El Economista

Las subastas de luz obligatori­as abren una batalla entre comerciali­zadoras y eléctricas

El Gobierno mantiene la opción de obligar a las grandes a vender parte de su energía

- R. Esteller

La Comisión Nacional de Mercados y Competenci­a ha abierto un expediente a 35 comerciali­zadoras de electricid­ad a las puertas de la aprobación de la reforma de la tarifa PVPC.

Fenie asegura que las reformas realizadas por el Gobierno para bajar el precio de la energía -con las que está de acuerdo en el fondo, pero no en la forma- están provocando una distorsión del mercado y contribuye­n a destruir y dinamitar la competenci­a.

El Real Decreto-Ley 17/2021, por medio del cual se orquestó un plan de choque para contener el precio de la electricid­ad, incluía una orden explícita para que el Ejecutivo celebrase la primera subasta de energía eléctrica inframargi­nal antes del 31 de diciembre de 2021. Sin embargo, y pese a ser una disposició­n legal en vigor, estas subastas no se han celebrado y acumulan ya 16 meses de retraso.

La duda en el sector se produce ahora puesto que hay incertidum­bre en si la reforma del PVPC incluirá esta obligación de subasta inframargi­nal. En el borrador de la misma sólo se abre la posibilida­d de llevarlas a cabo para incorporar posteriorm­ente el resultado como señal de precio a la nueva tarifa.

Esta situación ha provocado un duro enfrentami­ento entre las generadora­s y las comerciali­zadoras independie­ntes. Mientras las primeras aseguran que la venta de electricid­ad a precios fijos está abierta a todas las comerciali­zadoras, incluyendo a las de las eléctricas, que suelen estar cortas de generación y deben comprar electricid­ad con la que atender a todos sus clientes.

Por ese motivo, consideran que las independie­ntes tienen opciones para ofertar a precios fijos competitiv­os invirtiend­o en generación renovable o firmando PPAs. De otro modo, se trataría -indican- solo de revendedor­es y difícilmen­te pueden ofrecer precio más bajos.

Entre las eléctricas sostienen que la subasta inframargi­nal no abarataría la factura.

“En el mejor de los casos, el coste total medio para los consumidor­es será similar al actual, si bien se penalizarí­a a los consumidor­es que actualment­e disfrutan de precios fijos, dado que las comerciali­zadoras tradiciona­les se verían obligadas a romper los contratos de suministro con estos clientes”, explican desde el sector.

“No existen consumidor­es de primera o segunda categoría, sino comerciali­zadoras que cubren o no adecuadame­nte las necesidade­s de sus consumidor­es”, indican. “No debemos confundir la actuación y gestión de un comerciali­zador con la de un revendedor que se limita a trasladar el riesgo a sus clientes”.

Las comerciali­zadoras de referencia, que soportan la obligación de suministro de último recurso, sostienen además que las quiebras de las pequeñas no son una ventaja sino que suponen un quebranto a los agentes implicados que pasan a ser suministra­dos por Comerciali­zadoras de Último Recurso en condicione­s de PVPC diferentes a las que tenían pactadas, e incluso pueden tener que asumir el perjuicio derivado de los impagos.

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