La Semana Santa recortó un 10% los fijos discontinuos en paro
El descenso fue seis veces superior al que anotó la cifra de paro registrado
A un mes y medio de las elecciones autonómicas, la primera gran cita con las urnas de este año, las estadísticas de desempleo parecen sonreír a Yolanda Díaz, también en uno de sus asuntos más cuestionados en los últimos meses: las personas con contratos fijos discontinuos que no trabajan, pero no se consideran desempleados a efectos estadísticos. En marzo, los demandantes con relación laboral, categoría donde se contabilizan a estas personas, se desplomaron un 10%: seis veces más de lo que se redujeron las estadísticas de paro registrado.
Esta evolución se debe a la reactivación del turismo y las actividades de temporada (donde los fijos discontinuos inactivos tienen una mayor presencia) vinculada a la Semana Santa. Pero sirve a la ministra de Trabajo (y también líder y candidata a la presidencia del Gobierno de la nueva plataforma política Sumar) para encarar la primera fase del ciclo electoral desactivando una de las principales polémicas de su gestión. Ello a pesar de que lleva más de cuatro meses sin cumplir su promesa de facilitar las cifras completas del número de estas personas que no están trabajando.
Una historia polémica
Recordemos que los fijos discontinuos sin actividad a la espera de que su empresa vuelva a llamarles son dados de baja a la Seguridad Social y tienen derecho a una prestación por desempleo del Sepe por “finalización de la relación de carácter temporal” (es decir, igual que un temporal). Pero no cuentan como parados registrados. Ante el auge de contratación de este tipo (en marzo subieron un 70,7%, frente al 8,9%
de los indefinidos ordinarios) muchos se preguntan cuántos de estos trabajadores han pasado a la inactividad y se han inscrito en los servicios de empleo pero están excluidos de la cifra de paro oficial.
Durante los primeros meses de 2022, esta cuestión no fue prioritaria en el debate laboral, sencillamente porque no había datos claros. Por un lado, los contratos fijos discontinuos no despegaron hasta la primavera (concluido la ‘vacatio legis’ del primer trimestre. Por otro lado, la cifra de los demandantes con relación laboral seguía sesgada por el efecto Erte, que en ese mismo periodo estaban reduciéndose a buen ritmo. A 31 de marzo de 2023 solo quedaban 15.379 de ellos (13.935 ligados a los Ertes de la pandemia).
Pero a partir del verano, cuando el descenso de los afectados por re