Doce Estados de la Unión Europea sufren cortes parciales o totales de gas ruso
Bruselas, sin embargo, lo defiende para poder anticiparse y evitar quedar con las reservas vacías en invierno.
En el caso de que todos los miembros comunitarios tuvieran que aplicar esta rebaja a su consumo de gas nacional, la Unión Europea tan solo conseguiría acumular 81.536 millones de metros cúbicos, es decir, 2.366 millones más de lo que consume anualmente el Reino Unido, que se sitúa alrededor de los 79.170 millones de m3, según datos recogidos por Index Mundi.
Chantaje ruso
“Rusia nos está chantajeando, ahora mismo hay 12 estados de la UE que sufren cortes parciales o totales de gas ruso”, dijo Ursula Von der Leyen, que avisó que “debemos prepararnos para un corte total”, es un “escenario probable”, sentenció la presidenta del ejecutivo comunitario. La propuesta comunitaria busca garantizar las reservas para el próximo invierno.
Para conseguirlo, Bruselas insta a que se incentive a través de las ayudas de Estado que tanto la industria como las empresas de producción de electricidad cambien sus combustibles habituales por fuentes alternativas como la energía solar, la biomasa o el biometano, así como el uso de oxígeno en lugar de gas en algunas instalaciones industriales. La Eurocámara plantea que se creen sistemas de subasta o licitación a través de los cuales los Gobiernos insten a la reducción del consumo de gas de los grandes consumidores industriales a cambio de compensaciones financieras o ahorros adicionales.
Como parte de su plan de contingencia, la Comisión Europea invitará a una reducción del consumo energético de los edificios y hogares, reduciendo la temperatura del termostato o utilizando menos agua caliente. En este caso, la Comisión pide a los Gobiernos que lleven a cabo campañas nacionales de sensibilización, pero también que fijen la reducción obligatoria del consumo e, incluso, umbrales obligatorios de temperatura que no determina y, por ejemplo, límites horarios para la calefacción.
Sin embargo, la situación podría complicarse hasta el punto de que los clientes protegidos deban también asumir racionamientos. En ese caso, la Comisión pide tener en cuenta criterios como el nivel de “esencialidad” de ciertos servicios y el daño que puede provocar en una instalación la paralización o aplazamiento de su actividad. “Al diseñar medidas de restricción, también deben tenerse en cuenta consideraciones económicas más amplias, como la importancia de un sector específico en una cadena de valor”, dice la Comisión. Los Estados miembros deben basarse en estas directrices al actualizar sus planes nacionales.