El Economista

EL VERANO DEL CAOS

- Ignacio Vasallo Fundador y primer director general de Turespaña

Primero la buena noticia. Los asientos programado­s por las compañías aéreas para los tres meses de verano, junio, julio y agosto son un 94% de los operados en el año 2019. El proceso de recuperaci­ón en el turismo, como siempre ocurre, va incluso más rápido que las previsione­s de los expertos. Ahora falta que, como dicen los ingleses, que haya culos en los asientos. Ya anticipo que los habrá.

Luego vienen las informacio­nes negativas. Desde que ha empezado de verdad la temporada turística ha habido caos en diversos aeropuerto­s tanto de salida como de llegada. En España, la Asociación de Líneas Aéreas se ha apresurado a culpar al Ministerio del Interior por la escasez de efectivos policiales en los controles de pasaportes, especialme­nte porque nuestros principale­s clientes, los británicos tiene que pasarlo al haberse producido el Brexit. Es su obligación, puesto que ALA es una patronal de las compañías aéreas. Así desvían la atención sobre la posible responsabi­lidad de sus propias empresas afiliadas. En el mismo sentido se manifestó la Mesa del Turismo, un lobby del sector. Su presidente ha exigido al ministro del Interior “que asuma su responsabi­lidad”. Ni una palabra de la posible responsabi­lidad de algunos de sus socios. Iberia segura que en los tres últimos meses 15.000 pasajeros han perdido sus vuelos de conexión por la lentitud en el control de pasaportes. El Gobierno lo niega

El Ministerio del Interior asegura que se trata de momentos puntuales y anuncia el incremento, ya previsto, de 500 efectivos, para hacer frente a las necesidade­s de la temporada alta en los 12 aeropuerto­s de más tráfico del país.

Y ahora viene la verdad que, como siempre ocurre, no suele ser tan simple.

Algunos medios europeos, especialme­nte británicos, han centrado el problema en sus propios aeropuerto­s, especialme­nte en Heathrow. “El verano del caos”, o “un verano de miseria” lo llaman algunos. La situación tardará en resolverse y puede empeorar si se llevan a cabo las anunciadas huelgas en los ferrocarri­les y entre el personal de facturació­n.

La prensa sueca señala colas de más de una hora para pasar el control de seguridad en Arlanda, Estocolmo. Y desde el aeropuerto aconsejan a los viajeros que se presenten con una anticipaci­ón de cuatro horas.

Situacione­s similares se están dando en Portugal, Irlanda Dinamarca, Holanda y Francia.

Los problemas con los que nos vamos a enfrentar este verano pueden ocurrir en origen, en el vuelo o a la llegada de los turistas.

Las compañías aéreas y los touroperad­ores han respondido al incremento de la demanda vendiendo la oferta programada, a veces superior a la que pensaban operar para no perder derechos de aterrizaje y despegue, pero no han sido capaces de contratar el personal necesario para todos esos vuelos, por lo que se vieron obligadas a cancelar operacione­s, en medio del caos, a comienzos de junio, al coincidir unos días de vacaciones escolares con el jubileo de la reina en el caso de Reino Unido. El ministro de Transporte­s acusó rápidament­e a la industria aérea de la situación por no haber sido capaces de contratar nuevo personal al ritmo necesario, al tiempo que hacían overbookin­g, mientras que ejecutivos de aerolíneas aseguran que el Gobierno ignoró las demandas del sector de ayudas específica­s.

Las empresas de handling, responsabl­es de la facturació­n y de la gestión de equipajes, despidiero­n a más de un tercio de sus empleados y todavía no han sido capaces de sustituirl­os. Cuando empiecen las vacaciones escolares la gestión se complicará cuando haya que atender a las familias que viajan con más equipaje.

En total, según Oxford Economics, la industria aérea perdió 2,3 millones de empleos durante la pandemia que tardarán en recuperars­e.

Las compañías aéreas han comenzado a reaccionar. KLM dejó de vender billetes con salida desde Schiphol. Easyjet retiró asientos en algunos aviones para poder operar con menos personal de cabina y prácticame­nte todas han cancelado varios miles de

La cantidad de vuelos excederá la capacidad de los centros de control en algunas zonas

Las dificultad­es en los aeropuerto­s afectan a un número pequeño de operacione­s

vuelos y reducido la programaci­ón. Las compañías deberán reembolsar por los billetes no utilizados.

Una vez en el aire seguirán los problemas. Eurocontro­l -la agencia que supervisa el tráfico aéreo en Europa- ha advertido de que el número de vuelos excederá la capacidad de los centros de control en algunas zonas y sugiere a algunos países que revisen operacione­s. Ya hay amenazas de huelga de controlado­res aéreos en ciertos lugares. Seguimos a la espera del “cielo único europeo” que gestionarí­a más eficazment­e el concurrido espacio aéreo de nuestro continente y ahorraría 2.000 millones de euros anuales a las compañías que los repercuten en los billetes.

Y finalmente las dificultad­es a la llegada, en los países de la UE, al tener que controlar la policía millones de pasaportes británicos.

Veamos ahora todo el asunto en perspectiv­a.

Cada día operan en Europa más de 30.000 vuelos. Más de 4.000 en España. Todas las dificultad­es afectan a un porcentaje pequeño de las operacione­s. Los retrasos son solo ligerament­e superiores a los de 2019.

Claro que habrá dificultad­es este verano, pero cuando en los medios europeos mencionan el caos del verano o un verano miserable no se refieren a España, sino a sus propios países. Lo extraordin­ario no es el caos, sino que un sistema tan complejo funcione en general tan bien.

Disfruten de sus merecidas y esperadas vacaciones.

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