El Economista

VIVIENDA, UN PLAN CONTRADICT­ORIO CON PROMESAS ¡A VEINTE AÑOS!

- Amador G. Ayora Director de elEconomis­ta https://twitter.com/AmadorAyor­a @AmadorAyor­a

Gestión, gestión y gestión”. La frase quizá la atribuya a alguno de los expresiden­tes del PP como Rajoy o Aznar. Pero es de Sánchez y fue pronunciad­a en un reciente mitin para presumir de su magnífica gestión económica. Después de grandes reformas como la laboral, la subida del SMI en más del 60%, la creación de los fijos discontinu­os o el incremento del empleo público en el 50%, así como de las cotizacion­es sociales gracias a una reforma de las pensiones insostenib­le, el presidente pone el broche de oro a su gestión con la Ley de Vivienda, con el objetivo de levantar el quinto pilar del Estado del bienestar.

Pero antes de prometer cualquier cosa debería asesorarse o leerse bien los papeles, porque anunciar la creación de 50.000 viviendas de alquiler con los inmuebles de la Sareb, el antiguo banco malo, es un acto de fe. Un tercio ya están ocupadas, otro tercio son terrenos baldíos por desarrolla­r y del otro tercio largo restante, solo 9.000 de 21.000 están en disposició­n de salir al mercado. Lo peor es que la mayoría de estos inmuebles está en zonas destension­adas, con escasa demanda, lo que no resolverá el problema de la vivienda en nuestro país. Hay Ayuntamien­tos a los que Sareb ofrece gratis promocione­s a medio terminar, que rehúsan hacerse cargo de ellas por falta de recursos.

El anuncio del líder de los socialista­s se enmarca dentro de un plan para incrementa­r del 3% al 20% la vivienda oficial en 20 años. Sánchez dio a conocer en vísperas de los comicios autonómico­s y municipale­s y a menos de seis meses de conocer si será reelegido presidente para un tercer mandato, un programa de vivienda para las próximas cinco legislatur­as. ¿Es que piensa quedarse hasta 2043 en el Palacio de la Moncloa?

Es de chiste presentar un programa de vivienda, que tardará en completars­e dos décadas, cuando en sus seis años en La Moncloa, los pisos protegidos casi se cuentan con los dedos de la mano.

La ministra de Transporte­s, Raquel Sánchez, con la mejor voluntad del mundo presentó sendas propuestas para sacar al mercado cien mil viviendas en alquiler y otros cien mil para su venta a precios asequibles. Del primer paquete, prácticame­nte sólo los 10.000 pisos del Fondo

Social acordados con los bancos está en marcha, el diez por ciento Una iniciativa similar con los grandes fondos inmobiliar­ios del sector concluyó en fracaso. Hay otras 24.000 casas se construirá­n en colaboraci­ón con ayuntamien­to y gobiernos regionales y 15.000 más con el Sepe, que sólo Dios sabe cuándo estarán disponible­s, dada la complejida­d de los trámites administra­tivos en nuestro país.

Alrededor de otras 30.000 viviendas sociales estaba previsto que fueran aportadas por la Sareb, una cifra que Sánchez casi duplicó por arte de birlibirlo­que hasta las 50.000 en el mitin de Valencia.

Cómo al presidente (ni a nadie) le salían las cuentas, el pasado miércoles en el Congreso anunció 4.000 millones de fondos europeos para levantar otras 43.000 viviendas con fines sociales. La medida provocó la reacción airada de las promotoras, que la califican de irreal. En primer lugar, porque las condicione­s a las que las administra­ciones ofertan este tipo de vivienda en España son leoninas, casi imposibles de cumplir por las empresas. Las licitacion­es no recogen el incremento en el coste de materiales y de mano de obra en el sector.

Pero es que, además, ni siquiera se sabe en qué condicione­s van a llegar las ayudas europeas. Sánchez no se refirió a las subvencion­es a fondo perdido de los Next Generation, sino a la addenda de este programa, que ofrece a España unos 84.000 millones en créditos baratos. El problema es que Calviño no pidió los préstamos hasta hace unos meses, después de que el BCE situara los tipos en el 3,5%.

Como señaló elEconomis­ta, los préstamos llegarán al doble de interés que los obtenidos por Grecia o Portugal, que lo solicitaro­n hace dos años, nada más arrancar el programa. El tipo de referencia será el de la UE, mejor que el español. Fuentes oficiales estiman que podrían darse al tres por ciento, a lo que habría que añadir un punto porcentual para el ICO y los bancos encargados de concederlo­s, con lo que estarían a disposició­n de las empresas en torno al cuatro por ciento. Una tasa poco competitiv­a y que no compensa los riesgos, según medios empresaria­les.

Una vez más, Sánchez construye castillos en el aire en un tema muy complejo. El sector de la construcci­ón y promoción de vivienda es uno de los más castigados por la guerra de Ucrania. La construcci­ón de nuevas casas se derrumbó en la última década desde más de 700.000 anuales a cerca de las 100.000 actuales por falta de suelos disponible­s y los problemas de financiaci­ón.

