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En un momento en que el caso Indra ha vuelto a poner de manifiesto la importancia del gobierno corporativo de las compañías, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, destacó ayer como los inversores institucionales pueden ayudar a mejorar la gobernanza de las empresas mediante su adhesión al código de buenas prácticas que el organismo supervisor acaba de sacar a consulta pública.
Dicho código, que en el mundo anglosajón se conoce como stewardship code –muchas gestoras internacionales cuentan con departamentos específicos para estos temas– persigue la implicación de gestoras de fondos, planes de pensiones e incluso family offices en la gestión de determinados aspectos donde por ser accionistas tienen derecho de voto y su acción puede ser por tanto determinante en algunos aspectos para el buen gobierno de las compañías.
El texto recoge siete puntos que los inversores deberán aplicar si deciden adherirse voluntariamente: necesidad de invertir con estrategias a largo plazo, conocimiento y seguimiento de las empresas en las que se invierte, desarrollo y publicidad de una política de implicación en el ejercicio de derecho de voto como accionista, transparencia en las actuaciones de la implicación como inversores y los resultados obtenidos, gestión de conflictos de interés, gobierno corporativo del propio inversor institucional, y la política retributiva, según enumeró Buenaventura, para quien estos factores “pueden incidir en un cambio positivo para las sociedades cotizadas en las que invierten, beneficiando al conjunto de accionistas de esas sociedades”, subrayó durante su intervención en la VIII edición de los premios Inversión a Fondo de elEconomista.
Buenaventura resaltó que la naturaleza del código responde a que “la implicación de los inversores en la gestión de las sociedades en las que invierten y en su gobierno corporativo es muy necesaria e indispensable”, entre otras razones porque “tienen una responsabilidad fiduciaria con sus partícipes”.
Esta fijación con la importancia del gobierno corporativo por parte del regulador está ligada con la cada vez mayor concienciación con la sostenibilidad, al ser una de las patas de la ESG, una tendencia donde “Europa se ha situado a la cabeza del proceso de transformación del sistema financiero, legislando de forma intensa y convirtiéndolo en un elemento importante”, subrayó Buenaventura.
Entre las novedades que deberá afrontar la industria de inversión se encuentra la entrada en vigor del reglamento que obligará a las firmas a tener en cuenta las preferencias de los inversores en temas de