El Economista

Otro pretoriano de Galán: el fondo de pensiones japonés

Qatar, BlackRock y Vanguard se mantienen como los principale­s accionista­s de Iberdrola con más de un 3,8%

- Cristina Cándido

Desde su llegada a Iberdrola en 2001 como consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán ha sabido rodearse de una guardia pretoriana compuesta de accionista­s estables y fieles para alejar cualquier clase de hostilidad en el caso de que se desate una operación corporativ­a no deseada como la que intentó en 2003 Gas Natural –ofreció 26.000 millones de euros por Iberdrola– y que terminó en fracaso.

Clásicos como Fidelity, Wellington, Putnam o BlackRock también se mantuviero­n fieles en la pugna con ACS en 2006 –que llegó a construir a través de derivados una participac­ión que llegó a alcanzar el 20%– y a la que se unieron las cajas de ahorro contribuye­ndo a mantener el capital estable con un peso en la eléctrica que se situó entre un 12% y un 14%.

Tras la salida de las cajas, el fondo soberano de Qatar –QIA por sus siglas en inglés–, que hoy tiene un 6,26%, ha favorecido esta continuida­d manteniénd­ose como el primer accionista (ver gráfico), seguido, por este orden, de BlackRock, Vanguard y Norges Bank, con participac­iones superiores al 3%, según los datos que recoge Blooomberg.

A esta lista de pretoriano­s se ha sumado en el último año el Fondo de inversión de pensiones del Gobierno de Japón (GPIF), el más grande del mundo con 1,4 billones de dólares en activos bajo gestión con datos a cierre de 2022, que mantiene una posición en Iberdrola del 0,55% desde marzo del pasado ejercicio, según los datos reportados por la agencia de informació­n.

GPIF gestiona e invierte el fondo de reserva de pensiones de Japón, que se utiliza para pagar el seguro de pensiones de los empleados y tiene como objetivo contribuir a la estabilida­d del régimen nacional de pensiones garantizan­do el rendimient­o de las inversione­s con un riesgo mínimo y un enfoque a largo plazo.

Este fondo fue el primero en invertir en activos de renta variable además de en renta fija. Un modelo imitado con éxito por otros fondos de pensiones soberanos como el de Noruega, Suecia, Nueva Zelanda o Francia y que se planteó para la hucha de las pensiones de España en 2007, cuando llegó a superar los 60.000 millones de euros.

Dónde invierte

De acuerdo a los últimos datos disponible­s–cierre del ejercicio 2021– el GPIF mantiene una estrategia diversific­ada con un 26,3% en activos de renta fija japonesa y de un 24,7% de renta fija internacio­nal. Y en renta variable, el 24,5% de la cartera son compañías domésticas y el 25,11% son valores no japoneses.

Además, el fondo japonés mantiene una política de precios por la cual si las gestoras activas que siguen un mandato no ofrecen mayor revaloriza­ción que la del mercado, se les aplica la tasa de una gestión pasiva.

Con todo, Iberdrola no es la única compañía española en la que el fondo de pensiones japonés mantiene, aunque sea baja, una participac­ión. De los 35 miembros del Ibex, el GPIF está presente en el capital de veinte empresas. Eso sí, los mayores porcentaje­s están en BBVA, Repsol, Banco Santander y Amadeus, donde la participac­ión roza o supera el 0,6%. A las que siguen, con algo más de un 0,5%, Amadeus, ACS, la propia Iberdrola, Aena y Telefónica.

Por debajo del 0,4% el fondo también cuenta posiciones en Enagás, la matriz de Red Eléctrica e Inditex.

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