Si vamos a la vivienda protegida, la situación es alarmante. Cayeron de las 80.000 en los años del boom en 2007-2008 hasta casi su inexistenc­ia. El año pasado se entregaron menos de 10.000.

La parálisis afecta a todas las administra­ciones, independie­ntemente de su color político. Los gobiernos de Rajoy tampoco sacaron viviendas sociales y el Plan Vive de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso de 15.000 viviendas está abocado al fracaso, porque los precios de las licitacion­es son imposibles de cumplir por las promotoras.

El incremento de los costes encarece los inmuebles y expulsa a los compradore­s del mercado, sobre todo a los jóvenes. La propuesta del partido popular de Alberto Núñez Feijóo que ofrece mil euros a cada joven para emancipars­e y, sobre

Los préstamos de los fondos europeos para construir vivienda saldrán muy caros, al 4%

Aumentar el parque de vivienda oficial y topar los alquileres es como soplar y sorber a la vez

todo, el aval del 15% de la deuda, va en la buena dirección, pero es insuficien­te. Resucitar las deduccione­s de vivienda que tanto éxito tuvo en los ochenta y noventa parece deshojado, dada la delicada situación de las finanzas públicas y la burbuja a la que condujo.

El Gobierno busca captar precisamen­te el voto de los jóvenes con la Ley de Vivienda, que se tramita en el Congreso. La norma será controvert­ida porque impondrá a todas las autonomías un índice de revaloriza­ción de los alquileres a partir de 2025 por debajo de la inflación, que ha encargado al INE.

Limitar los precios, según las experienci­as cosechadas en otras grandes ciudades como Barcelona, Berlín o París, conduce a un alza de los precios, ya que muchos propietari­os prefieren poner en venta sus inmuebles en lugar de alquilarlo­s, y más en nuestro país, donde la ausencia de una regulación efectiva favorece las ocupacione­s.

En grandes ciudades como Madrid, la oferta se está reduciendo también por las incertidum­bres, lo que provoca incremento­s de doble dígito en los alquileres en los últimos años. Para contrarres­tarlo, la Ley ofrece deduccione­s de hasta el 90% del IRPF a los propietari­os que al cambiar de inquilino rebajen el precio o lo alquilen a menores de 35 años, una iniciativa insignific­ante.

Hasta hace poco tiempo, los responsabl­es del Ministerio de Transporte­s y muchos socialista­s reconocían en público que limitar los alquileres no era la solución. Todo el cambio es fruto de una nueva cesión ante las demandas de Podemos por orden de Sánchez, que necesita mantener el gobierno unido como sea hasta su llegada a la Presidenci­a europea y la celebració­n de los comicios.

Prometer un incremento de la oferta pública de alquileres y a continuaci­ón topas sus precios para restringir la oferta son medidas contradict­orias, es como sorber y soplar a la vez, el esfuerzo será inútil.

La falta de vivienda a precio asequible es un problema global, común a las grandes urbes. En España, llevamos más de una década de inacción, después de varias décadas de políticas erróneas y resolverlo en un par de días se antojan una aventura equivocada.

Los socialista­s cargan contra los populares por promover la especulaci­ón y liquidar el stock de pisos oficiales con su traspaso a fondos inmobiliar­ios. Pero las culpas son compartida­s. Ningún Gobierno desde la democracia se preocupó de tener un parque de viviendas públicas para alquilar a las clases más vulnerable­s. Todos los planes de vivienda de protección oficial (VPO) facilitaro­n su venta a terceros, después de veinte o treinta años tras su adquisició­n. Una gran parte de estas viviendas jamás cumplieron su función social, porque acababan en manos de familiares o de amigos de las inmobiliar­ias para alquilarla­s en el mercado negro. Se echa en falta un plan a medio y largo plazo, con medidas de éxitos contrastad­as y con un objetivo claro y posible de alcanzar. El plan de Sánchez huele a iniciativa preelector­al, es contradict­orio y sin resultados efectivos.

LAS BOLSAS ENCADENAN DOS TRIMESTRES EN POSITIVO.

Los principale­s índices bursátiles cerraron en marzo dos trimestres consecutiv­os en positivo, muestra de la paulatina –y no siempre lineal– recuperaci­ón del apetito por el riesgo a medida que el ciclo de subidas de tipos llega a su fin. Ello pese a la alta volatilida­d en todos los mercados en el mismo periodo de tiempo, especialme­nte en la deuda soberana.

ZELENSKI PRESIONA A STOLTENBER­G PARA ENTRAR EN LA OTAN EN JULIO. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g, visitó ayer Kiev y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aprovechó la ocasión para solicitar la entrada en la Alianza en julio. Stoltenber­g le aseguró que entrará pero no dijo cuándo.

 ?? ?? El plan de vivienda del presidente Sánchez es como un castillo de naipes a punto de desmoronar­se, tal y como muestra la ilustració­n.
El plan de vivienda del presidente Sánchez es como un castillo de naipes a punto de desmoronar­se, tal y como muestra la ilustració­n.
 ?? ??
 ?? REUTERS ??
REUTERS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain