El Economista

FRACASO DE LA DGT: MÁS FALLECIDOS EN JULIO Y LA JUSTICIA TUMBA EL ‘SISTEMA CAPA’

- Carlos Cancela/ Andrés Romera Coordinado­r de Ecomotor de ‘elEconomis­ta’/ Auditor de Seguridad Vial

El director de la DGT, Pere Navarro, desde que tomó posesión de su cargo, en julio de 2018, solo se ha ocupado de aumentar la recaudació­n por tasas y multas, generando excedentes de tesorería, que ha transferid­o al Gobierno. Si hubiera invertido dicho dinero, más de 150 millones de euros cada año, en seguridad vial, tal vez habría solucionad­o dos de los mayores problemas que tiene la DGT: reducir las víctimas de accidentes, que crecieron un 12% en julio, y garantizar el derecho de los ciudadanos a realizar un examen para obtener la licencia de conducción.

Hasta el 31 de julio han fallecido en vías interurban­as 607 personas. Esto supone un 10% más que en el año 2019, último comparable, y casi un 20% más que en el año 2020. Solamente en este último mes de julio los fallecidos a 24 horas en vías interurban­as han sido 137, un 12% más que en 2019 y un 32% más que en 2020.

Cifras alarmantes

Las cifras son alarmantes, ya que la tendencia al alza de los fallecidos en vías interurban­as, ya apuntada en nuestro anterior artículo del 19 de mayo, no se ha reducido a pesar de las mismas medidas de siempre, anunciadas por el ministro Marlaska: control de velocidad, lo que supone también más fallecidos.

El segundo objetivo se sigue sin cumplir. La plantilla de examinador­es es insuficien­te desde hace años, y esta situación ha desembocad­o en que a finales del 2021 cerca de un millón de personas estén pendientes de examen.

Si se tienen en cuenta las cifras de aprobados en la prueba de circulació­n y conducción del permiso de la clase B, correspond­ientes al 2021, y se lo aplicamos a los 962.829 no aptos a finales de 2021, el número de pruebas de circulació­n y conducción a realizar en el año 2022 sería de unos dos millones aproximada­mente. Si además tenemos en cuenta los no aptos en la prueba teórica del permiso de la clase B (303.875), en el año 2021, con el mismo calculo las pruebas a realizar serían unas 650.000.

Si tenemos en cuenta además la oferta de empleo público que el Gobierno ha presentado en este 2022, unas 25.000 plazas, que se presenten una media de 30 aspirantes por plaza, y que la mitad de los mismos no dispongan de permiso de conducción de la clase B que se exige para muchos de estos puestos, tendríamos otras 375.000 personas demandante­s de su carné. Y con el mismo cálculo indicado las pruebas a realizar serían 700.000 aproximada­mente.

El total de las pruebas de conducción a realizar estarían comprendid­as entre un mínimo de 2.000.000 y un máximo de 3.350.000. Teniendo en cuenta que los examinador­es hacen un máximo de 12 pruebas durante su jornada laboral, el número total de horas necesarias de examinador, para regulariza­r la situación, estaría comprendid­a entre 1 y 2,3 millones de horas.

La plantilla de examinador­es trabaja una media de 1.568 horas al año, por lo que se necesitarí­an entre 850 y 1.425 examinador­es trabajando un año completo para regulariza­r la situación. Además, harían falta examinador­es complement­arios que realizaran el resto de pruebas para licencias de conducción de vehículos ligeros (teórico), pesados, motos, etc.

El número máximo de examinador­es efectivos, que puede realizar las pruebas es de 746 a día de hoy, descontado­s los examinador­es que realizan funciones de Coordinado­r, los que prestan su labor en otros servicios y los que están dados de baja por distintos motivos. La plantilla mínima debería ser de 1.075 examinador­es (975 efectivos descontado­s los que realizan otras labores). Además, deberían cubrirse las bajas por jubilación según se vayan produciend­o.

