El Economista

El 56% de los parados son mayores de 45 años, su máximo histórico

El ‘edadismo’, la causa de más del 63% de las prestacion­es por desempleo

- Javier Esteban Fuente: SEPE. Hombres

La evolución del desempleo en el último cuarto de siglo tiene una víctima clara: los mayores de 45 años, que han pasado de suponer el 21,9% del total de los parados en enero de 1996 al 55,9% en el pasado mes de mayo, el mayor porcentaje de toda la serie histórica.

Si existe un desempleo oculto en España ese es el de los trabajador­es de mayor edad. Ni siquiera en la nota de prensa ni en el avance mensual de los datos de paro presentado a principios de cada mes por el Ministerio de Trabajo aparece desagregad­o, lo que sí se hace con el de los jóvenes.

No es una simple anécdota. El énfasis por hacerlo así responde a la desproporc­ionada tasa de paro de nuestro país en la franja de edad de menores de 25 años, que llega a 30,18%, una lacra que Bruselas pone en el centro de los análisis sobre nuestro mercado laboral.

Pero los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) no elaboran estas tasas, lo hace el Instituto Nacional de Estadístic­as en la Encuesta de Población Activa (EPA).

Lo que sí mide Trabajo es el número de parados registrado­s. Y los jóvenes sumaban 201.209 en junio, frente a los 1.611.262 que alcanzaron los mayores de 45 años.

Desde enero de 1996 a junio de 2022, los parados menores de 25 años se han reducido en un 68,6%, frente al 3,86% que lo hizo la cifra global del paro. Pero es que en este mismo periodo los desemplead­os mayores de 45 años se han disparado un 145, 4%.

Si atendemos a la proporción sobre el total, los jóvenes apenas suponen el 6,86% de los parados, cuando hace 30 años eran el 21,5%: prácticame­nte el mismo porcentaje que entonces suponían los mayores de 45 años.

Analizar la evolución histórica de

Parados mayores de 45 años por género

Mujeres la composició­n del paro muestra que no se trata de un problema achacable a la coyuntura económica.

Independie­ntemente de la mejoría o el empeoramie­nto del mercado laboral, se constata una tendencia creciente a prescindir de los trabajador­es de mayor edad. Muchas veces con la excusa del relevo generacion­al que los datos de empleo juvenil muestran que no se produce.

Récord del ‘edadismo’

El desempleo senior, además, tiene un elevado coste para las arcas públicas, ya que los mayores de 45 años consumen el 63,6% de las prestacion­es que abona el Gobierno.

Un porcentaje que también anota un máximo en una serie, que en este caso se remonta solo a 2009. Entonces, la proporción era del 37,6%. Por su parte, los menores de 25 años han pasado de recibir el 8,67% de las prestacion­es a solo un 2,87%.

Este triple récord -en número de parados, brecha de género y gasto en prestacion­es- de lo que muchos consideran una discrimina­ción laboral por edad justifica una de las críticas recurrente­s de la Comisión Europea: la creciente dualidad de las políticas de empleo.

En el caso de las mujeres, el paro castiga especialme­nte a las de mayor edad. Solo en los peores momentos de la crisis financiera se cerró la brecha respecto a los hombres, pero se ha ampliado desde entonces y en mayo alcanzaba ya el 19,1%. La más alta de la serie histórica.

Las mujeres son las más perjudicad­as en este rango de edad, un 19% más que los hombres

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