Festeja el regreso de ‘Vacaciones en el Mar’
Los inversores reciben de buen grado los últimos resultados de Carnival, que anticipan una ocupación veraniega superior a las estimaciones del mercado
El Pacific Princess de Vacaciones en el Mar lo incluía todo a bordo. Viajes, ocio, restaurantes, playas, oferta cultural y pernoctas de lujo. Un buen resumen del cóctel que ofertan las compañías dedicadas a este negocio todavía hoy en día, con camarotes que van desde lo más asequible hasta las opciones para los más vanidosos. En esta última entrarían propuestas como la de un pasaje de 150 días en el Seven Seas Mariner, por el módico precio de 80.000 euros por persona (mayordomo personal no incluido). Sin embargo, el sector pasa por unos años complejos debido al coronavirus, que habría puesto en aprietos el trabajo del mismísimo capitan Stubing de la veraniega serie de televisión.
La pandemia provocó que los cruceros se quedaran amarrados en puerto, dado que no era aconsejable compartir un espacio en el que el metro cuadrado por pasajero no permitía respetar las distancias de seguridad con el cartel de todo lleno. Y un coloso del océano del ocio marítimo de estas dimensiones exige un mantenimiento descomunal, aunque no haya turistas en su interior. Desde luego, los cruceros no están hechos para estar parados.
Existen tres grandes compañías que acaparan la mayor parte de la oferta del turismo de cruceros: Royal Caribbean, Carnival y Norwegian Cruise Line. Y las previsiones del consenso de mercado recogidas por FactSet estiman que sus respectivos negocios no volverán a arrojar beneficios operativos (ebitda) al cierre de un ejercicio, por lo menos, hasta 2023 ya que no están operando con el 100% de su flota. El sector se recupera muy lentamente a medida que se acumulan las reservas de los pasajes de verano. Y cualquier repunte en la ocupación de sus camarotes despierta el entusiasmo entre los inversores.
Ganas de embarcar
Fuente: FactSet. (*) Según el consenso de mercado. Datos a media sesión.
Esto se vio al cierre de la semana pasada cuando Carnival presentó los resultados de su segundo trimestre de 2022 en el que aseguraron que la ocupación pasó de un 54% en el pri-* mer cuarto del año hasta el 69% del periodo previo al verano. Apenas 15 puntos porcentuales de diferencia y lejos de los niveles de 2019. Y, sin embargo, el mercado interpretó que valía la pena embarcar en las acciones de las compañías de cruceros, dado que las cifras de Carnival contagiaron a la competencia y todo el sector avanzó casi un 15% en bolsa en la sesión del pasado viernes.
Esta mejora de la ocupación es de las pocas cifras destacables en el resultado trimestral de la compañía, que en lo que va de 2022 pierde un 46% de su valor en bolsa. Y, del mismo modo que Royal Caribbean y Norwegian Cruise, está lejos de recuperar el nivel de cotización previo a la irrupción del coronavirus en 2020.
Está claro que hay ahorros, hablando en líneas generales, y que el consumidor está dispuesto a disfrutar de sus vacaciones en el mar después de dos años confinado en tierra firme. Y no le importa pagar un poco más por un camarote, hasta cierto punto, ya que el aumento de los precios ha llegado también a estos edificios flotantes.
Los costes no restan al beneficio solo porque la ocupación de los cruceros no esté a pleno rendimiento, sino porque para mover