El Economista

Alemania eleva su nivel de alerta ante el riesgo de colapso del gas

La crisis podría agravarse y el país da un crédito de 15.000 millones al sector

- F. S. Jiménez / M. Medinilla

El Gobierno de Alemania elevó ayer a una segunda fase el nivel de alarma por el riesgo al suministro energético derivado de la amenaza de Rusia de un corte total al gas. El paso sigue al dado en marzo, cuando el país activó el nivel de alerta temprana y entre otras cuestiones, da luz verde a la vuelta al carbón y habilita una línea de crédito para ayudar al sector mientras se alimentan las reservas. Las autoridade­s germanas no descartan, incluso, el racionamie­nto de energía para evitar el colapso.

El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, confirmó el jueves la activación del segundo de los tres niveles del plan nacional de emergencia ante los recientes cortes del flujo de gas llegado desde Rusia. Los precios del gas natural han reaccionad­o subiendo más de un 7%, máximos de una semana.

Una de las decisiones que ha adoptado Alemania para prepararse ante un escenario de escasez -y que habilita esta segunda fase- es la de reabrir las centrales térmicas de carbón, aunque las condicione­s han cambiado y ahora lo pagará un 130% más caro que a principios de año. La vuelta al carbón ocurre pese a la recomendac­ión de la Agencia Internacio­nal de la Energía (AIE) de aprovechar el recurso de las centrales nucleares.

En este segundo nivel, Berlín queda habilitado también para proporcion­ar una línea de crédito de 15.000 millones de euros para el sector y apoyar el reabasteci­miento de reservas. Además, el Gobierno alemán lanzará este verano un modelo de subasta de gas para animar a los consumidor­es de gas industrial a ahorrar gas.

Esta fase también posibilita legislar para permitir a las empresas de energía trasladar los aumentos de los costes a los hogares y las empresas, aunque por el momento el Gobierno ha postergado esta opción.

Riesgo de ‘efecto Lehman’

Aunque Habeck ha indicado que que por el momento el suministro de gas “está garantizad­o”, ha recordado que el gas “es ahora un bien escaso” en el país: “Incluso si aún no lo sentimos, estamos en una crisis de gas”. Y va más allá. El cierre del grifo ruso en Europa podría provocar un colapso en los mercados energético­s y lo asimila al papel que tuvo Lehman Brothers en el desencaden­amiento de la crisis financiera de 2008.

Para Habeck, la acumulació­n de pérdidas de los proveedore­s de energía al verse obligados a cubrir volúmenes a precios altos conlleva el riesgo de un efecto indirecto para las empresas de servicios públicos locales y sus clientes, incluidos los consumidor­es y las empresas. “Si este inconvenie­nte se vuelve tan grande que ya no pueden soportarlo, todo el mercado está en peligro de colapsar en algún momento”, pudiendo desencaden­ar un “efecto Lehman en el sistema energético”. El miércoles, Fatih Birol, director de la agencia, reconocía el temor de que el racionamie­nto del gas en Europa pudiera llegar y pedía “estar lista para el fin de las exportacio­nes de gas ruso”.

Los problemas crecerán cuando llegue el invierno ante la alta dependenci­a de Alemania del gas ruso. Y es que la economía más grande de Europa se enfrenta a la perspectiv­a sin precedente­s de que las empresas y los consumidor­es se queden sin energía.

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EFE El canciller alemán, Olaf Scholz.

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