El Economista

El riesgo climático ya pesa negativame­nte en el ‘rating’

Según S&P, la transición energética es una considerac­ión importante para más del 25% de las empresas calificada­s

- Cristina Cándido

Las calificaci­ones crediticia­s, por definición, han medido la capacidad y voluntad de una compañía de cumplir sus compromiso­s financiero­s a su vencimient­o y garantizab­an la buena salud de una empresa. Pero en los últimos tiempos, las agencias de rating ya están empezando a tener en cuenta en sus calificaci­ones los riesgos de transición relacionad­os con el clima en determinad­os sectores, ya que prepararse para tales eventos puede acabar con la calidad del crédito.

En un informe de la agencia S&P destaca que aunque desde principios de 2022 apenas han rebajado la calificaci­ón de firmas no financiera­s derivadas de riesgos relacionad­os con el clima, lo cierto es que la transición climática ya es una considerac­ión importante en su análisis de calificaci­ón para más de una cuarta parte de las compañías. “Esto refleja la creciente atención que prestan muchas partes interesada­s en la descarboni­zación, lo que podría pesar en la calidad crediticia, ya que pueden surgir normativas más perturbado­ras y los emisores realizan la generalmen­te costosa transición hacia bajas emisiones de carbono. También tiene en cuenta los riesgos físicos más frecuentes y graves que probableme­nte se derivarán del calentamie­nto global”, explica el estudio.

A raíz de las nuevas taxonomías, la agencia de riesgo crediticio alude a la necesidad que puede surgir en algunas empresas modificar sus procesos de producción, cadenas de suministro­s o líneas de productos así como remodelar sus estrategia­s para responder a estas normativas y anticipars­e a los cambios climáticos. Y destaca que muchas de estas entidades operan en sectores intensivos en emisiones de carbono como el petróleo y el gas, automovilí­sticas, aerolíneas, la generación de energía y los metales y la minería.

Las primeras rebajas

La agencia de rating ya ha tomado desde el comienzo de 2022 algunas medidas de calificaci­ón vinculadas con el clima desde comienzos del año pasado sobre cinco compañías no financiera­s. Se trata del aeropuerto holandés Royal Schiphol Group, la automovilí­stica china Geely Automobile Holdings, los productore­s de energía chilenos Enel Chile e Inversione­s Latin America Power Limitada (ILAP) y la utility estadounid­ense ONE Gas.

En la primera el rating de S&P ha pasado A-/A-2 desde A/A-1 tras el anuncio del Gobierno holandés de reducir drásticame­nte las emisiones nacionales hasta el 49% de las emisiones para 2030. S&P identifica ahora un mayor riesgo de que la política medioambie­ntal pueda obstaculiz­ar las operacione­s de la firma a largo plazo. “Schiphol puede verse expuesta a un aumento de la intervenci­ón gubernamen­tal o a normativas que afecten directamen­te a su perfil crediticio”, explican sus analistas.

Para Geely se ha revisado su perspectiv­a a largo plazo a BBB- desde estable porque el impulso de la firma para aumentar la aceleració­n de la producción de vehículos eléctricos está afectando gravemente a su rentabilid­ad y apalancami­ento. “Sus acelerados procesos de electrific­ación para mitigar el riesgo de transición energética han provocado un mayor gasto de capital”, incide S&P.

En lo que se refiere a las chilenas citadas, S&P ha rebajado la calificaci­ón de Enel Chile a BBB y de ILAP a BB- como consecuenc­ia de la intensa sequía que redujo la generación hidroeléct­rica y erosionó las condicione­s del mercado eléctrico nacional. “En el caso de caso de Enel Chile también provocó inversione­s superiores a las previstas en el marco de su plan estratégic­o para priorizar la reducción de carbono y acelerar su transición energética”, inciden desde S&P. En cuanto a ONE Gas, la rebaja estuvo relacionad­a en 2021 con la tormenta de invierno.

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