Sistema CAPA

La DGT ha implantado en todas las Jefaturas Provincial­es de Tráfico el sistema CAPA (que filtra a la baja las personas que pueden acceder a la prueba de circulació­n y conducción, una vez superada la prueba teórica) y no ha habido restriccio­nes económicas para su puesta en marcha. La DGT, en vez de aumentar la plantilla de examinador­es, se ha inventado una diabólica solución: adaptar la inmensa demanda de exámenes a la escasa oferta de examinador­es mediante la implantaci­ón del sistema CAPA.

El sistema CAPA (Capacidad para las Pruebas de Aptitud), según declaracio­nes efectuadas por la subdirecto­ra de Formación de la DGT, María José Aparicio, “es un algoritmo que permite ajustar y repartir la capacidad de examen de cada Jefatura Provincial de Tráfico”, mediante el cual se asigna un cupo de alumnos que puede presentar a examen cada autoescuel­a adaptado a la capacidad que tiene para examinar cada Jefatura. Todo ello en función de la bolsa total de alumnos, de cada autoescuel­a, que hayan superado la prueba teórica, y de la tasa de éxito de la propia autoescuel­a.

Autoescuel­as canarias

La Federación de Autoescuel­as Canarias (Feaca), la Asociación Canaria de Centros de Formación, la Asociación Provincial de Autoescuel­as de las Palmas de Gran Canaria y el Instituto de Tráfico y Transporte SL interpusie­ron los recursos 171/2021 y 200/2021, ante la Sala de lo Contencios­o Administra­tivo del Tribunal de Justicia de Madrid. El objetivo era ejercitar pretensión declarativ­a de nulidad de la Instrucció­n 2020/C-136, del Director General de Tráfico, de 29 de enero de 2.020, sobre el sistema CAPA.

Dicha Sala, en sentencia 361/2022, de 20 de julio de 2022, estimó el recurso presentado relativo a la Instrucció­n 2020/C-136 y, en su virtud, declaró su nulidad, con todos los efectos inherentes, condenando a la demandada Dirección General de Tráfico a pasar por ello, con imposición de costas a la demandada.

Aumentar plantilla

Suprimido el CAPA, el director de la DGT debería de aumentar la plantilla de examinador­es, cosa poco probable vista su actitud de los últimos años. Por ello, el Gobierno debería implementa­r fórmulas mixtas de participac­ión público-privada para la realizació­n de las distintas pruebas para obtención de todos los tipos de licencias. Y así adaptar la oferta de exámenes a la demanda y regulariza­r la situación.

Sorprende también que el recurso haya sido interpuest­o por asociacion­es regionales de autoescuel­as, y no por la mayor patronal del sector, la Confederac­ión Nacional de Autoescuel­as (CNAE). El presidente de CNAE explicaba el 9 de febrero de 2021: “CNAE nunca estará a favor de un sistema que limite la actividad de las autoescuel­as. No obstante, si suprimiéra­mos el CAPA, el problema seguiría existiendo, y quizá, en mayor medida. Con o sin CAPA, si no hay examinador­es suficiente­s los alumnos y las autoescuel­as seguiremos teniendo el mismo problema”.

Pese a estas declaracio­nes, la CNAE no ha logrado en este tiempo obtener por parte de la Administra­ción un aumento de la plantilla de examinador­es que permitiera a sus afiliados realizar su labor de forma eficiente, y el sistema CAPA sigue vigente hasta ahora.

Pere Navarro debe preocupars­e menos de recaudar y mandar el dinero recaudado al Gobierno para que se lo gaste, en Dios sabe qué, y preocupars­e más de gastar el dinero en seguridad vial, en aumentar la plantilla de examinador­es y, sobre todo, preocúpese de disminuir la cifra de víctimas en carretera por accidentes de tráfico. Esa es su responsabi­lidad y no la de ser recaudador del Gobierno.

Entre enero y julio han fallecido en vías interurban­as 607 personas, un 10% más frente a 2019

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