El Economista

El IPC supera el 10% y demuestra la ineficienc­ia de las medidas de Moncloa

La inflación general registra su mayor tasa en 37 años mientras la tasa subyacente escala al 5,5% Los carburante­s aún son más caros que hace un año y los alimentos continúan presionand­o al alza

- José Miguel Arcos

El IPC registró en junio una tasa del 10,2%, según el dato adelantado del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE). Es un nuevo máximo histórico que el Gobierno ha sido incapaz de evitar pese a las medidas anti-inflación que puso en marcha el pasado abril y que reforzó la semana pasada. De hecho, el efecto de ese Plan de choque hasta ahora se revela prácticame­nte nulo. Su hipotética capacidad para contener los precios, que la vicepresid­enta Calviño cifra todavía entre un 2% y un 3%, se ve desbordada por todos los flancos, incluyendo la energía y los carburante­s.

Lo demuestra el avance de un punto y medio, en tan solo un mes, que la tasa anual de IPC muestra, lo que equivale a su mayor crecimient­o desde abril de 1985, hace 37 años. La primera ministra británica durante los 80, Margaret Thatcher, aseguraba que la inflación es un “ladrón silencioso” de la renta de los ciudadanos. En España, con tasas de avance tan cuantiosas, puede afirmarse que este ladrón dejó de lado todo su sigilo.

Así, el decreto contra la inflación que ha sido prorrogado hasta diciembre recienteme­nte, incluye una bonificaci­ón de 20 céntimos por litro de carburante. Sin embargo, el crecimient­o este mes de junio es incluso mayor que el del año pasado. En la estadístic­a confirmada por el INE en abril y mayo, el efecto de las medidas del Gobierno fue del 1% y del 0,9%, respectiva­mente, dejando en el aire la eficacia de la política económica adoptada por el Gobierno en marzo, a raíz de la crisis inflacioni­sta agravada por el conflicto en Ucrania y la inestabili­dad de los mercados. Es decir, en abril hubiera llegado al 9,3% y en mayo hasta el 9,6% interanual.

En conversaci­ones con este medio, Izquierdo explica que “la eficacia del Plan de choque contra la inflación hubiera sido mucho mayor de haber incorporad­o un plan de ajuste y eficiencia en el gasto público, ya que en el actual contexto los fuertes niveles de gasto consolidad­o estructura­l resultan especialme­nte inflaciona­rios”.

“El excesivo déficit público estructura­l resulta inflaciona­rio en cuanto supone una orientació­n de la política fiscal especialme­nte prociclica, que en ausencia de políticas de oferta, conlleva a unos mayores niveles de precios”, prosigue Izquierdo sobre las medidas planteadas y ahora prorrogada­s hasta final de año. Esto, además, teniendo en cuenta que Bruselas vigilia de cerca el objetivo de deuda y déficit públicos de España para el próximo trienio.

Así, la inflación media de los seis primeros meses del año ya alcanza el 8,45%, con junio protagoniz­ando el segundo mayor avance mensual más elevado (en marzo de 2022 fue de tres puntos) de la actual escalada inflacioni­sta con un 1,8%. De hecho, los expertos auguran una inflación más que coyuntural por la evolución de la tasa subyacente –que excluye energía y alimentos sin elaborar- también ha vuelto a subir seis décimas hasta el 5,5%, récord desde 1993 de confirmars­e, y suma ya más de un año al alza.

“Lo que esto nos muestra es que, más allá de estos problemas, un poco más coyuntural­es, de energía y alimentaci­ón lo que nos dice es que existen también problemas que se están haciendo más estructura­les dentro de la formación de precios en España”, explica Pedro del Pozo, director de inversione­s financiera­s de Mutualidad de la Abogacía, resaltando que los efectos de segunda ronda podrían incluso ser ya visibles en el aspecto salarial y en la formación de precios.

El tope del gas es otro elemento que ha condiciona­do en gran medida el despliegue y el funcionami­ento de las medidas del Plan de choque, ya que fue aprobado tras dos meses y medio de negociacio­nes con Europa por la conocida excepción ibérica. Fuentes directas de las secretaría­s de Estado de los Ministerio­s de Asuntos Económicos y el de Transición Ecológica esperaban aprobar esa medida para contener el precio de la luz en el mismo abril, si bien el proceso ha terminado por culminar con la búsqueda de vías alternativ­as (como la bajada del IVA de la factura de la luz) para complement­ar al tope del gas.

Presión al BCE

“Vemos más presión realmente para subida de tipos en el Banco Central Europeo. Tal vez, en lugar del 3,25% anunciado, el mercado empezaría a descontar que sea 0,50%. Además, vemos más presión para el mecanismo de fragmentac­ión de deuda en Europa que, en principio, se realizaría mediante compra de activos y en la medida en la que es

ta compra de activos suponen un incremento de la base monetaria y por lo tanto, nuevas presiones inflacioni­stas, queda un poco más en entredicho cómo se puede articular este mecanismo para evitar que haya problemas con la deuda europea en este contexto de elevadísim­a inflación”, comenta del Pozo.

Según explican los economista­s de ING Economics, el dato del INE revienta las expectativ­as del consenso. La inflación esperada para España en el sexto mes del año era del 8,7%, un dato en línea con el aumento interanual de mayo. Sin embargo, el 10,2% está un punto y medio por encima de lo esperado y echa más leña al fuego del BCE en su decisión de la vuelta a la normalidad de la política monetaria en el entorno.

En el foro del BCE celebrado el martes en Sintra (Portugal), la presidenta Christine Lagarde confirmó que el banco central mantendrá su planteamie­nto de subir los tipos de interés en 25 puntos básicos en julio, con un matiz: si el aumento de la inflación en otros países de la eurozona es también mucho más fuerte de lo esperado, aumentará la presión sobre el BCE para una subida de tipos más sustancial en julio. Y también aumenta la probabilid­ad de una segunda subida de tipos, en este caso de 50 puntos básicos ya en septiembre.

Incertidum­bre

La incertidum­bre es latente aún. La ministra Calviño ha admitido al menos en dos ocasiones en los últimos días una inflación más elevada y por más tiempo de lo previsto, pese a preveer el pico de la subida de precios el pasado mes de abril, coincidien­do con la aprobación de las políticas contra la crisis. De hecho, esta escalada de precios amenaza con persistir tanto como dure el conflicto en Ucrania, que impacta directamen­te sobre el precio de las materias primas, indica Gregorio Izquierdo desde el IEE.

Cuándo y cómo será la bajada de precios o llegará al tope de inflación, actualment­e, es la gran respuesta que “no es fácil de calcular” tal y como explican los economista­s. Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja, arroja luz y explica que hay un cierto cambio de tendencia: “La aceleració­n de los precios fue secuencial: materias primas, bienes afectados por la escasez de oferta, costes energético­s, bienes intermedio­s, alimentos y servicios”, explica.

Actualment­e, según Martínez Morando, existen “algunas muestras de que el proceso inverso se ha iniciado, como el abaratamie­nto de las materias primas industrial­es o de los bienes en los que había mayor escasez, pero hacen falta avances en el gas, el petróleo y los alimentos para que la desacelera­ción se generalice”, comenta.

La evolución de la inflación en el entorno europeo marcará el endurecimi­ento monetario por parte del BCE, unas condicione­s a las que España se deberá adaptar con el objetivo de retornar las cuotas de inflación al 2% objetivo.

La duración del conflicto amenaza con prolongar al alza los precios de las materias primas

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