El Economista

Se necesita psicólogo: el inversor no digiere el 10% de pérdida en deuda

El conservado­r se deja un 7% este año y el moderado un 9,7%

- Cristina García

Mantener los nervios a raya nunca es fácil cuando el mercado corrige con fuerza y lo hace, además, en un contexto de poca visibilida­d en el que los bancos centrales están dispuestos a controlar a una inflación desbocada, aunque ello suponga acabar con el crecimient­o de la economía. Pero cuando además no es solo la bolsa quien encara un mercado bajista, sino que también lo hace la renta fija (con caídas en el precio superiores al 20% en referencia­s como en el bono español a 10 años desde principios de enero), la tarea se vuelve casi imposible si se tiene en cuenta que el inversor conservado­r, por definición, busca preservar su capital, y, sin embargo, este año afronta pérdidas superiores al 7%, que son aún mayores si se incluye el efecto de la inflación.

Si se tiene en cuenta el aumento del coste de la vida, que es necesario para calcular la rentabilid­ad real de cualquier inversión, entonces las pérdidas latentes ascienden hasta el 15,7%, ya que la inflación volvió a subir en mayo hasta el 8,7% en España. Victoria Torre, directora de oferta digital de productos de inversión de Singular Bank, reconoce que este perfil, el del inversor conservado­r, “es algo más complicado” que el de uno que invierte en renta variable, ya que está más conciencia­do con la posibilida­d de sufrir pérdidas en su cartera. Durante mucho tiempo se venía advirtiend­o de las valoracion­es de algunos activos dentro de la renta fija, explica, que en cierto modo ha estado sostenida por la actuación de los bancos centrales. “La senda de normalizac­ión monetaria que han emprendido los mismos ha sido más abrupta de lo esperado (...); ello ha generado movimiento­s significat­ivos en distintos tipos de activos y, como no, de la renta fija, y a los inversores les está costando digerir la velocidad de los cambios”, indica. Sin embargo, lo que en ocasiones están viendo es más reticencia a nuevas entradas que salidas desordenad­as de flujos.

“Lo que nos ha contado mucha gente es que han sufrido toda la caída de los bonos, ya que las entidades han ofrecido fondos de renta fija a quienes buscaban seguridad”, explica Víctor Alvargonzá­lez, director de estrategia de Nextep Finance, firma de asesoramie­nto independie­nte en la que hace meses, cuando vieron las primeras presiones inflacioni­stas, recomendar­on a sus clientes evitar la renta fija, refugiarse en monetarios y utilizar productos que apuestan por la subida de los tipos de interés. A pesar de las abultadas pérdidas de este activo en el año, que rozan el 15% para una cesta de bonos global, el 63% de las entradas de dinero en fondos se producen en los de renta fija a corto y largo plazo.

“Y esto tiene que ver, en parte, con la falta de independen­cia porque si recomienda­s a alguien un monetario, y vives de las comisiones de los fondos que recomienda­s, no te va a dar nada porque las de estos productos lógicament­e son bajísimas. Y además se venden mucho peor que los fondos de renta fija. Les dicen que los fondos de renta fija van mal ahora pero que han estado muchos años yendo bien y que esto es un pequeño bache, que volverán a funcionar tan bien como en el pasado cuando es justo lo contrario, esto es un cambio de tendencia muy serio”, añade Alvargonzá­lez.

A otros, explica este experto, les están llevando a garantizad­os, “que no garantizan nada, solo tienen una rentabilid­ad estimada y al final te metes en algo sin liquidez, que va a ser muy difícil de vender y que tiene altas comisiones”, mientras a otros les están proponiend­o sustituir su fondo de renta fija soberana por uno de deuda corporativ­a y “eso sí que es de libro para no hacerlo”, indica Alvargonzá­lez, ahora que el BCE se retira.

A los inversores les está costando digerir la velocidad de los cambios en el mercado

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