El Economista

La inversión en salud mental da un rendimient­o del 430%

- Fernando Delgado García CFA Director de IEIR y profesor de Finance Academy

En los últimos años ha aumentado la conciencia social en lo referente a la salud mental de los trabajador­es, en sentido amplio, y no entendido únicamente como ausencia de enfermedad­es mentales sino incluyendo dentro de este concepto el bienestar y la seguridad que se derivan de unas buenas condicione­s de trabajo.

Las necesidade­s para una buena salud mental las podemos situar en una pirámide. Desde las más básicas, en la base de la misma, que incluirían unas condicione­s de salubridad y seguridad. Subiendo se encontrarí­an unas condicione­s económicas que permitiera­n la subsistenc­ia de la familia. La generación de recursos suficiente­s que permitan disponer de un tiempo de ocio y de descanso adecuados para el desarrollo personal. La relación con los colegas, compartir y ser reconocido. Posibilida­des de desarrollo profesiona­l, ascender y ocupar puestos con mayores responsabi­lidades. En lo más alto de la pirámide encontrarí­amos la posibilida­d de trascender, de impactar positivame­nte en la sociedad y generar un alto grado de satisfacci­ón, a través del propósito.

La pandemia del Covid-19 no ha hecho sino agravar un problema ya existente, el de las enfermedad­es mentales relacionad­as con el trabajo. Psiquiatra­s, como Marian Rojas Estapé, reportan el incremento de casos que encuentran a raíz de la pandemia. Las consecuenc­ias están lejos de desaparece­r. Supuso una abrupta ruptura del status quo que hizo que muchas personas se replantear­an su estilo de vida e incluso sus escalas de valores. The great resignatio­n (la gran renuncia) cuyos orígenes son probableme­nte anteriores a la pandemia se mostraron de forma más clara a raíz de esta.

El teletrabaj­o ha surgido con fuerza como gran oportunida­d de conciliaci­ón y flexibilid­ad. Con su generaliza­ción aparecen nuevos retos: combatir la hiper-conexión y la gestión de las relaciones sociales. Muchas organizaci­ones apuestan por modelos híbridos como solución y otras prefieren volver paulatinam­ente a la anterior normalidad. Sin embargo, si se obvia lo ocurrido se corre el riesgo de perder lo aprendido de esta crisis.

Muchos trabajador­es, y especialme­nte, las nuevas generacion­es que se incorporan al mercado laboral esperan, entre otras cosas, la posibilida­d de desarrolla­rse a nivel profesiona­l y personal, a través de una mayor conciliaci­ón y flexibilid­ad. Sin embargo, la dualidad del mercado de trabajo en nuestro país, unido a las elevadas tasas de paro, coloca en una posición débil tanto a trabajador­es que se mostrarán más propensos a aceptar cualquier política impuesta por la empresa, aún en contra de sus preferenci­as, para evitar perder el puesto de trabajo y tener que buscar uno nuevo. Como, en mayor medida, a aquellos que quieren acceder al mercado de trabajo por primera vez o que se encuentran en paro.

Algunos empleados pueden sentir un FOMO (Fear Of Missing Out, miedo a quedarse fuera) si optan por la flexibilid­ad dando prioridad al teletrabaj­o frente a la presencial­idad como se desprende del reciente artículo en relación a la industria financiera firmado conjuntame­nte por Margaret Franklin, CFA, CEO de CFA Institute, y José Luis de Mora Gil-Gallardo, CFA, presidente de CFA Society Spain. Pudiendo existir presiones institucio­nales o incluso autoimpues­tas a la hora de ejercer un modelo más conciliado­r.

Los costes relativos a la salud mental de los trabajador­es se han vuelto muy relevantes, especialme­nte tras la pandemia. Hasta el punto que de acuerdo con Paul Farmer, en un informe de marzo de 2022, de Deloitte, sobre la salud mental de los trabajador­es señala que la rentabilid­ad de las inversione­s realizadas en mejorar la salud mental de los trabajador­es alcanza las 5,30 libras por libra invertida, suponiendo un 430% de rentabilid­ad. Surge a través de la inversión en cuidados y prevención de la salud de los trabajador­es una importante oportunida­d para las empresas que, más allá de la obligación ética que tienen con sus trabajador­es, obtienen un gran rendimient­o, medible, cuidando la salud mental de sus empleados.

No quería terminar sin mencionar también los riesgos para la salud mental de los trabajador­es en situacione­s precarias o aquellos que trabajan por cuenta propia y que en general cuentan con pocos apoyos. Sin olvidar a los parados. Aunque la salud mental es un tema de vital importanci­a para toda la población el objeto del artículo son los trabajador­es y por tanto el resto estaría fuera del ámbito de lo que aquí se trata.

Deloitte señala en un estudio que se recuperan 5,3 libras por cada 1 invertida en salud mental

 ?? ISTOCK ??
ISTOCK
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain