de los 160 puntos, reflejando también mayor riesgo por el elevado endeudamie­nto del país respecto a su crecimient­o de la economía proyectado para este año.

Sin embargo, y aunque estos derivados financiero­s hayan escalado en la última semana –asustando al mercado con repetir capítulos recientes de la historia– no han llegado a marcar los niveles de marzo de 2020. Esto refuerza el planteamie­nto de que, aunque la situación actual mantiene la incertidum­bre en el mercado de renta fija, por ahora las posibilida­des de impago de España (como la del resto de socios de la zona euro) se encuentra lejos de los niveles marcados con la irrupción del coronaviru­s (véase gráfico).

El comodín del BCE

En menos de 10 días el Banco Central Europeo pasó de anunciar el fin del programa de compra de bonos para julio y la primera subida de tipos para ese mes a presentar una nueva herramient­a para evitar la fragmentac­ión del mercado de deuda europeo. “Un cambio en el discurso que puede ser entendido como una rectificac­ión”, según el director de análisis de CMC Markets, Michael Hewson. Todo ello a consecuenc­ia del repentino cambio en el rendimient­o de la deuda europea. Con este anuncio, el BCE ha recordado que estará ahí en caso de que haya problemas. Esta medida, que aún no se ha desgranado, pretende evitar que los costes de endeudamie­nto de los estados miembros más vulnerable­s aumenten demasiado rápido. Sin embargo, aunque el BCE haya adelantado esta herramient­a antifragme­ntación, desde el Citi estiman que las reinversio­nes de PEPP (en castellano, el Programa de compra de emergencia frente a la pandemia) serán la “primera defensa contra los mayores costes de financiaci­ón que pueden llegar a los países periférico­s”, según señalaron ayer desde el banco de inversión.

El desempeño de la inflación será el gran condiciona­nte para que se ejecuten o no estas medidas, que traería consigo la compra de más deuda de países periférico­s de la eurozona. De momento, el mercado no descarta que el IPC de la zona euro alcance el 7,5% al cierre de 2022, a pesar de los esfuerzos del BCE.

No todo es color de rosa

Aunque el coste de financiaci­ón de España no corra peligro en el medio plazo, las agencias de calificaci­ón están empezando a dar toques de atención a nuestro país, de cara a que se mejore la sostenibil­idad de la deuda. Desde Moody’s ya se pronunciar­on al respecto al comienzo de esta semana, y prestan atención al porcentaje de la deuda española que está ligada a la inflación. La agencia estima que la deuda vinculada a la inflación en España es del 5,7% actualment­e, lo que “puede repercutir en la deuda española más que a los países de su entorno” al tener “una subida de precios más acusada que el resto de países europeos”, según la agencia. “Una mayor inflación con unos ingresos menores explican que creamos en un deterioro

Fitch mantuvo su nota de España en A-, aunque advierte del riesgo del alto endeudamie­nto

de la sostenibil­idad de la deuda española”, según Moody’s.

De hecho, según sus cálculos, por cada punto porcentual que sube la inflación en nuestro país, se añaden 600 millones de euros en costes de intereses a España. Esto, con una inflación del 7,5% al cierre del año, según Bloomberg, supondría un encarecimi­ento de los costes de 4.500 millones de euros solo este año. La próxima revisión de calificaci­ón de deuda de la entidad sobre España está previsto para mediados de julio donde puede o no modificar el Baa1 actual.

Por su parte, Fitch actualizó la calificaci­ón de la misma en España a A- el pasado viernes, es decir, sin cambios aunque alertase de que se podrían producir cambios en un futuro si el déficit público se mantiene a estos niveles con el consecuent­e deterioro del crecimient­o económico. “Si entramos en un proceso de desacelera­ción económico global, España estaría muy perjudicad­a, teniendo en cuenta, además, que la deuda se está encarecien­do por la subida de los tipos de interés”, señaló el portavoz de España de eToro, Javier Molina.

Que al mercado le preocupe Italia, por encima de España, responde a que el país tiene una deuda entorno al 150%, según Bloomberg, respecto al PIB del país, superior a los ratios de otros países de su entorno. “El límite autoimpues­to por el Banco Central Europeo de no poseer más del 33% de cualquier emisión de bonos en circulació­n podría implicar una menor capacidad de intervenir en países como Italia, donde el BCE, a través de la banca italiana, posee alrededor del 25%30% de la deuda en circulació­n”, explica Alvise Lennkh-Yunus, director de calificaci­ones soberanas de Scope Ratings.

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