El sector pide al Gobierno garantías para el biocarburante
Una regulación ambiciosa de los biocombustibles, clave para aprovechar su potencial
Los biocombustibles suponen una oportunidad para España no solo a nivel de sostenibilidad para contribuir a la transición ecológica, sino también como forma de impulsar la economía circular y el desarrollo local. Sin embargo, para ello, es necesario que la Administración pública cree un marco legislativo que ofrezca seguridad y garantías, de forma que atraiga la inversión.
Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron los participantes en el encuentro informativo El papel de los biocombustibles en la transición energética, organizado por bp y elEconomista.es, que tuvo lugar el pasado 16 de julio.
“Existe un coste al transformar la biomasa, pero si genera reinversión local y empleo en lugar de suponer pagos al exterior, podemos abaratar la factura a largo plazo”, explicó David O’Hana, director de suministro para la región West-Mediterranean de bp. “La regulación –añadió– permite pasar de un proyecto con viabilidad económica frágil a un proyecto atractivo y acelerar la inversión a gran escala en plantas de producción de biocombustibles avanzados, permitiendo la deflación de la tecnología. La transición energética no es una elección, es una necesidad. Debe acompañar el sector público y realizarse de forma conjunta con otros países, ya que es un proyecto mundial”.
Sin embargo, muchos de los ponentes consideraron que la legislación y los incentivos actuales son insuficientes para hacer frente al reto de conseguir demanda de productos bio, a pesar de que se trata de combustibles que pueden emplearse a través de las mismas infraestructuras y redes de distribución que los fósiles y que, por tanto, puede implementarse desde este mismo momento como parte de la fórmula para la descarbonización de la economía.
“Falta organización y orden. Necesitamos saber cuál es la estrategia de país en cuanto a energía y que exista una regulación que aporte seguridad jurídica a las empresas. Tenemos flotas de vehículos que funcionan mediante biogás, pero están paradas porque es un gasto inasumible. Nuestro parque móvil es de los más antiguos de Europa y ya se pueden llevar a cabo iniciativas en la línea de la transición ecológica, pero las administraciones deben ser flexibles. El Estado debería tener un papel más proactivo y no solo castigador”, expresó, en este sentido, Francisco Aranda Manzano, presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO), y pidió un plan de acción por parte del Gobierno Central para “no dejar a nadie atrás y avanzar en un objetivo común”.
Asimismo, demandó el uso de los impuestos para “compensar y facilitar la transición”, ya que, “ahora que el Estado tiene récord de recaudación es una oportunidad para cambiar de paradigma” para que “todos nos corresponsabilicemos de este coste e incentivemos esa economía más verde y descarbonizada”.
O’Hana se mostró a favor de este tipo de medidas como bonificar los productos energéticos con menos CO2 y el planteamiento de una estrategia integral acompañada de “regulaciones multi-ruta, de forma que “salgamos del debate negativo y logremos uno constructivo y eficiente junto con la administración”.
Por su parte, Javier Gil, director Biomass Department de CENER, denunció la falta de incentivos para las plantas de biocombustibles, que “en España no existen”, pero que sí están instauradas en otros países europeos, lo cual, en función de sus palabras, es uno de los motivos por los que en estos territorios hay una mayor inversión en energía a partir de biocombustibles. El ponente subrayó que para movilizar biomasa agrícola y forestal, “hace falta demanda y capacidad de pagar los costes de extracción. Ahora no se está explotando lo suficiente porque no es rentable”. “La incertidumbre y la volatilidad no ayudan -comentó. Hace falta una mayor inversión pública para conseguir rentabilidad por parte de las empresas, ya que no hay más aprovechamiento de la biomasa por su alto coste en comparación con las otras renovables. Ese coste es una barrera para su aprovechamiento. Además, su desarrollo debe ser sostenido en el tiempo”.
May López, directora de Desarrollo de la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible, sacó a colación la importancia de que las pymes y autónomos reciban información sobre las oportunidades que les ofrece la energía más sostenible, de manera que puedan optar a su uso. “No todas las personas saben lo que es un biocombustible –explicó– tenemos que facilitarles los conocimientos y el acceso a los combustibles alternativos, además de insistir en que no hay un único camino hacia la descarbonización. Debemos escoger lo más eficiente según cada caso y cada situación. No podemos esperar a que llegue la solución perfecta para lograr cero emisiones e ignorar las alternativas que revierten el daño medioambiental localmente”.
Gil coincidió en este aspecto, “no hay suficiente biomasa para toda la demanda de productos petrolíferos y hay que combinarlos con diferentes soluciones. Ahora mismo, se prioriza tanto para el transporte marítimo como para el aéreo, puesto que son los son más difíciles de electrificar”.
Por último, Juan Carlos Carretero, director de Mejora Continua de las Operaciones de Red de DHL en España, incidió en la importancia de fomentar la inversión en biocombustibles como, por ejemplo, el SAF, en empresas que hacen uso de la aviación, puesto que es un importante foco de emisiones. “El plan de modernización de nuestra flota de aviones, mediante la adquisición de modelos B-777, mejorará un 17% las emisiones”, puso como ejemplo. Al mismo tiempo, insistió en la importancia de formar al personal de las empresas en materia de sostenibilidad, de forma que participen en la estrategia como individuos, pero siempre apoyados por la empresa.
Ayudas de Europa
Desde la Comisión Europea se está apostando por la descarbonización de la economía y la neutralidad climática a través de la transición energética.
Un ejemplo de ello, son las inversiones de los fondos Next Generation y la Directiva 2018/2001 sobre fuentes de energía renovables, que se encuentra actualmente en vigor, e incluye un objetivo del 3,5 % para 2030 para los biocarburantes y el biogás en el sector del transporte.
“Es fundamental garantizar que los fondos europeos estén bien repartidos para no financiar tecnologías limitadas, sino también dar espacio a los biocombustibles avanzados y de reconversión, lo cual también puede suponer la disminución de su coste”, resaltó O’Hana, quien además lamentó que en España este tipo de energía no se ha incluido dentro de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), como sí ha sido el caso del hidrógeno y las energías renovables como la solar o la eólica. “Encontramos que existe una dificultad a
España puede producir hasta 13 millones de toneladas de biomasa, pero solo se generan seis
la hora de implementar las directivas europeas. Sería necesario contar con más celeridad, más claridad y más flexibilidad para poder aprovechar estas oportunidades en materia de sostenibilidad y obtener una inversión más robusta a un precio más competitivo”, concluyó.
La transición energética no es una elección, es una necesidad y un proyecto mundial” David O’Hana Director de suministro para la región West-Mediterranean de BP No hay un único camino hacia la descarbonización. Debemos escoger lo más eficiente” May López Dtra. de Desarrollo de la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible Necesitamos saber cuál es la estrategia de país en cuanto a energía de biocombustibles” Francisco Aranda Manzano Pdte. de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO)