Muere asesinado Shinzo Abe, autor de la exitosa ‘Abenomics’ japonesa
El exprimer ministro consiguió un avance sostenido del PIB durante 10 años
El exprimer ministro japonés Shinzo Abe falleció este viernes tras haber recibido un disparo por la espalda mientras se encontraba dando un discurso electoral en la ciudad de Nara, en el suroeste de Japón. El legado que deja Abe está marcado por haber establecido estrategias para la estabilidad social, política y económica en Japón durante sus mandatos. Sobre esta última, el “mago” japonés, como lo reconocían, logró reactivar al país asiático con un crecimiento económico agresivo gracias al milagro Abenomics.
Para sacar a Japón de dos décadas de estancamiento, Shinzo Abe aplicó una política económica construida a partir de la estrategia o el milagro Abenomics (palabra híbrida). Esta mastodóntica fórmula presentada en el periodo de 2012, estaba basada en tres ejes: reformas estructurales, aumento del gasto público y un volumen de flexibilización monetaria por entonces no visto hasta la fecha.
Tras tres meses de intensas presiones Abe lograba nombrar en marzo de 2013 al brazo ejecutor de tan ambiciosa estrategia de compras masivas a manos del Banco de Japón (BoJ), Haruhiko Kuroda, quien es, actualmente, el gobernador de la entidad emisora.
Al Abenomics se le puede atribuir un crecimiento sostenido del PIB durante casi una década o una estabilización del índice de deuda a ingresos en el sector público, pese a la recesión que ha generado la pandemia de Covid-19 en Japón.
La pata coja de la estrategia
Toda gran estrategia o programa, tiene una pata que cojea. Entre los puntos flojos del plan de Abe se destaca la aplicación de Womenomics o la intención de flexibilizar del ingreso de inmigrantes que tenía como objetivo neutralizar la rigidez que experimenta precisamente ese mercado.
A eso se ha sumado el anquilosamiento del sistema parlamentario japonés –constreñido por una Constitución redactada por Washington en 1947 que precisamente Abe ansiaba poder enmendar– a la hora de poder hacer política.
Pero más allá de la cojera de esta tercera flecha o del hecho de que en los últimos tiempos Tokio se vio perjudicado por el aplazamiento de los Juegos Olímpicos a costa de la pandemia, la guerra comercial China-Estados Unidos o la marcha atrás de Donald Trump en la firma del ambicioso Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), no son pocos los que creen que los moldes de su Abenomics siguen resultando válidos para estos tiempos convulsos para el país nipón.
El asesinato
Alrededor de las 11.30 hora local Abe, de 67 años, estaba participando en un acto electoral de su partido cuando un hombre de 41 años le disparó dos veces con una escopeta, impactando al menos una de las balas en al espalda del ex primer ministro nipón.
Tras el disparo, el exmandatario se desplomó en el suelo y fue trasladado de urgencia en estado muy grave al hospital más cercano en helicóptero. En el camino al centro médico, Abe entró en parada cardiorrespiratoria, según ha detallado el departamento de bomberos de Nara.
La Policía japonesa detuvo a un hombre de 41 años, acusado de intento de asesinato, y le ha confiscado el arma. El sospechoso habría disparado al exprimer ministro con una escopeta de construcción casera. Hasta el momento, no ha trascendido el motivo del ataque, según Yomiuri Shimbun. Abe estaba participando en un acto de campaña del Partido Liberal Democrático para las elecciones al Parlamento del 10 de julio. pérdidas netas relacionadas con la pandemia y es ya 140.000 puestos de trabajo mayor que en febrero de 2020, mientras que el empleo público aún arrastra un déficit de 664.000 empleos.
En el mes de junio, se observaron aumentos notables en el número de empleos en los sectores de servicios profesionales y empresariales, el ocio y la hostelería, y la atención de la salud.
El paro se mantiene
Por su parte la tasa de desempleo de EEUU en junio fue del 3,6% por cuarto mes consecutivo, manteniéndose el número de desempleados esencialmente sin cambios en 5,9 millones. Estas cifras difieren poco de los valores de febrero de 2020, cuando el paro era del 3,5% y se contabilizaron 5,7 millones de desempleados.
En junio, el número de parados de larga duración se mantuvo sin cambios en 1,3 millones, unos 215.000 más que en febrero de 2020, lo que supone el 22,6% de todos los desempleados en junio.
A su vez, el número de personas empleadas a tiempo parcial por motivos económicos se redujo en 707.000, hasta 3,6 millones en junio, bajando del nivel de 4,4 millones anterior a la pandemia.