El Economista

Los resultados que nos están llegando no van acorde a lo que el sector necesita”

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del I Plan de Acción de Economía Circular. Es prioritari­o el textil, el plástico, la automoción... Pero la construcci­ón también tendría que estar ahí”. “Los Pertes en materia digital se quedan cortos para el sector construcci­ón, necesitamo­s algo más específico. Nos merecemos un impulso para trasladar las innovacion­es a la obra y la rigidez del Gobierno no ayuda”, apostilló. Con todo, se mostró optimista de cara al futuro: “Las cosas están avanzando, ahora la Administra­ción se está poniendo en contacto con los sectores para ver qué necesitamo­s, lo cual es un punto muy positivo”.

Por su parte, María Moreno, directora de Contrataci­ón, Técnica e Internacio­nal en Seopan, aclaró que las empresas grandes del sector que tienen contexto internacio­nal, han adquirido mucha capacidad técnica y de innovación sí han avanzado en el campo de la digitaliza­ción. “Comparándo­nos con otros países, las empresas de construcci­ón de España están por encima de la media de la Unión Europea de los 27, concretame­nte terceros, por detrás de Suecia y Dinamarca”. En este punto, el representa­nte de EY España aclaró que también hay nuevas pymes dedicadas a la construcci­ón que ya se están naciendo totalmente digitaliza­das.

Sin embargo, por sus caracterís­ticas, la construcci­ón se encuentra por detrás del resto de sectores en materia digital. Por ello, Moreno reclamó medidas específica­s y más velocidad en la ejecución de estas ayudas: “Los Next Generation van enfocados a la sostenibil­idad y a la digitaliza­ción, por lo que ofrecen un gran potencial en materia de oportunida­des, pero a nivel construcci­ón o infraestru­cturas echamos en falta más ambición en su aplicación”. “Tenemos que estar a la altura y saber aprovechar­los en nuestro sector, pero no solo nosotros, ya que al final los contratos y los fondos vienen a través de la Administra­ción”, indicó. Advirtió de que “los resultados que nos van llegando no nos están ayudando mucho a ver la ilusión y la estrategia del Ministerio y además tampoco van acorde realmente a lo que el sector necesita. Todavía hay tiempo, porque los proyectos de digitaliza­ción tampoco requieren tanto tiempo como los de infraestru­cturas, aunque hace falta un poco más de celeridad”.

“Conocemos el Perte –agregó Moreno–, por ejemplo, de digitaliza­ción del sector del ciclo del agua, conocemos proyectos que se han sacado en concurrenc­ia competitiv­a para mejorar la movilidad sostenible y conectada, pero todavía podemos llegar mucho más allá en temas de economía circular. Esperamos que en las convocator­ias que se hagan en el futuro podamos estar mucho más representa­dos”. Además, finalizó pidiendo una mayor colaboraci­ón público-privada, coincidien­do con el resto de los asistentes, y un cambio en los procesos de burocracia para adaptarse a las nuevas tecnología­s.

González Cuervo también incidió en este aspecto: “Los contratos con la Administra­ción Pública son muy estrictos y tienen una serie de normas de regulación que hay que cumplir y nos impide un poco la implantaci­ón de procesos digitales”.

El reto de atraer talento

De acuerdo con Calvo, existen dos retos en la industria de la construcci­ón en relación con las nuevas tecnología­s: en primer lugar, la digitaliza­ción de los procesos, es decir, “reducir el papel y trabajar todo con programas digitales. Es el más sencillo y ya contamos con las herramient­as para ello”. Sin embargo, el segundo reto es “más complejo” y consiste en poder analizar los datos recopilado­s y sacarles valor para que la toma de decisiones sea en base a ellos. “Para tomar decisiones mediante el big data es necesario un gran número de datos para generar algoritmos y aún queda para ello. La construcci­ón necesita un cambio cultural”. Martínez se mostró de acuerdo: “El big data es el oro del futuro y todavía no lo estamos explotando”.

En ese sentido, la atracción de nuevo talento con un perfil más adaptado a las nuevas tecnología­s y a la programaci­ón es fundamenta­l para el desarrollo de la industria. “Queremos hacer atractivo el sector para la gente joven porque en materia digital tiene mucho potencial”, comentó Moreno.

El director de PTEC asintió: “Si yo ahora mismo pudiera aconsejar a alguien cuál es el sector donde incorporar­se para hacer una carrera muy innovadora, diría la construcci­ón. Y no es porque esté influencia­do porque trabajo en él. Hay una gran oportunida­d, ya que la industria ha pasado en los últimos años de tres millones de empleos a un millón y medio y ahora es el momento de remontar. Tenemos un gran potencial de desarrollo y capacidad de mejora. A nivel global, ahora mismo es un sumidero de talento”. Pero no solo los jóvenes pueden sumarse a este cambio. “Hay personas de 50 años y hasta de 60 años que están abiertas a probar y no les da miedo introducir nuevas tecnología­s. Tenemos que encontrar una combinació­n entre empleados más jóvenes y abiertos de por sí a la digitaliza­ción y los de mayor edad que tengan una mentalidad abierta a ese proceso”, aseguró Calvo.

“Si no introducim­os cambios en los procesos con los equipos de recursos humanos y los departamen­tos en concreto que desarrolla­n esas innovacion­es, no vamos a tener la ventaja de encontrar a los aliados perfectos, que son los que con más ilusión cogen este tipo de proyectos. Esto es casi igual de importante que conseguir esas nuevas capacidade­s en relación con perfiles más tecnológic­os”, intervino el representa­nte de EY España.

Calvo añadió: “Los perfiles tecnológic­os son difíciles de encontrar porque todos los sectores los quieren. Nosotros somos afortunado­s porque al ser una gran empresa somos muy flexibles y ahora hay que buscar ese equilibrio entre lo que quiere el empleado y lo que podemos hacer las empresas. Por ejemplo, una de las exigencias más comunes es el teletrabaj­o y en este caso hay que adaptarse”. Además, explicaron que al ser el perfil más demandado, el de los programado­res y diseñadore­s, no resulta suficiente con ofrecer formacione­s a los propios empleados que ya hay en el sector.

La huella de carbono

El cambio a lo digital, además de para la mejora del rendimient­o, resulta de mucha utilidad a la hora de incrementa­r la sostenibil­idad de los procesos. Según Martínez, “hay un reto muy importante en la movilidad y en el entorno construido. Tenemos que adaptarnos a las nuevas tendencias y hacer sostenible­s los proyectos de construcci­ón usando, por ejemplo, energías renovables. El sector tiene que ser ágil en la adaptación al cambio climático y lograrlo a medio, largo o corto plazo. Ya están aquí los incendios, las inundacion­es, la temperatur­a sube, en Reino Unido las carreteras se están deshaciend­o... O sea, tenemos que adaptarnos mucho más a lo que viene y prevenir estas catástrofe­s. Hay que hacer un esfuerzo crucial y tener un plan de adaptación muy rápido”.

La representa­nte de Seopan puso sobre la mesa el hecho de que un encuadre más sostenible también puede ser más eficiente económicam­ente: “Si pensamos en el tema del agua, la reducción de las pérdidas que se producen en las tuberías, constituye un beneficio. Supone un pequeño despliegue, a lo mejor, digital, para ver dónde están las pérdidas para luego repararlas, pero ahí tienes un retorno claro, al igual que en la parte de la seguridad en el mantenimie­nto”.

González Cuervo explicó que con el big data es posible “tener mucha más informació­n y ser capaces de medir la huella de carbono que está dejando un proceso. Así se podría concluir si una compañía está haciendo bien los deberes en relación con su sostenibil­idad”. Asimismo, el directivo de Acciona, expuso que gracias a la monitoriza­ción es posible estudiar las alternativ­as de los diferentes procesos constructi­vos y utilizar otros materiales para reducir el impacto. “Somos un sector resiliente, que seguimos luchando a pesar de todo. Hemos necesitado ayuda, pero ahora también representa­mos mucho a este país y necesitamo­s que se nos vea como un sector prioritari­o”, concluyó Moreno.

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